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—Felicidades, Faraón —dijo mientras se arrodillaba.

—Oh Faraón, le deseo un gran y eficaz reinado —dijo mientras se arrodillaba.

—Oh queridísimo señor, le alabo mucho desde siempre que e.... —dijo mientras se arrodillaba.

Me habían coronado, ahora, así, sin más, ya me había sentado en la silla, mi esposa me había besado frente a todos, ya todos habían chocado las manos al compas como signo de celebración, pero, ¿por que no sentía nada?

Las personas de la fiesta, bueno, mis invitados, me estaban felicitando, dándome sus admiraciones, y yo, sin embargo, ni un gracias puedo dar.

Lo ultimo que había sentido, fue cuando vi a un chico, no sé, quizás le conocí en otra vida, y por eso ese sentimiento tan extraño, y aun que ya de por echo que es eso, no puedo parar de pensarlo, no puedo parar de sentir que le estaba tocando, o sus ojos mirándome sin una pizca de miedo.

Pero le he perdido, ya han pasado cientos de personas por mis narices, y aun así, él no, cada vez pasa más y más gente, cada vez entra más y más gente, pero se ha esfumado, y no soy bajo, pero he mandado al guardia más alto a que busque una cabellera castaña, y sin embargo, me ha dicho que no hay nadie en esa fiesta que no lleve una peluca, y lo de ese chico no era peluca.

Su pelo era rizado, brillante, su nariz recta, sus ojos verdes y luminosos, sus labios carnosos y su mentón muy definido. Llevaba ropa elegante común, sin pasarse, iba bien vestido, y si le viese le reconocería perfectamente.

—Cariño, ¿todo bien?—

¿Cariño? ¿Quién me llama cariño?

¿Qué me pasa?

¿Por que no veo?

Me duele la cabeza

—Cariño, ¡¿que te pasa?!

Así como si nada volví a ver, delante mío tenia a un señor bastante viejuno, aunque con una cara que me sonaba.

A mi lado tenia a mi esposa, que me miraba con cara alarmada, preocupada, como si sucediese algo.

—Amor, ¿te encuentras bien? —le pregunté, enserio parecía estar mal.

—¡¿Que si me encuentro bien?!, ¡eso te lo tendría que preguntar yo a ti!

El hombre que teníamos enfrente siseo mientras giraba la cabeza de lado y se iba.

—Min ¿Qué te pasa? —era Itemu —se que ser Faraón de la noche a la mañana es complicado, pero es algo que llevas queriendo desde que te conozco, y si te es duro aunque sea finge que no es así, ¿Qué narices te crees que pensaran de ti?

Qué me importa lo que piensa la gente de mí.

Ya empieza con sus sermones, está siempre igual, que la aprecio un montón eh, pero es que siempre tiene su maldita película y siempre está pensando en cómo piensan los demás de todo, es horrible y agonizante, no me interesa que piensan los demás de mí, no me importa, no me importa ni su existencia siquiera, como ni siquiera me importa su opinión, cogí aire, que vino con la mala respuesta que di.

—¡¡Me da igual!!  no me importa sabbor um-muk, ¿¡entendido?!

La sala quedo en un sepulcral silencio.

Yo no quería contestar así

Es, no lo se, no se que es.

Itemu, tenia la cara roja de vergüenza y mi esposa me miraba como si no me conociese, cosa que no hace, pero creo que tampoco...

Todo el mundo me mira, con la boca abierta, con las manos en la cabeza, todos susurran, todos me critican, por desgracia algo si que me importa la opinión de toda esta gente.

Mis pies comenzaron a avanzar en dirección a mis aposentos mis criados me seguían, me di la vuelta y les suplique que me dejaran solo, que no quería ver a absolutamente a nadie, que no dejasen entrar ni al ser mas preciado de la tierra.

Mientras avanzaba, comencé a escuchar susurros en el pasillo de la derecha, había tres pasillos, el de la izquierda daba a todo donde podía estar, el de en medio era para invitados y solo había estado en el salón y en el de la derecha nunca he entrado , nunca me dejaron, solo se que se divide en dos pasillos más, que desconozco que contienen.

Me asomé para ver que eran esos susurros, cada vez se intensificaban mas, y deduje que provenían de dos personas, me pegue a la pared y me asome al pasillo, en efecto, eran dos personas, un chico y una chica, que no estaban haciendo nada puro precisamente, de repente él levanto levemente la cabeza.

Hachoun

Era él

El chico que vi antes

El esta con esa chica

El ha venido con esa chica...

Lentamente me aleje hacia mi pasillo, mis ojos están comenzando a humedecerse, mis pulsaciones se han ralentizado, los oídos me pitan, y el dolor de cabeza a aumentado.

No se como pero estoy en mis aposentos y suavemente me siento en la cama.

No se que pasa pero no me esta gustando, siento que me duele todo el cuerpo, y estoy lagrimeando sin motivo alguno, se supone que hoy tenia que ser mi día, un día feliz, un día del que todo el mundo este orgulloso de mi. Pero más bien, es un día, donde todo el mundo se arrepiente de tener el Faraón que tienen...




Morir De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora