Mustafá no es el primogénito del Sultán Süleyman, sí no qué aquella joven de cabellos dorados y mirada tan feroz casi como la de su padre, Shahnaz, fue la primogénita del Sultán, nacida en 1512 cuándo su padre aún era un príncipe en Manisa. Todos la...
6 meses han pasado desde qué la sultana Aysun había partido con Allah, sí "sultana" pues el príncipe mucho antes de que ella enfermase, había hablado con su padre el sultán Selim para darle ese título, él sultán viendo como su hijo amaba a esa mujer acepto.
El príncipe en esos meses no se separó de su pequeña hija la cuál siempre preguntaba por su madre y esto cada vez lo deprimía más y más. Aunque su madre también lo ayudaba con la pequeña, ella seguía preguntando por su madre.
Justo ese día la pequeña sultana enfermó, el príncipe y la sultana Hatice no quisieron dejarla ni un segundo sola. Por la perspectiva de la sultana aún tenía ciertas sospechas de Mahidevran por lo qué la ignoraba, algo qué ya empezaba a resonar mucho en el harén.
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— La sultana Hatice se encontraba dando pequeños toques en la frente de la pequeña con una trapo frío para qué la fiebre bajara. — Mi niña hermosa, tienes qué recuperarte.
— Tía, cuándo vendrá mi madre? La extraño mucho. — La niña abrió sus ojitos con pequeñas lágrimas y pregunto a su tía.
— Allah, ayúdame. — Dijo la sultana cerrando sus ojos pues unas lágrimas amenazaban con salir y cuándo los abrió le respondió. — Muy pronto mi cielo, muy pronto. — Le dió una sonrisa triste.
— Mi papi dice qué fue al cielo con Allah para ver las estrellas y cada noche pone una para mí. — Dijo hacia su tía dándole una sonrisa.
— Sí pero va a tardar mucho en regresar por qué aún le faltan muchas estrellas por mostrarte. — Las lágrimas salieron después de un rato.
— No importa yo esperaré por ella. — Y así abrazo a su tía siendo correspondida por ella.
Horas más tarde el príncipe llegó a los aposentos de su pequeña hija por lo tanto Hatice tuvo que salir. Una vez afuera no aguanto más el llanto y fue hacia los aposentos de su madre, ella asustada del llanto de su hija no preguntó nada pero la consoló.
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— Ahora qué estás más calmada me puedes decir qué sucedió mi princesa? — Preguntó su madre acariciando su cabello.
— Me duele, me duele el cómo Shahnaz pregunta por su madre, solo Allah sabe el dolor qué siento cuándo le tenemos qué mentir. — Dijo una vez se tranquilizo ante el contacto de su madre.