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La propuesta.

Lirio era sostenida por su hermana quién la movía con brusquedad de un lado a otro, ella trato de sacarse el agarre pero no podía ya que su hermana era mucho más grande que ella.

Fátima al entrar y ver lo que pasaba corrió hasta ellas separándolas, la rubia menor se hizo rápido a un lado asustada.

---¿¡Estas loca!? ---grito su madre revisando a Lirio.

Alicia no respondió y subió corriendo las escaleras, ella había regresado bastante molesta de su salida y Lirio no sabía el porque había reaccionado así con ella.

---¿Que paso?

---No lo sé, ella ha estado así desde que regresó ---explico separándose.

Lirio no era tan tonta como parecía, ella estaba al tanto de todo lo que pasaba a su alrededor por más que fingiera que no.

Fátima asintió y la dejo irse, la rubia subió las escaleras también corriendo en dirección a su habitación.

Al estar sola busco su celular leyendo el mensaje que Pedri le había enviado.

"Estoy aquí"

Los dos habían quedado de verse, ella no estaba segura de si en realidad quería asistir pero al final acabo por ir al lugar.

Al llegar pudo ver como la cafetería estaba bastante vacía, enseguida vio al canario quién la miraba desde una de las mesas.

---Me retrasé, perdón ---dijo sentándose a su lado, el asintió con una sonrisa contento de verla.

---Yo sería capaz de esperarte una vida con tal verte ---respondió haciendo que ella también sonría.

---¿Que era lo que querías decirme? ---preguntó para cambiar de tema.

---Es algo complicado y digamos que no soy el mejor en esto ---dijo llamando a la chica a quien le había pedido café hace un momento.

---Solo dímelo, yo sé que te entenderé...

Pedri asintió recostándose en su asiento, no sabía si quiera el como comenzar.

---Hay sospechas de que Laura ha estado involucrada en la desaparición de una chica, me han estado llamando muy seguido para poder ayudarles en eso ---explico mirándola para ver su reacción.

---¿Que chica?

---No creo que la conozcas pero se llamaba Leticia, era su prima ---respondió dándole un trago a su café.

---Eso tiene algo de sentido, ¿Pero por qué tú? ---preguntó.

---Fui su novio mucho tiempo, además yo estaba con ella el día en que Leticia desapareció.

Entonces Lirio entendió todo, pero aún seguía muy confundida con algunas cosas pero tenía vergüenza preguntarle.

---Te entiendo, gracias por tomarte el tiempo de explicármelo ---dijo mirándolo fijamente---Apesar que no tenías motivos para hacerlo.

---Los tenía, tenía muchos ---se apresuró a decir, la rubia dejo de mirarlo sintiéndose intimidada por la fuerte mirada del chico.

---No los tenías Pedri.

El nombrado la miró con una sonrisa burlona, es que no podía creer la ingenuidad de la chica.

---No soy tonta ---se apresuró a decir como si le hubiese leído la mente.

---Se que no lo eres, pero sí creo que eres despistada ---respondió.

Lirio no supo que decir así que prefirió quedarse en silencio, el al ver como ella no decía nada siguió:

---Te he dado muchas pistas del cómo me vuelves loco, pero tú pareces no entenderlas y eso me pone mal ---se notó alterado en su tono.

---Lo hago, que no te siga el juego no quiere decir que no me de cuenta..

---Eres la única chica con la que deseo algo, eres la única Lirio ---el tomo sus manos y las llevo en dirección a su corazón---Se que confundiste lo que dije en la entrevista, pero yo...

---Lo hice pero luego lo entendí, no soy tan bruta ---trato de sonreír sacándole una sonrisa al canario.

---Se que es pronto y que tal vez quieras conocerme un poco más, pero quiero hacer las cosas bien contigo ---dijo levantándose de su lugar y caminando hasta donde ella estaba---¿Podrías darme una oportunidad?

La rubia no sabía si hacerlo, ellos llevaban poco tiempo de conocerse y le resultaba muy pronto el aceptar.

Si tomaba en cuenta el que el canario se había comportado como todo un caballero con ella y el que jamás le había faltado el respeto o dicho algo hiriente podía considerarlo.

---No hace falta que me des una respuesta inmediata, yo voy a esperarte..

---Bien, si quiero darte una oportunidad ---dijo rápido, tal vez eso le vendría bien a ella y al chico, ambos necesitaban un rato de felicidad.

Pedri sin pensarlo la beso, la besó con una gran sonrisa en su rostro. Una sonrisa que ni siquiera Lirio había visto alguna vez, el estaba feliz.

---No sabes lo contento que me pone, he esperado tanto... ---dijo antes de volverla a besar.

Ella le siguió el beso gustosa, si el estaba feliz ella también debería estarlo.

Pablo estaba recostado en su cama mientras veía la televisión, en su mente divagaba el como acercarse a Lirio. Si bien ella no sentía nada por el, el si lo hacía.

Estaba confundido a la vez y eso lo cabreaba, no quería tener ese sentimiento en su pecho.

Fátima lo había llamado para preguntarle a detalle lo que había sucedido, el le fue sincero y le contó todo. Ella después lo había invitado a comer para que así no perdieran la amistad que habían desarrollado por una tontería de Alicia.

Si bien a él le dolía un poco también estaba contento ya que se había sacado una carga grande de los hombros.

Si quería acercarse a la chica debía ser inteligente y sobre todo cauteloso para no llamar la atención, debía ser más listo que Pedri.

El programa que estaba viendo acabo por lo que se levantó de su sitio apagando la televisión, camino de regreso a su cama pero cuando estaba apunto de tumbarse su estómago rugió.

No tenía nada de comer en el departamento ya que siempre acostumbraba a comer en casa de Fátima, pero ahora tendría que salir a hacer las compras por su propia cuenta.

Estaba tan cansado que mejor optó por tomar su celular y llamar a su hermana para que ella las hiciera por el, después de hacerlo se quedó dormido aún con hambre, luego de haber entrenado toda la mañana no estar cansado era imposible.

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LIRIO ―PABLO GAVI, PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora