Capitulo tres

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Bakugou solto suaves jadeos cuando los besos húmedos de Kirishima descendieron hasta su cuello. Enredo sus dedos entre la melena de el gimio al sentir el contacto de su lengua. Cerró sus ojos con fuerza y echó la cabeza hacia atrás para gozar más del tacto.

Kirishima presiono sus caderas contra las de Bakugou y éste forma una linda "O" en sus labios.

—Eres insaciable, amor. — Comentó Kirishima jugando con sus frentes sintiendo la respiración semi agitada de Bakugou. Al menor le gustaban esos tiernos apodos que el pelirrojo le decía y no puedo evitar sonreírle mostrando la segunda perdicion de la vida de Kirishima, aparte de su sonrisa.

—Tú tienes la culpa. — Contestó Bakugou jugando con el cabello de su novio y dándole un corto beso en sus labios. Kirishima aún seguía sobre él y si alguien entrara a la habitación en ese momento crean que Kirishima estaba masturbándose, porque su cuerpo no dejaba que el de Bakugou se viese.

—¿Yo? — rió Kirishima y Bakugou asintió con una sonrisa que jamás se desvanece día mientras el mayor estuviese. —¿Quién me despertó con besos en el pecho esta mañana?

Bakugou sintió sus mejillas sonrojarse por un momento y enterró su cabeza en el cuello de Kirishima, sintiéndose apenado y a la vez gozando del aroma que su novio desprendía en su piel. Kirishima delicadamente se alejó y se recostó en la cama a su lado, atrayéndolo más a él rodeando al menor con sus brazos, el rubio cenizo no dudo en acercarse más al mayor.

Le gusta estar así, sintiéndose seguro Como cada vez que Está al lado de Kirishima. Desde un principio se sintió así de acogido y hasta la fecha aún lo siente así. 

El mayor acariciaba su cabello suavemente y Bakugou empezó a cerrar sus ojos otra vez, queriendo que esos momentos se repitieran siempre y más seguido.

Kirishima soltó una suave risa haciendo que el rubio cenizo se derritiera al oírla. No sólo se sentía dichoso de ver aún kirishima por las mañanas, sino de ser el primero en el día de escucharlos reír.

—No te duermas, tienes colegio. — hablo y Bakugou soltó un gruñido. No quería ir a clases, no quería levantarse de la cama y menos alejarse de Kirishima.

—No quiero ir— se quejó enterrando su cabeza en el pecho desnudo de su novio, soltó un suspiro tonto suavemente porque definitivamente le gustaba despertar así cada mañana.

—Tienes que ir, te toca examen de biología. —Le recuerdo Kirishima mientras de reojo veía la linda escena de su pequeño recostado en él.

—¿Tendría ganas de ir, sabes? Pero una persona empezó a tirar piedras a mi ventana interrumpiendo mi lindo sueño mitad de la noche y desde ahí ya no me dejó dormir.

Kirishima río.—¿De verdad? No entiendo por qué le abriste tu ventana entonces y lo dejaste entrar.

—Era un chico guapo no podía dejarlo  afuera.— respondió Bakugou levantando su vista hacia Kirishima y tapándose con sus ojos. A Kirishima le empezó a latir rápidamente el corazón.

—El queria estar contigo. —Susurró sin despegar los ojos de su pequeño.

Con su otra mano recorrió el brazo de Bakugou que estaba sobre su pecho y encontró su mano para entrelazar sus dedos. Bakugou admiro esa escena con ternura prestando su atención a sus dos manos entrelazadas.

La madre de Bakugou no estaba en casa, había viajado unos cuantos días a Alemania de parte de su trabajo y Toga estaba en algún lado rondando por ahí, gracias a Dios no había llegado al cuarto de Bakugou. Aunque si llegara y viera los dos chicos acostados en la cama seguramente no diría nada porque ya estaba acostumbrada a verlos por ahí dándose cariño y mimos. Ella tenía la dicha de ser compañera de kirishima desde la secundaria hasta la universidad, así que cuando ella notó que Kirishima estaba interesado en su hermana menor le dio unas cuantas amenazas que el mayor no le daban miedo pero si las respetaba.

Posesivo [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora