El niño que fue querido

¿Amigos?

Pov. Hadrian.

Después de una larga explicación y muchas preguntas los cuatro vengadores decidieron quedarse para asegurarse que los chicos estuvieran bien, más Afrodita ya que era una de las campeonas del torneo.

Se nos hizo muy tarde por lo que tuvimos que regresar al castillo para la hora de la cena. El director anunciaría mi llegada y los cambios que harían en el torneo para mantener la seguridad lo cual siento que es solo palabrería y no hará absolutamente nada.

-Hadrian será mejor que actives esa cosa tuya- me dijo Tomy. Mi hermano.

-te he dicho que no la desactivo sigue ahí solo la ignoro- le recordé.

La habilidad de ver las auras seguía siendo un pequeño problema ya que no podía concentrarme mucho por el brillo de estas a mi alrededor y con las personas que estaban a mi lado, cuando le dije a papá Tom el se dispuso a ayudarme para controlar esta habilidad.

Cerré mis ojos y concentre mis pensamientos luego los volví a abrir, las auras volvieron. Las auras eran diferentes para cada persona, sus colores variaban conforme la personalidad o los sentimientos de su portador, algunas decían más que otras pero jamás me las tomo en serio.

A diferencia mía Tomy no posee esta habilidad, el no puedo ver las auras pero puede escucharlas, puede escucharlas vibrando en cada persona, el al igual que yo sabemos distinguir las buenas, las malas y las que se pueden cambiar.

Las que se pueden cambiar son complicadas porque al fin de cuentas son personas con diferentes maneras de ver la vida por lo que es complicado que ellas vean una sola.

El sonido de las personas charlando se intensificó cuando entramos al gran comedor, cientos de velas se encontraban flotando encima de los estudiantes y las mesas, los colores de cada casa resaltaban en cada uno de los estudiantes.

Hogwarts era muy diferente a Ilvermorny, en este lugar los estudiantes se sentaban en sus respectivas mesas, no se veía ningún color combinado o algo parecido.
Había leído que las casas tenían sus resentimientos o algo parecido, las que más estaban enemistadas eran Gryffindor y Slytherin. En mi opinión una completa estupidez.

Draco nos condujo hacia la mesa de Slytherin en donde una chica de cabellos cortos se abalanzó sobre el dándole un abrazo, Draco se lo devolvió.

Se supone que a él no le gustaban los abrazos es por eso que trataba de evitar hacerlo y ahora ella puede hacerlo como si nada, no me da buena espina aunque su aura de color verde menta me decía lo contrario.

-yo también te extrañe Pansy- dijo Draco cuando la chica lo soltó.

-no sabes cuanto te extrañamos rubia teñida- dijo Pansy revolviendo los cabellos de Draco.

-te he dicho miles de veces que es mi color natural y que no hagas eso, me despeinas- exclamó un poco enfadado acomodando sus cabellos.

-Hadrian cálmate, no queremos que algo haga explosión- me llamo la atención Ron tomándome del hombro. No me había dado cuenta que algunas velas se habían encendido aún más.

Cuando se trata de Draco siempre pierdo el control de mi magia.

-¿Quiénes son?- pregunto Pansy al fin dándose cuenta de nuestra presencia.

-son mis amigos, Pansy te presento a Theo, Ron, María, Tom y Hadrian- nos señaló a cada uno- chicos les presento a Pansy una de las amigas que hice cuando estaba en este lugar- cuando fue secuestrado por Andromeda, a Draco no le gustaba hablar del tema.

-mucho gusto, Pansy Parkinson a su servicio y Draco podrías pedirle a tu amigo Hadrian que deje de matarme con la mirada- pidió un poco incomoda. No me había dado cuenta de mi forma de verla.