Capítulo 13: Un sentimiento normal de ira.

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Lucifer enfrentó a Katrina, ella seguía tendida en las cadenas, pero él no quería arriesgarse a nada. Tomó la pistola y se la mostró por ambos lados - ¿Ves está arma? - Katrina asintió como si no fuera nada - Fue creada por el mismísimo rey del infierno, me la regaló para esta misión -

- Qué detalle, ojalá me hubieran dado una cuando cumplí 10 - Katrina recostó su cara en sus manos encadenadas, mientras suspiraba con algo de sueño.

- ¿Recuerdas quién soy, no es así? - Katrina asintió con flojera, vacilándolo. Las mismas punzadas de antes hicieron que su cabeza se enderezara y viera con atención a Lucifer, la sangre seguía saliendo de sus ojos pero no lloraba ni gritaba, más allá de dar unos cuántos espasmos de dolor - ¿Acaso me perdiste el miedo, tanta tortura te dejó sin capacidad de sentir dolor? -

- No, solo me resigné a que moriría atada a este pozo, así que ya ni me molesto - Lucifer la soltó y la migraña chocó a Katrina.

Lucifer continuó con el arma, colocándola en el cuello lleno de hematomas de Katrina - Dime de qué libro sacaste el hechizo, antes de que te vuele todos los sesos -

- Si igual vas a matarme, ¿por qué debería decírtelo? -

- Si no me lo dices, te mataré, si, pero no después que a todos tus amiguitos - Katrina pensó dos veces si seguir con su sarcasmo - Todos esos piratas serán arrastrados hasta los confines del infierno, y serán atormentados por mis demonios por el resto de la eternidad, ¿vivirás con esa culpa? -

- Si te digo... - Lucifer sonrió con evidente maldad - ¿...Los dejarás vivir a ellos? ¿A todos? -

- ¿Quieres hacer un trato conmigo, Katrina? Está bien, los dejaré a vivir a todos -

- Incluso a Salva - Lucifer arrugó la cara, alejó la pistola del cuello de Katrina.

- Lo siento, pero el no va incluido, su alma ya está atada a otro de nuestros negocios -

- Entonces no hay trato -

- Entonces todos morirán - La pistola volvió a ser colocada en el cuello de Katrina, ella respiraba fuerte... Tener aquella arma tan cerca, haciendo tanto contacto con su piel, era sentir una ira incontrolable subir por sus venas, pero no solo eso, era también sentir una dosis de adrenalina y fuerza por intravenosa. Katrina vio la pistola mirando hacia abajo y sintió una fuerza mayor que la atraía a la misma, sus manos comenzaron a arder en calor, y solo unos segundos después, Katrina explotó.

Literalmente, explotó. Una llamarada fue desprendida de sus manos y de todo su cuerpo, a diferencia de las llamas que Katrina podía hacer antes eran débiles y pequeñas, pero estas eran fuertes y vivaces.

Lucifer fue desprendido hasta el otro lado de la habitación, volteó con la mitad de la cara medio quemada, en ese momento Katrina se dio cuenta de algo. Al tener la pistola tan cerca, absorbió un poco de su energía y ahora su magia la proyectaba, como la pistola fue fabricada por otro demonio, era la única cosa que podía hacerle daño a Lucifer. El arma quedó en el medio de ambos, las cadenas que retenían a Katrina se chamuscaron y ella corrió por la pistola, Lucifer iba a alcanzarla antes, por lo que Katrina se estiró y solo la pateó a otro lado.

Funcionó para evitar que tomara el arma, sin embargo, Lucifer se abalanzó hacia ella, ahora transformado en su forma demoníaca. Un monstruo de rojo carmesí, con colmillo y garras negras afiladas, alas de murciélago quemadas y sobre todo una fuerza sobrenatural avasalladora. Comenzó a cortar los antebrazos de Katrina con los que pobremente intentaba cubrirse, logró quitar los brazos de la cara de Katrina y comenzó a golpearla con el puño cerrado, una y otra vez sin detenerse...

Con cada golpe que Lucifer daba, Katrina tenía ráfagas de su pasado. Veía por segundos su vida pasar frente a sus ojos, aunque debía de continuar forcejeando contra Lucifer por su vida, ella solo tenía una persona en la mente... "May..." Fue el único pensamiento claro que tuvo mientras seguía siendo golpeada. Lágrimas cayeron por sus mejillas al recordar a aquella chica, y decidió rendirse ante el dolor.

Katrina ya no respiraba, solo era golpeada y azotada por el demonio sobre ella. Su cara se durmió debido a los golpes, solo le tocó esperar que por los golpes su cráneo se rompiera y ella muriera en cualquier instante.

Pero de pronto, los golpes se detuvieron...

Volteó a ver a Lucifer y lo encontró retorciéndose de dolor con una mano en el hombro. Con un último suspiro y fuerza soltó una llamarada más y lo alejó de ella.

Quedó tumbada boca arriba en el suelo, vio como Lucifer intentó levantarse pero otro disparo en el hombro lo detuvo. Subió más su mirada y vio una silueta de pie con el arma - ¿...Katrina? - Aunque ella no pudo responder, reconocería esa voz donde fuera. "Salva..." Fue el último pensamiento que Katrina tuvo antes de caer inconsciente sobre un charco de sangre en el suelo.

La misma adrenalina que Katrina sintió cuando tuvo la pistola cerca de sí, la sentía Salva correr por sus venas, junto con la misma ira que ella sintió. Salva recordaba cuando su padre lo azotaba con un látigo sin parar, como su abuelo murió sin despedirse de él, lo que su hermana tuvo que pasar cuando él dejó su hogar... Y ahora ver a la mujer que amaba inconsciente en un charco de su propia sangre en el suelo, sin saber si ella volvería a ver la luz del sol algún día...

La ira se intensificó y Salva se desconoció, desprendía tal rabia de su cuerpo que al verlo era incierto saber si la pistola estaba ejerciendo efectos sobre él, o estaba cuerdo y solo muy, muy enojado... Empuñó el arma y apuntó entre los ojos de Lucifer, este solo se reía burlón - Quizás me mates, pero la bruja está muerta, así que... - Las manos de Salva temblaron luego de escuchar eso - Cuando la maldición se cumpla mis hermanos te volverán mierda en el infierno -

- Ella... No está muerta, sé que no... -

- Vela tu mismo - Salva volteó y Katrina no parecía seguir respirando... - Además, no serías capaz de matarme -

- ¿Quieres probar? - El cargador del arma resonó en la habitación.

- Nah, solo eres un niño asustado, no lo harías -

- Si Katrina está muerta, te juro... -

- ¿Qué? ¿Qué me juras? - Los ojos de Salva se tornaron rojos carmesí, del mismo tono que el arma.

- ...Te juro que te mataré -

- Sientes mucha ira... ¿No es así? - 

- No, solo un sentimiento normal de ira - 

- ¡JA! ¡¿ACASO SABES QUIEN SOY?! - Seguía tratando ponerse de pie, pero no podía - ¡Yo traicioné a Él Creador! ¡Yo hice que Lilith se fuera del paraíso! ¡HE DOBLEGADO A CUANTO QUIERO! ¡¿Y un simple niño como tú crees que podría-... - Lucifer no terminó su discurso cuando el gatillo y el cañón hicieron eco en toda la habitación.

Los trozos de cabeza de Lucifer saltaron por todos los rincones de la habitación, Salva dejó el arma caer, y con la misma se fue en vómito sobre el charco de sangre del demonio. Corrió hasta Katrina, no parecía respirar, pero su corazón latía, muy levemente pero lo hacía. Salva se quitó la camisa y rasgó pedazos de la misma como vendas improvisadas. 

Mientras la cargaba en sus brazos, escuchó como uno de los pedazos de la cabeza de Lucifer le hablaba - ...Qué... ¿Qué hiciste...? - Salva tomó la pistola y la guardó en su mochila mientras intentaba ignorar la voz del demonio agonizante - Te has condenado... Una parte de nosotros ahora vive en ti, ¿tienes idea de lo que has hecho? - 

- Si... - Salva volteó, ya no tenía el arma pero el rojo y la ira salvaje en sus ojos no desapareció - ...Cumplí mi palabra - 

Los trozos de Lucifer se volvieron cenizas que se llevaría el viento, y Salva terminó por sacar a Katrina de ese tétrico lugar...

ABISMO 2: Tratos con el DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora