Capítulo quince

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La lluvia caía fuerte sobre la ciudad convirtiéndose en una tormenta de la cual nadie quisiera salir de sus casas.

El pelimorado estaba acomodandose el cabello que goteaba debido a la ducha. Sus padres le habían dicho que no estarían en casa el domingo por la noche, Shinso había decidido quedarse porque noble gustaba en nada salir a pescar y menos con esa tormenta, estaba seguro que sus padres no habrían pescado nada.

Las diez de la noche marcaba el reloj de su habitación y Guns N Roses sonaba en su radio.

Una van negra yacía estacionada frente a su casa, pero él no se percató de ella debido a la oscuridad, y aunque le hubiese percatado no le había puesto mucha importancia.

Hitoshi se había terminado de acomodar la remera cuando sintió que la puerta del balcón se abría, cuando fue a ver hacia ella de inmediato la cerro pero esta vez fue con seguro.

El viento estaba fuerte y la tormenta no parecía que llegase a cesar, así que la culpó a ella por abrir su puerta.

Se miro de nuevo en el espejo de su habitación y soltó una sonrisa cuando observó su abdomen y se dio cuenta que estaba en mejor forma que él creía.

Entonces aquella grata felicidad se vio apagada cuando de pronto la radio se apagó, y por el reflejo del espejo pudo ver un alto pelirrojo, empapado por la lluvia, estaba detrás de él observandolo con una mirada espeluznante.

La sangre de Shinso se enfrió y al girarse se asustó por el chico que estaba frente a él.

Sus manos comenzaron a sudar y sus piernas empezaron a fallarle, quizás su presencia le causaba temor pero ésta vez trago en seco cuando vió el bate de béisbol que éste portaba en sus manos.

-¿Qué... Qué haces... Aquí? -Tartamudo.
Observando como la sonrisa superior del chico rodeaba su rostro cautelosamente pasaba de una mano a otra el bate de béisbol.

-Creo que no te dejé muy en claro cuando te dije que no te acercaras a Katsuki.

Varias semanas atrás...

-¿Un besito más? -ruega Kirishima, elevando sus labios hacia Katsuki  esperando para que éste le bese.

-No, ya no. - sonrió él, apartando a Kirishima con un leve empujón. Este empieza a caminar hacia las bandas y Eijiro camina junto a el rogándole.

-Solo uno más.

-Kiri, ya te he dado siete.

-Dicen que el beso ocho es de la suerte.

Katsuki comienza a reír y antes de llegar a sentarse se enfrenta a la mirada de su novio, quien porta el uniforme del equipo de americano hoy, otra vez, tienen entrenamiento.

A Katsuki no le molesta aquello, pues ama ver a Kirishima jugar y aunque eso signifique que retrase a él y a Shinso en su trabajo de literatura no le importaba. Luego lo terminarían o quizás sea el mismo quien lo termine.

-¿Sabes por qué no te daré otro beso? -sonríe y Eijiro suelta un gruñido.

-¿Por qué?

-Ayer no me dejaste ver la película en p5, pasasre toda la función interrumpiendome.

Eijiro sonríe, Katsuki si habia aceptado de falatar a aquella obra de teatro que estaba organizando por ir a ver la película de estreno. El problema es que, tuvieron que ver una de amor y eso no agradaba en nada a Eijiro.

-Oh, no vengas con ello. -El pelirrojo se acerca hacia el menor, apartando unos cuantos cabellos rebeldes que llegaban a su frente. - Ayer no parecias molestarte por mid interrupciones, es mas, no ponías barrera ante ellas.

Posesivo [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora