Capítulo 18: Centro Comercial

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Alejandra's P.O.V

Abrí los ojos lentamente acostumbrandome a la luz. Sonreí al ver aquellas blancas margaritas o más bien, lo que quedaba de ellas frente a mi en un vaso con agua.

No podía dejar de pensar en lo especial que me hacía sentir Pedri, sabía que en cuanto tiempo, todo estaba pasando demasiado rápido.

Solo espero no acabe igual de rápido...

Lunes, otra vez.

Y como de costumbre me duché y preparé para bajar a desayunar y luego ir al entrenamiento.

Sonreía inconscientemente, estaba hundida en mis pensamientos caminando hacia el comedor hasta que alguien me sacó de ellos.

— Buenos días — dijo Aitana formándose a mi lado.

— Buenos días — contesté amablemente.

— ¿Lista para el entrenamiento de hoy? — preguntó tomando un pan — Los partidos iniciarán más rápido de lo que piensas — sonrió.

— ¿Partidos? — pregunté asustada.

Sabía que no jugaría de titular porque llevo una nada de tiempo aquí, pero igual me ponía un poco nerviosa el saber que estaría ahí.

— Para eso entrenamos — dijo riendo.

Quité esos pensamientos de mi cabeza y me acerqué a mi lugar de siempre para comer con mis amigas.

Todo iba de maravilla y no iba a dejar que cosas que aún no pasan me quiten mi tranquilidad.

***

El entrenamiento había ido bastante tranquilo, estaba en mi habitación viendo una serie y poco más había hecho durante el día.

Me empezaba a aburrir de estar encerrada, entonces decidí que sería buena idea ir por un café y podría ir a buscar el regalo de cumpleaños de Mateo que sería en unos días. Aún no me habían dado mi coche así que pediría un Uber.

Realmente no quería que nadie me llevará al centro comercial, quería estar un rato a solas.

El camino fue muy tranquilo, quedaba un poco lejos de la Ciudad Deportiva, pero yo iba metida en mis pensamientos mientras disfrutaba de las hermosas calles de Barcelona.

— Muchas gracias — dije antes de bajar del coche.

Me adentré en el centro comercial y pude sentir varias miradas sobre mi, pero no le dí importancia.

— Hola, Ale — dijo una niña de aproximadamente 13 años acercándose a mi.

¿Quién carajos es y por qué sabe mi nombre?

— Hola — contesté bastante dudosa.

— ¿Me puedo tomar una foto contigo? — preguntó amablemente.

Ahora todo tenía sentido...

— Claro — contesté bastante feliz, la abracé y tomamos la foto.

Era la primera foto que me pedían y eso me hizo un pequeño cosquilleo en el estómago.

Pero no todo era tan lindo como parecía...

Cuando terminamos de tomar la foto, voltee para seguir con mi camino, pero era imposible. Estaba rodeada de muchísimas personas, estaban demasiado cerca de mi, grabándome con el celular, gritando mi nombre, pidiéndome fotografías y diciendo cosas que se perdían entre tantas voces.

Volteé para todos lados buscando una salida, pero no la había. Tendría que pasar por mínimo 40 personas si quería salir de ese lugar.

Sentí como empecé a respirar más rápido, mi corazón se aceleró, mis ojos no podían enfocarse en solamente una cosa y mis manos se comenzaron a llenar de sudor.

Contra Las Reglas; Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora