Katrina despertó, abrió sus ojos lentamente; aún sentía en sus fosas nasales el fuerte olor de aquel gas. Intentó moverse pero estaba tendida de los brazos, encadenada al techo, las puntas de sus pies a duras penas tocaban el suelo.
Observó su alrededor, paredes forradas con metal y velas blancas a su alrededor adornaban aquella tétrica habitación. En el único punto donde la luz no llegaba, estaba Lucifer, con su figura común de perfil perfecto y músculos voluminosos, Katrina no lo reconoció como el chico que había bailado con ella. Ella se retorció buscando soltarse de las cadenas, Lucifer le habló desde la sombra de aquella esquina - "Katrina Lavender"... Es tu nombre, ¿no es así? -
- ¿Crees que te diré algo de mí? -
- Si sabes lo que te conviene, sí -
- Al menos sal de tu escondite y da la cara, solo un cobarde se oculta en la oscuridad - Lucifer se mostró a la luz, su tamaño había incrementado increíblemente comparado a su forma humana. Se acercó a ella lentamente, con cada paso que daba, el aire se tornaba más denso y a Katrina se le acortaba la respiración.
Al estar justo frente a ella, Katrina pudo divisar con atención sus prominentes músculos y su perfecta tez, que normalmente sería un deleite a los ojos de cualquier persona, pero así no se hacía notar su presencia. Un aura tétrica y de maldad era todo lo que emanaba sus ojos dorados, con una mirada fría y agresiva - ¿Acabas de llamarme "cobarde"? -
La tomó por la cara, y casi de inmediato del agarre, aunque no era fuerte, Katrina sintió punzadas en las cuencas de sus ojos que hacían que toda su cabeza y cuello estremecieran del dolor. Solo duró unos segundos, pero el dolor fue tan intenso que los ojos de Katrina brotaron unas lágrimas y su frente sudó. Acercó su cabeza y Lucifer le susurró al oído - Jamás vuelvas a llamarme así - Le soltó la cara, sus dedos marcados en las mejillas de ella.
- ¿Quién... Eres? -
- El Ángel caído, el desterrado, el traidor... He tenido muchos nombres dependiendo de a quién preguntes - Katrina notó las alas de ángel quemadas en su espalda, y supo quién había sido su raptor, aunque le costara creerlo al principio.
- Lucifer... - El nombrado asintió mientras regresaba lentamente a la esquina de la habitación - Y... ¿Qué quiere uno de los príncipes del infierno con una bruja sencilla como yo? ¿Torturar por placer? -
- Yo no caigo tan bajo como para hacer eso, solo necesito tenerte bajo mi vista un rato -
- ¿Por qué? - Katrina relajó sus manos luego de que Lucifer se alejara.
- Digamos que interfieres con un plan mayor de uno de nosotros - Katrina conectó lo que Lucifer le decía con la maldición de Salva, sin embargo, no tenía cómo probar dicha sospecha. Lucifer continuó - Además, tu fuerza vital me serviría -
- ¿Por qué yo? Solo soy una bruja novata -
- Y aún así derrotaste a una de las hechiceras más fuertes que este mundo ha visto -
- ¿Aída? - Lucifer asintió y volvió a dejar la sombra.
- Tu madrastra fue una hechicera fuerte y despiadada, hizo varios tratos con nosotros a lo largo de su vida, cuando falleció... Supuse que una bruja de su misma fuerza o mayor la debió haber acabado, sin embargo fuiste tú - Katrina volteó los ojos - Debes de servir para algo -
- Lamento decepcionarte, "alteza", pero no soy quién buscas -
- No, no, aunque seas débil... Quieres romper la maldición de alguien, ¿no es así? - "Salva..." Dijo Katrina en su cabeza, sin embargo, ella reflejó sus pensamientos en su cara - Que tengas la fuerza para hacer eso habla bastante bien de tu trayecto como bruja -
- ¿Entonces qué? ¿Vas a matarme? -
- No, al contrario, será mejor que me digas de qué libro sacaste el hechizo para romper la maldición -
- ...Lo aprendí hace tiempo, no recuerdo de dónde - Lucifer se acercó en un abrir y cerrar de ojos, Katrina tragó grueso.
- ¿Crees que puedes mentirme a la cara? - Lucifer colocó su mano abierta frente al rostro de Katrina - Me llamaste cobarde y me mentiste... Ya no seré piadoso contigo - Sus uñas se transformaron en garras negras, sus ojos dorados resplandecieron aún más, y una bola de sufrimiento invadió a Katrina.
Sentía cuchillas en sus ojos mientras que estos mismos lloraban sangre, los gritos de Katrina se extendían por todo el cuarto, mientras ella rezaba por alguien que fuera capaz de escucharlos. Vio la propia muerte frente a ella, pateaba sin éxitos el suelo mientras que el resto de su cuerpo se estremecía de dolor y la sangre caía por sus mejillas - ¡Para, POR FAVOR PARA! - Intentó mover su cuello para verlo pero al intentar, escuchaba los huesos de su nuca partirse al mínimo movimiento. Ella no tuvo más remedio que quedar tendida ante el dolor y las manos de Lucifer...
...
Katrina no supo cuánto tiempo había pasado desde que Lucifer la raptó, podrían haber sido minutos, horas, quien sabe si incluso días. Lucifer había tomado parte de la fuerza de Katrina y trajo a uno de sus hermanos para que tratara de sacarle alguna información, Asmodeo fue el elegido.
Asmodeo iba saliendo de la habitación mientras se relamía los labios - ¡Ay Lucifer, no me había sentido tan vivo desde hace tanto! El sabor de la piel de esa humana, como se retorcía, como me rogaba detenerme... - Los ojos de Asmodeo se volteaban al recordar.
A Lucifer no le gustaba para nada la forma de actuar de Asmodeo, pero solía ser efectiva - ¿Te dijo algo del libro? -
- Nah, no dijo nada -
- ¿Entonces qué haces aquí afuera? Vuelve ahí y haz que hable - Asmodeo levantó una ceja.
- No soy tu sirviente, Lucifer -
- Pero no estás aquí de gratis, ve y sirve de algo - Volteó de nuevo los ojos, ahora con fastidio, y volvió a la habitación.
Katrina lo miraba acercarse de nuevo, pero esta vez no se opuso a sus insinuaciones - ¿Lista para hablar, o quieres que te haga hacerlo? - Dijo Asmodeo mientras sus piernas se tornaban en una única cola de serpiente.
- Ven y oblígame - Katrina se saboreó los labios mientras le daba una mirada retadora y excitante al demonio frente a ella. Asmodeo, cegado por su lujuria, cayó en su trampa.
Se acercó a ella mientras su lengua de serpiente siseaba un par de veces, Katrina esperó tenerlo un poco más cerca cuando se alzó con los brazos de la cadena que estaba atada, y tomó el cuello de Asmodeo con los muslos. Como pudo, tomó el crucifijo de Salva y la lanzó sobre su cuello. Lo soltó y Asmodeo se arrastró hasta fuera de la habitación.
Mientras su cuello se quemaba al contacto con el crucifijo, Asmodeo se retorcía hasta Lucifer - ¡Lucifer, mira lo que me hizo! - Lucifer le quitó el crucifijo a su hermano, miró a Katrina y ella les sacó el dedo medio a ambos. Lucifer cerró la puerta y Asmodeo le siguió - ¡¿Cuánto más vas a esperar para matarla?! -
- Primero tenemos que saber de dónde sacó el hechizo para que no sea capaz de hacerlo -
- ¡¿De qué mierda hablas?! Si la matas no lo hará Y SE ACABÓ, ¡Solo mátala! -
- Si la mato sin tener el libro, podría pasar a otra bruja y se esparcirá tanto que ya todos sabrán como romper nuestros tratos, imbécil - Asmodeo se sobaba el cuello mientras que sus piernas volvían a aparecer.
- Pues busca que te lo diga tu solo, conmigo no cuentes - Asmodeo se tornó cenizas que se fueron con el viento, y volvió al infierno.
Lucifer pensó en silencio un momento, tomó la pistola de mala manera y entró a la habitación con Katrina...
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ABISMO 2: Tratos con el Diablo
FantasyCuando la mafia de Playa Paraíso le pone precio a la cabeza de Salva y la magia negra se ve envuelta en su cacería, es tiempo de que Katrina vuelva a casa... ⚠️Violencia gráfica⚠️