Contra Las Reglas; Pedri González

Capítulo 13: Verdad o Reto

Alejandra's P.O.V

— Hola — dijo cuando me senté a su lado, yo me limité a sonreír y devolver mi vista a la pantalla.

Pusieron la película y apagaron las luces.

Me puse un poco nerviosa al saber que estaba tan cerca de mí, respiré y no le di importancia.

Entonces recordé que traía comida dentro del bolso de mi hoodie. Saqué mis Ruffles, intenté abrirlas con el menor ruido posible.

Pero para mi pésima suerte, la bolsa de frituras sonó como si quisiera que todos se enteraran que las estaba abriendo.

Todos voltearon a verme y explotamos en risas.

— ¿Qué estás comiendo? — preguntó Ferran pausando la película y encendiendo las luces.

Yo levanté la bolsa de Ruffles en respuesta sin poder dejar de reír.

— Pensé que no haría ruido — me excusé sin dejar de reír.

— ¡Comparte! — alegó Gavi.

— Quédenselas — dije dándoselas y sacando las gomitas de mi bolso.

— ¿Pero que tantas cosas traes? — preguntó Eric riendo.

— Esto es lo único — respondí sonriendo.

— ¿De dónde sacaste todo eso? — preguntó Pedri sin dejar de reír.

— Tiene una alacena en su habitación — respondió Jana.

— ¡No me ventiles! — reclamé.

— ¿Cómo una alacena? — preguntó Gavi riendo.

— Así cómo lo oyes — respondió Laia — Tiene la mesa de noche repleta de ese tipo de cosas — rodó los ojos.

— ¡A la próxima trae para todos! — reclamó Ferran.

— ¡Tampoco tengo tanto! — me excusé, pero Jana y Laia me vieron con desaprobación por lo que me tuve que retractar — Bueno, tal vez si un poco — admití riendo.

— ¿Me las puedo comer? — preguntó Gavi riendo.

— Todas tuyas — respondí.

— Yo también quiero — reclamó Laia.

Volvieron a poner la película y apagaron las luces.

Le tendí la bolsa de ositos de goma a Eric para que agarrara, él agradeció con una sonrisa.

Di un gran respiro y me volteé para ofrecerle a Pedri.

— ¿Cuáles son tus favoritas? — preguntó refiriéndose a las gomitas.

— Las rojas — sonreí.

— ¿Las compartes? — preguntó sonriente.

— Claro — reí un poco — ¿Cuáles son tus favoritas? — pregunté viendo que buscaba unas en específico.

— Las verdes — contestó sonriente.

— ¿Las compartes? — pregunté como él lo había hecho.

— Solo si mi vida dependiera de ello — contestó a lo cuál yo reí.

Él tomo unas cuantas y evitó las rojas, se me hizo un gesto tierno.

Todo continúo bastante tranquilo hasta que el clima se puso un poco más frío, froté mis brazos disimuladamente para que nadie lo notará.

Para mi mala suerte, Pedri lo notó y él tenía la manta.

— Ven — dijo levantándola para que yo me pegara a él, cómo la otra vez. Yo me límite a negar — Eres tan necia — gruñó y se acercó quedando bastante cerca de mí.