Capítulo 16: De vuelta a casa.

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- ¿Ya me explicarás por qué te cortaste el dedo? - Salva estaba sentado en su cama mientras que Katrina tomó una cuerda pequeña y la ató a la piedra preciosa que salió de su dedo cortado, simulando un collar.

- Fue para crear esto - Le enseño el collar al chico, la piedra lucía excelente cuando los rayos de sol colados por la ventana daban con ella - Póntelo -

- ¡¿Qué?! No me pondré el dedo cortado de mi novia en el cuello - Katrina sonrió de forma tierna al escuchar la palabra "novia".

- ¡Es un talismán para que te proteja! Solo úsalo - Salva hizo un ademán de asco mientras que se lo ponía.

- ¿Y que se supone que hace esto? -

- Dentro tiene las fuerzas de Satanás encerradas, te protegerá de cualquier magia negra que te puedan lanzar -

- Qué linda... - Salva arrugaba la cara y tragaba grueso al ver semejante pieza, Katrina se reía al ver sus expresiones.

Él se tumbó en su cama, Katrina se recostó a su lado, acariciando su cabello hasta que Salva se quedó dormido, no había podido descansar la última noche y el proceso para deshacer la maldición fue exhaustivo, así que no se le hizo difícil caer rendido.

Se escuchaban las olas romper contra el barco, por una pequeña ventanilla entraba la luz del sol resplandeciente y Katrina, inconscientemente, terminó quedándose dormida a su lado.

El puerto de Playa Paraíso los recibió con los brazos abiertos, aunque ellos hubieran deseado poder quedarse más tiempo, no podían arriesgarse a que la mafia atacase a Salva de nuevo.

Helada frente a la puerta de la casa de May, Katrina estaba de pie sin atreverse a tocar la puerta o el timbre - Yo... Ya debo irme, te espero en el barco, por favor no tardes - Salva se retiraba del lado de Katrina mientras decía eso, pero notó que ella no parecía haberlo escuchado, estaba tan concentrada en la puerta que no prestó atención. Él le sobaba el hombro un par de veces tratando de calmarla y darle ánimos, se acercó a ella y le susurró al oído - Tranquila, ¿si? - Le dio un beso en la mejilla y se quedó en un banco que estaba solo a unos metros de la puerta de casa de May.

Katrina suspiró un par de veces, su corazón latía a toda marcha y sus palmas comenzaron a sudar, dio dos pasos hacia el frente y tocó la puerta con el puño. Nadie respondió.

Se acercó de nuevo para volver a tocar pero, May abrió la puerta antes de que su puño tocara la madera. Ella la miró fríamente y quiso cerrar la puerta nuevamente, pero Katrina la detuvo con su mano - May, solo dame un segundo -

- Ya perdí suficiente tiempo contigo - Intentó cerrar la puerta nuevamente, pero Katrina metió sus dos manos.

- Solo dame un segundo, ¡vine a disculparme! - Una risa incrédula salió de la chica de cabello negro.

- ¿Y qué? ¿Crees que todo se solucionara como si nada? -

- No... - Katrina se enderezó y dio unos pasos atrás - En serio lamento todas las cosas que te dije, pasaste por cosas tan horribles como las mías y yo jamás debí hacer la vista gorda a tus problemas solo porque no eran cosas "mágicas" - Katrina no sabía cómo expresarse de manera correcta, pero May pareció guardar silencio y ella continuó - Además, sé que no te pedí nada de lo que hiciste por mi pero eso solo lo hace más valioso para mi, estuviste conmigo incluso cuando tu vida se hacía pedazos, y me da vergüenza que tu no puedas decir lo mismo... -

- ... ¿Y tu punto es...? -

- Qué lamento haber sido una amiga y una hermana de mierda para ti, pero que también agradezco todo lo que hiciste por mí, jamás podría compensar tales cosas... - May se cruzó de brazos mientras daba suspiros fuertes y no quitaba su mirada pesada de Katrina - ...¿Crees que podamos ser amigas otra vez? -

ABISMO 2: Tratos con el DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora