El sol salió y chocó con la piel de Katrina, ella movió sus ojos por debajo de sus párpados, los rayos del sol le molestaba mientras ella solo quería dormir. Finalmente, abrió los ojos y se encontró con el sol brillante y nubes blancas que adornaban el cielo azul. La tranquilidad y la calidez del ambiente hicieron pensar fielmente a Katrina que ella ya había muerto, pero se dio cuenta de que seguía con vida cuando intentó sentarse y sus heridas dolían - ¡Agh! - Un quejido de dolor por parte de ella alarmó a Salva, quien estaba sentado (no muy lejos) a sus espaldas.
La detuvo de seguir intentando sentarse - Hey, hey, no te muevas tanto, aún sangras -
- ¿...Salva? - Él la acomodó de forma que pudiera estar sentada y Katrina pudo contemplar un arroyo frente a ellos y el césped verde que los rodeaba. Era un ambiente tan tranquilo y surrealista, que Katrina no pudo evitar tomar a Salva del brazo y preguntarle con un toque de preocupación - ¿Estamos muertos? -
- ¿Qué? -
- ¿Esto es el cielo? ¿Si estamos muertos? - Salva se rio y se sentó junto a ella.
- Hey, tranquila, seguimos con vida - Katrina suspiró con una mano en el pecho, pero le dolía al hacerlo.
Se quedaron en silencio por un momento, no muy largo pero lo suficiente como para tensar el aire - ¿Qué pasó con Lucifer? - La voz seria de Katrina sorprendió a Salva.
- ¿El monstruo que te estaba atacando? Está... Muerto - Katrina lo miró con inquietud - Yo lo maté -
- ¿Cómo? -
- Con una pistola que estaba en el suelo -
- ¿Qué hiciste con ella? - Katrina sonaba más preocupada mientras avanzaba la conversación.
- ...La arrojé por el barranco junto con el cuerpo de esa cosa - Un suspiro aliviado dejó los labios de ella, Salva sudaba de los nervios - Esa cosa no me daba buena espina... -
- Tranquilo, está bien que la hayas arrojado, es un peligro - Salva no entendió a qué se refería con ello, pero tragó grueso y guardó silencio.
Notó que Katrina tomaba mechones de su cabello suelto para cubrirse el cuello y la parte de arriba de los hombros, ella intentaba disimular tal acción, pero era demasiado evidente que en realidad estaba tratando de evitar que Salva viera algo.
Él tomó un puñado de su cabello y lo puso tras su hombro dejando al descubierto el cuello de Katrina, plagado de chupones que pasaban a hematomas fuertes, por el mismo bajaban distintas marcas que simulaban mordidas y otros chupones más pequeños - ¿Qué mierda...? - Salva dejó salir esas palabras de si, ligadas a un fuerte tono de asco.
Katrina tomó rápidamente su cabello y volvió a cubrir su cuello, pero Salva no se detuvo ahí. Se puso frente a ella y vio como su vestido estaba rasgado por distintas partes del abdomen bajo, así como también las marcas seguían bajando en esa zona - ¡No me veas! - Ella soltó un manotazo al aire queriendo espantarlo, mientras que su voz se rompía, pero él permaneció donde estaba.
- ¿Qué te pasó? ¿Él te hizo eso? -
- Salva... -
- Katrina, dime que no te... - Katrina alzó la mirada al chico, mientras su labio inferior temblaba y sus ojos se cristalizaron, Salva se abalanzó sobre ella para abrazarla.
Todo el cuerpo de ella temblaba, quiso abrazarlo de vuelta pero sus brazos heridos no se lo permitían, solo comenzó a llorar en silencio en su hombro - ...Ya estás bien, perdóname por no haber llegado antes... - La voz de Salva también estaba por quebrarse y de él solo brotaron algunas lágrimas. Se separaron y Katrina secó sus lágrimas como pudo.
ESTÁS LEYENDO
ABISMO 2: Tratos con el Diablo
FantasyCuando la mafia de Playa Paraíso le pone precio a la cabeza de Salva y la magia negra se ve envuelta en su cacería, es tiempo de que Katrina vuelva a casa... ⚠️Violencia gráfica⚠️