El concierto había concluido con éxito, el público comenzaba a retirarse y la banda se dirigía a los camerinos para deshacerse de sus trajes, estaban acalorados, sudados y con respiraciones ligeramente agitadas después de todo el ajetreo del concierto, lo único que todos los miembros deseaban era darse una cálida o fría ducha e ir directamente a la cama y descansar bien antes de tomar un vuelo por la mañana y dirigirse al siguiente sintió del próximo concierto. Los ghouls compartían un camerino, las ghoulettes tenían su propio camerino y Papa también contaba con el suyo, por lo que las chicas y Tobias se desviaron del camino para ir a sus camerinos, mientras que las chicos se dirigían al suyo con grandes sonrisas por el gran trabajo que habían realizado.Dentro del camerino de los chicos se encontraba Clarice Adler, una gran fan de la banda y una empleada con suerte, pues esa noche le tocó atender específicamente el camerino de los ghouls, llevándoles aperitivos, bebidas y todo lo que pudiesen desear.
—¿pero estás bien? Tu escenario está algo alto—habló Cos (Rain) quitándose el casco.
—No te preocupes, estoy bien—Jutty (Swiss) le sonrió sin preocupaciones.
—oh, hola, querida—Chris fue el primero en notar a la chica de tamaño pequeño estar acomodando botellas de agua en la mesa.
—Hola, enseguida me salgo—cruzó mirada con Sodo, su ghoul favorito; el dueño de sus suspiros.
—si necesitan algo más con gusto se los traigo. Mi nombre es Clarice y estoy para servirles—les regalo una cordial sonrisa y comenzó a caminar en dirección de la salida.
—ah, ¿querida? ¿Podrías traerme un par de bananas?
—te acabas de comer una en el escenario—Hayden le recordó con cierta burla hacia la obsesión de Chris por las bananas.
—aún tengo antojo de otra. ¿Crees traerme un par?
—Con gusto, en seguida se la traigo. ¿Gustan algo más?
Varios negaron con una sonrisa, incluido Sodo; Clarice sintió arder en mil colores, por lo que salió casi corriendo de aquel lugar, pero una voz la detuvo cuando estaba a medio pasillo.
—¿Qué necesita?
—am si, ¿Podrías traerme una cerveza?—la delgada y estilizada anatomía del guitarrista principal de Ghost se acercó a la chica.
—claro, ¿necesita algo más?
—de hecho si, ¿estás libre más tarde?—los delgados labios de Eriksson se curvaron hacia arriba.
La cabeza de la joven no maquino con rapidez, se quedó congelada en cuanto aquellas palabras salieron de la boca del sueco. Su cerebro estaba confundido, necesitaba corroborar lo que escuchó.
—disculpe ¿Cómo?—Su voz se escuchaba un tanto trémula.
—¿estás libre más tarde? Si es así ven al camerino después de que se hayan ido los demás—era descarado y directo.
—¿yo?—se apunto a sí misma realmente confundida.
—si, no veo a otra pequeña chica de hermosos ojos negros enfrente de mi—su voz se escuchaba más seductora que en las entrevistas, Clarice podía jurar que su voz debía de ser hechizante, porque con aquellas simples palabras de conquistador un tanto mediocre, hicieron caer a la de cabello negro.
—...ok.
—oh cierto, no olvides mi cerveza...Clarice—se retiró del pasillo volviendo a entrar al camerino.
Clarice tardó en moverse, en recordar como respirar y parpadear, también se pellizcó un par de veces para ver si aquello que acababa de pasar no se trataba de otro de sus fantasiosos y divinos sueños vívidos. Cuando sintió el dolor de aquellos pellizcos cayó en cuenta de que todo era real. Caminó aún confundida, tratando de recordar que tenía que traer las bananas de Chris y la cerveza de...La cerveza de Sodo. Una sonrisa se pintó en sus labios y una lágrimas resbaló por su ojo derecho hasta llegar a su barbilla. El motivo de aquella lágrima podría a ver sido ridículo e incluso estúpido para otras y otros, y, tal vez, algunos comprendan aquella solitaria lágrima en el rostro de Clarice. Por mucho tiempo vivió sintiéndose la persona menos agraciada, ningún chico o chica la volteaba a ver con intereses románticos, por lo que su mente, su vista, comenzó a atacar su propia persona. Se miraba al espejo con cierto repudio, pues no tenía un cuerpo delgado ni escultural, tampoco contaba con sobrepeso, era a lo que se le llama un cuerpo de anatomía media, pero aún así sentía demasiada tristeza cuando se veía al espejo. No tenía demasiada cintura, tenía demasiado pecho y poco trasero, lo cual no combinaba para unas caderas un tanto anchas. Su rostro, su rostro le gustaba bastante, pero llegó un punto de su vida, de su adolescencia, donde no quería verse la cara porque se sentía fea.
Sus amigas y amigos tenían pareja, se apartaban y volvían a tener pareja más rápido que la velocidad de la luz, y a ella, a ella nadie le pedía ser su novia, nunca nadie le encontraba un atractivo. Ahora, siendo una joven adulta, había escuchado a un par de tipos decir que era fea, así que ahora entendía el porqué nadie quería salir con ella. Era fea.
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ONE-SHOTS (Per 'Sodo' Eriksson)
FanfictionLectura erotica, +18 o smut con el guitarrista principal de la banda Ghost: Sodo Eriksson. Espero y sea de su agrado, si no les agrada éste tipo de lectura, les recomiendo no leer. Cada capitulo será distinto al anterior y no tendrán un seguimiento...