Posesivo [Kiribaku]

Capítulo treinta y tres

El amor es muy complicado en muchos aspectos. Por eso Eijiro huía tanto de él.

Cuando conoció a Mina, puede ser que se haya enamorado. O puede que no.
El problema es que ella no hacía nada para enamorarlo, y cuando conoció a Katsuki, todos los planes de ella se fueron al carajo.
Eijiro agradece de tener a Katsuki.
A pesar de todo lo que costó…

Eijiro aún podía recordar las 24 citas que Katsuki le rechazó.
Si se supone que en ese entonces Eijiro le gustaba, ¿por qué nunca aceptó salir con él desde la primera propuesta?

Sí me quiere, me esperará. ¡Serán las pelotas!
Eijiro cada vez que recordaba esa frase le daban unas ganas de ahorcar a todo aquel que viera enfrente. Pero es cierto, le tocó esperar.
Se sentía como el tiempo de un concierto.

Querer salir con Katsuki era como el anuncio de que tu banda favorita llegue a tu país.
Decides que vas a ir.
El día de la venta de boletos, sabes que hay un montón de gente a la espera y aún así, sabes que te mereces ese boleto más que ellos.
Puedes sentarte o quedarte de pie, pero por más de que te desesperes de estar ahí, no te vas. Porque sabes que valdrá la pena.

Aunque te toque que esperar mucho para que inicie la venta, estás ansioso.
Y cuando por fin abren y piensas que estás por obtenerlo, la cola avanza lento.

Algo así se sentía con Katsuki.
Sentía que podía llegar a un salón de espera, tomar un ticket y sentarse junto al resto de chicos que también querían salir con él, y a pesar de que veía a ese montón, sabía de qué él merecía más a Katsuki que ellos.
Esperar valía la pena, aún si le desesperó.

Sin embargo no se fue, a pesar de que el proceso entre ellos fue lento.

-—Me gustaría invitar a Katsuki a salir. –había dicho una vez Sato. Se estaba arriesgando, él lo sabía. Eijiro ya había advertido a su grupo de amigos que no quería que nadie se le insinuara y aún así se estaba revelando—.¿Qué opinas tú?

Sato podía sentir el puñetazo venir.
Pero sorprendentemente no pasó.
Es cierto, Eijiro estaba anonadado.

¿Sato quería salir con Katsuki? ¿¡Desde cuándo era gay!? Y la verdad, es que Sato no era gay, ni lo es.

Solo quería probar la reacción de Eijiro, que fue divertida al principio, pero cuando su rostro se tornó serio y tenso, dejó de ser gracioso.

—-Invítalo. –fue tan brusco aquello que al mismo Eijiro le sorprendió. Él ya había advertido (si a advertir se le traduce como amenazas) de que no quería ver a nadie insinuándose a Katsuki.

Lo había dejado muy en serio por todo UA. Y estaba bien. Parecían obedecerle.

Había lidiado con unos cuantos idiotas que no querían aceptar por las buenas pero no era nada que se le saliera de las manos.
Pero cuando Sato habló, ahí sintió que el agua se le estaba derramando del vaso.
Que un estudiante normal y corriente quisiera salir con Katsuki sí era un serio problema, pero cuando uno de tu grupo de amigos confesaba de que quería salir con Katsuki…

¿Cómo reaccionar a eso? ¿Traicionado?
No, que estúpido, eso es cosa de chicas.

No sabía cómo reaccionar ante ello.
No podía golpearlo, Sato era su amigo.

—¿E-en serio? —-Eijiro asintió. Dentro de su mente, ya quería desquitarse con unos tontos de segundo año por ser tan estúpido.
Sato nunca esperó de queEijiro aceptara—.
B-bien… Saldré con él.

Eijiro palmeó de su hombro.
—-Te acompañaré.

¿¡Qué!?
No, eso no estaba bien.

Eijiro se llevó a rastras a Sato, justo al jardín donde Katsuki solía ir a sentarse debajo de un árbol y armar sus coronas de flores.