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Una extraña felicidad.

Lirio se levantó de un brinco de su cama al escuchar como algo pequeño golpeaba contra el vidrio de su venta.

Al hacer a un lado la tela que le impedía ver para afuera vio a Pablo hacerle una seña con sus manos para que guardará silencio.

Ella abrió la ventana y se asomó con cuidado, eran las siete de la noche por lo que estaba oscuro afuera.

---¿Que pasa? ---preguntó con suavidad, el chico recién se recuperaba de la lesión del otro día.

Sin responder empezó a subir como si fuese gato por los árboles, ella ahogó una carcajada al ver como caía de golpe al piso de su habitación.

Al el estar dentro volvió a cerrar la ventana, Pablo se levantó y saco de su bolsillo una rosa que seguro le había cortado al jardín de su madre.

---Era la más linda, pero se dañó un poco ---se la ofreció viendo como un par de pétalos caían al piso.

---Gracias, pero pudiste haber esperado a mañana ---la tomó dándole una mirada de reproche.

Ella camino hasta su mesita de noche donde la dejo, le indico que se sentará al borde de su cama acción que el realizó enseguida.

---Quería agradecerte por haberte preocupado por mi todo este tiempo ---sonrió mirándola.

---Apenas te recuperaste y ya te quieres volver a lesionar, creo que te gustaron las vacaciones ---se burló.

---Lo que más me gustó fue el que me visitarás a diario ---dijo con sinceridad.

Lirio sin poder enviarlo se puso roja, el sevillano era nuy directo con lo que decía.

---¿Ya comiste? ---preguntó para cambiar el tema, el asintió sin dejar de verla.

---Me gusta pasar tiempo contigo, eres agradable ---sin evitarlo llevo su vista al cabello de la chica, le encantaba---Y bonita.

---Gracias ---respondió encogiéndose en su lugar, el muchacho sonrió al ver el nerviosismo en sus ojos.

---¿Vendrás al entrenamiento de mañana? ---preguntó.

---Tengo clases ---nego deseando ir, pero el colegio era más importante según sus padres.

---Pero saldremos luego, seguro Pedri te lo ha mencionado ---dijo sintiendo algo en su pecho al nombrar al canario.

---No lo ha hecho ---respondió con extrañeza, Pedri siempre le decía hasta lo que comería en el almuerzo.

---Entonces lo olvidó, ¿Vienes con los chicos y conmigo? ---preguntó con ilusión, Lirio notó como sus ojos brillaban así que asintió de una vez.

---Vale, claro que sí ---accedió levantándose de su lugar para poder moverle el cabello con burla.

---Tengo algo por aquí, déjame lo busco ---camino hasta una de las gavetas del clóset buscando unos chocolates que su tío le había enviado.

Pero unos gritos hicieron que ella se diera la vuelta asustada, Pablo también se levantó de su lugar enseguida.

---¿Que pasa? ---preguntó alarmado, ella se encogió de hombros y salió de la habitación rápidamente dejándolo ahí.

LIRIO ―PABLO GAVI, PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora