Capítulo 21: Doctor

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Alejandra's P.O.V

Si ayer me sentía mal, hoy me siento como si veinte elefantes me hubiesen pasado encima. La gripe no me había dejado dormir nada y el malestar de cuerpo era insoportable.

Hambre no tenía pero ni un rastro, quería quedarme en mi cama todo el día y dormir. Pero para mi mala suerte, tenía que bajar a desayunar.

Con mucho esfuerzo me puse otro hoodie y un pants, para no bajar con la ropa con la que había dormido. No tenía ni fuerzas para bañarme. Como pude bajé, hice mi fila y me senté a comer con bocados muy lentos y pequeños. Además de darles mi peor cara a todos.

— ¿Estás bien? — preguntó Jana extrañada por mi comportamiento.

Yo me límite a negar con la cabeza.

— ¿Pasó algo con Pedri? — preguntó Laia asustada.

¿Qué podría estar mal con ese hombre?

A veces pienso que es demasiado bueno para ser verdad...

— No, tengo gripe — dije con la voz más grave que había tenido en toda mi vida haciendo que ellas explotarán en risas.

— Tienes un camión atorado en la garganta — dijo Laia burlándose haciendo que yo riera levemente.

— Deberías ir al doctor — dijo Jana preocupada.

— Para que te den medicina y te recuperes — añadió Laia.

— Eso haré — asentí con la cabeza.

— Eso significa que no podrás salir hoy — dijo Jana haciendo un puchero.

— No tengo ni ganas — bufé — No dormí nada — negué — Prometo salir el próximo fin de semana con ustedes — dije.

— Lo importante es que te recuperes — dijo Laia tomando agua.

— La gripe siempre me tira a la cama un día — expliqué — Ya mañana estaré bien — dije luego de un estornudo.

— Te extrañaremos hoy — dijo Jana.

— Cuando finalmente habíamos logrado que salieras con nosotros — reclamó Laia.

— El universo no quiere que salga con ustedes — reí — Me está salvando de sus planes malévolos de embriagarme — bromeé.

— ¡Que dices! — reclamó Laia riendo.

— Nos está salvando a nosotros de tus malévolos planes de ponernos ebrios a todos — dijo Jana.

— No me voltees la tortilla — reí.

— Eso fue muy mexicano de tu parte — dijo Laia haciendo que rieramos.

— ¿Ya saben que se van a poner? — pregunté cambiando de tema.

— Aún no — dijeron al mismo tiempo, ambas preocupadas.

— Préstanos ropa — pidió Jana.

— Claro — dije — Acompañenme a la enfermería y luego vamos a ver qué se pueden poner — asentí.

Terminamos de comer y me acompañaron con el doctor. Básicamente me dijo que era una gripe y me mandó unas cuantas pastillas para sentirme mejor, nada del otro mundo.

Jana y Laia estaban viendo mi armario, buscando que ponerse hoy en la noche porque según ellas yo si tengo "ropa para discoteca".

Lo cuál es cierto, salgo todos los fines de semana, necesito outfits que vayan con la ocasión.

— ¡Este vestido a penas y te cubre el trasero! — dijo Jana mostrándome un vestido negro muy chiquito.

Y no mentía, con suerte me cubría todo, pero es para es para ocasiones especiales.

Contra Las Reglas; Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora