Imhotep todavía no llegaba con el nuevo guarda, el tiempo se acaba estaba a nada de amanecer, Aha busca cualquier manera de desterrarme de mi cargo, y por algo así no me lo quitarían pero si me tendrían más vigilancia de la que ya me tienen , cosa que es lo ultimo que necesito.
Estoy en el jardín segundario, sentado frente al gran árbol, lógicamente es uno de los pocos que hay en Egipto, es de otro sitio lo trajo el Farón Raha durante su reinado, y aun que nadie sabe como creció y no tiene pinta de que vaya a parar de hacerlo. Me acuerdo que de pequeño mi comatriz se pasaba horas y horas sentado aquí, admirando sus hojas, el movimiento tan sutil que hacen con el soplido del poco viento, así como lo hago yo ahora.
De momento esta todo oscuro, Anat debe de estar durmiendo, la verdad es que no lo se, y no estoy para pensar en ella, solo se que si el Imhotep ese me falla no vuelve a pisar palacio, Anat confía en el, y yo en ella.
Todavía quedan unas 3 horas para el alba así que me fui a mis aposentos a darme un baño, en la calle no se estaba demasiado bien, hacía algo de frío. En los pasillos no había nadie ni nada, solo yo y mi vela, me asome a la habitacion que Anat y yo compartíamos, estaba vacía, cosa de la que me alegraba, no me apetecía dormir con ella.
Me fui a mi habitacion, al entrar encendí las luces y calenté el baño, una vez caliente me metí poco a poco, sentía como el agua caliente liberaba todos los músculos de mi cuerpo, sentía como poco a poco me relajaba y se iban yendo mis problemas.
No se cuanto tiempo pase ahí pero acabe dormido.
--Señor Rey....., ¿señor rey? ¡¿Señor Rey?!, ¡ah!, rey mío, por favor, dioses míos, pero-
--Que sucede, ¿Qué pasa?-- me desperté alarmado, una de mis criadas estaba delante mío llorando y gritando.
-- ¡Señor!, ¿¡esta bien!? -- exclamó.
--Claro que estoy bien, ¿por que no he de estarlo?
-- No es que pensé, que, pensé que usted, que-- comenzó a tartamudear mientras le caían mas lagrimones -- bueno eso no tiene importancia, el guarda Imhotep ha vuelto, y esta aquí con un chico.
-- ¿Ya han llegado?
--Exacto mi señor, me dijo que le avisa-
-- Si, sí, ve a despertar a mi esposa, que se arregle, dila que ya han llegado y dile a Imhotep que venga de inmediato.
--Sí mi rey-- dijo mientras se inclinaba y procedía a irse
-- ¡Eh!-- La frene--Sin el chico.
--Entendido.
Salí de la bañera y camine a coger ropa de mi armario para vestirme, una cosa era peor que la otra, o muy formal o poco formal, esto siempre es algo que hacen esos criados, al final me decidí, por mi vestido nuevo, me lo confeccionaron hace mes y medio es simple pero elegante.
Tocaron la puerta del vestidor y mande pasar.
--Mi señor rey-- dijo mientras se arrodillaba.
Delante mío apareció Imhotep, un ojeroso y sucio Imhotep.
--Imhotep, me alegro de verte-- Me baje de la plataforma del espejo para poder hablar bien con el, me sacaba algunas cabezas, era rubio de ojos negros mentón marcado y ancha nariz.
--¿Me trajiste lo que se te pidió? -- pregunté.
-- Sí señor, esta arreglándose.
--Genial-- volví al espejo, no había mucho tiempo, cuanto estuviese mejor-- ¿Y puedo saber de donde le sacaste?
Necesitaba saberlo, dudo que alguien con dinero que no tenga necesidades acepte algo tan repentino y desconocedor, pero alguien con necesidades y pocas condiciones probablemente dude en aceptarlo, pero con solo decirle que trabajara para mi aceptaría, pero yo quiero saber a quien meto en mi palacio.

ESTÁS LEYENDO
Morir De Amor
RomanceFacil Dos chicos Un amor Un destino inevitable Un villano O muchos, depende desde donde lo mi...