Había pasado una semana desde aquel encuentro en el hotel y todavía no lograba recordar nada de la noche del sábado. Era domingo, un día libre de trabajo y había accedido a ir al cine con Adán. Pero mientras mas tiempo pasaba, menos ganas de vivir tenia, metafóricamente hablando. Si fuera por él se quedaría encerrado todo lo que pudiera en el Hotel, lejos toda vida humana posible y cualquier compromiso que pudiera tener. Pero eso seria decir mucho mas de lo que pretendía por lo que intentaba aparentar que nada le habia movido las fibras internas, por mas mentira que fuese.
Se vistió con unos vaqueros de jean desgastados y usó una camisa negra con los botones desprendidos a la altura del cuello. Se remangó un poco las mangas a la altura de los codos y se calzó con unos zapatos negros de cuero con una hebilla plateado atravesando el empeine. Como siempre, el Rolex iba ajustado a su muñeca derecha. Consultó las cifras de simple curiosidad. 422: 45: 19. Solo faltaban alrededor de 17 días para que pasara lo que tuviera que pasar. Poco mas de dos semanas. Sacudió la cabeza tratando de liberarse de esos pensamientos y salió del hotel. Faltaba poco para que fueran las 19 hs y debía apurarse si quería llegar a tiempo o de lo contrario se perderian la pelicula. Él no lo sabia, pero segun Adán era algo terrible asi que no podia permitirselo.
Afortunadamente llegó con cinco minutos de anticipación y Adán estaba esperándolo en la entrada con los cupones, un tarro de palomitas y dos vasos de soda de Coca~Cola. A saber qué era eso. Se limitó a saludar y a seguirlo por el pasillo hasta que entraron a un sala oscura con un montón de butacas y una pantalla gigante al frente. A juzgar por la ubicación supuso que allí nadie se perdería las imagenes sin importar dónde se sentara, pero Adan insistía en que debia ser en la tercera fila asi que caminó de un lado para el otro buscando alguna butaca libre. Al final se rindió cuando Poseidon encontró dos butacas disponibles en la cuarta fila y se sentó como si hubiera plantado bandera. Se habia cansado de esquivar a la gente, caminar por el estrecho de las butacas y recibir insultos o miradas molestas de los otros presentes. Detalles que el castaño parecia ignorar perfectamente y eso que iba con las manos ocupadas.
Trató de ponerse cómodo en el asiento estrecho pero le fue imposible, aun así intentó no reflejar la molestia en su rostro porque no queria arruinarle el día a su acompañante que parecía un niño con su entusiasmo. Agradeció por tres segundos cuando la sala quedó a oscuros y pudo rodar las ojos y soltar un suspiro exasperado pero se sobresaltó de inmediato cuando el sonido comenzó a salir de todas partes a un valor exageradamente alto. Lo peor es que tuvo que fingir que no le importaba que Adán se diera cuenta y se echara a reir a carcajadas. Solia ser un buen acompañante pero en ocasiones le asaltaban una tremendas ganas de ahorcarlo.
Fingió fijar la vista en la pantalla y concentrarse en la pelicula, y de inmediato notó que el castaño habia hecho lo mismo. Aunque no entendía nada de nada, y podria haber jurado que si no salia de allí epiléptico, pasaba raspando. Después de unos treinta minutos de soportar videos por demas de estúpidos que no tenían ninguna coherencia entre el uno y el otro, se enteró que habia perdido media hora de su vida mirando comerciales encerrado en una sala grande rodeado de unos trescientos desconocidos. Ciertamente el día no indicaba querer mejorar y lo supo a la perfección cuando en la pantalla apareció un título que rezaba "Furia de Titanes 2". La dos. Osea, se suponía que existía una pelicula anterior a la que estaba por ver, que no habia visto ni por error. Eso solo significaba que entendería la mitad de la pelicula probablemente. Pero nada fue peor que cuando se percató de qué se trataba la pelicula.
Apoyó la cabeza en su mano izquierda, la cual apoyaba en el apoyabrazos de la butaca y cada tanto se rascaba la frente dándole señales de estar harto. Ya para cuando Perseo, la Reina Andromeda, Hefesto y uno de sus hijos (Si, un hijo de Poseidon) llegaron al Inframundo para luchar contra los Titanes y rescatar a Zeus, el verdadero Poseidon se habia quedado dormido. Si habia algo que no le entretenía era la Titonamaquia y algo que no le parecía divertido era cómo los humanos desvirtuaban la historia creyéndola un simple mito que podian cambiar a piasere segun su propia conveniencia. Lo unico que podia sacar de divertido en toda la pelicula, fue la captura de Zeus. Quizás algun día lo invite al cine a verla solo para regocijarse de la cara del dios del trueno al verse secuestrado por los titanes.
Afortunadamente, la película terminó y ese mismo día, cosa que ya habia empezado a dudar que pasaria. Se preguntó qué pasaba con los humanos. Adan le dijo que le habia parecido demasiado corta, ya que no duraba ni dos horas pero él habia sentido como si hubiesen sido ocho y su trasero y espalda ya no querían saber nada mas sobre butacas de cine. Tuvo que pestañear varias veces para acomodar la vista al salir de la sala y aseguró que un pitido bastante molesto se le metió en los oídos y se negaba a abandonarlo. Al menos, después del cine fueron a cenar y ahi el ambiente era mas relajado y reconocido, aunque tuvo que limitarse a comer mientras movia la cabeza insinuándo que estaba de acuerdo mientras Adán repasaba la película como si no la hubiera visto con él y luego se tomaba el trabajo de reflexionar y criticar cada una de las escenas.
Aunque no todo habia sido mal. Podia ser tan ocurrente que en mas de una ocasion lo habia hecho reir con ganas y tenia que admitir que hablaba tanto sobre cualquier cosa, que se le hacia imposible pensar en algo mas que no sea en la conversacion que estaban teniendo. Además, Adán era simple. No hablaba con rodeos ni misterios ocultos. Disfrutaba hasta de los pequeños detalles y solia ser tan trasparente y sincero como un niño. Pasaba de reirse de todo y por todo con un globo a ofuscarse rotundamente a causa de ese mismo globo en tan solo cinco segundos, pero si le dabas un globo nuevo se olvidaba del enfado y volvia a ser feliz. La otra cara de la moneda tambien le gustaba. Habia demostrado ser un profesional serio, inteligente y apasionado. Conocía mucho sobre la vida marítima y realmente le interesaba conservarla, por lo que era capaz de meter manos en el asunto directamente si era necesario.
El hecho de que viajara a menudo le ofrecía una visión del mundo un poco mas amplia, y una sabiduria que Poseidon sospechaba que era algo que habia forjado con mucho trabajo y esmero. Nunca se quedaba sin anécdotas para contar ni sueños por cumplir. Era una buena compañía sin dudas. Y se habia aprovechado bastante de esas cualidades durante toda la semana. El lunes cuando pudo hablar con él, se excusó sobre la bajada súbita del taxi y Adan en vez de reclamarle o sentirse dolido le pidió que fuera con él a beber algo después del trabajo. Lo hizo y desde ese día quedaron en encontrarse al dia siguiente, por lo que pasaron toda la semana haciendo planes para despues del trabajo. El sábado lo habia invitado a caminar por las calles de Melbourne donde pararon infinidad de veces, conforme surgía la idea de hacer algo diferente y finalmente llegaron al domingo con la invitación al cine.
Debía confesar que él nunca tomaba la iniciativa. Jamás le hizo una invitación pero no era algo que pareciera importarle a Adan. No era alguien orgulloso que se molestara por ser el primero (o el unico) en llamar. Una vez habia intentado retribuirle pero no supo qué decir. Tuvo que recordarse que el no tenia la costumbre de disfrutar el mundo de los mortales como si fuera uno mas, entremezclándose entre los seres humanos por lo que no tenia ni idea sobre qué podia sugerir. Eso era una desventaja pero la camufló diciendo que solia trabajar demasiado y que era la primera vez que viajaba a Australia. Adán le entendió y le prometió que seria su guía turístico mostrandole los mejores lugares de la ciudad y enseñándole a entretenerse sin trabajar. Quizás el castaño lo tomaba como una broma pero Poseidon sabia muy bien que Adan le estaba mostrando el mundo de una forma que él jamás habia visto y que en pocas palabras, le estaba enseñando a vivir.
Si a eso le sumaba el hecho de que ya no pensaba tanto en Zeus ni en el Olimpo, que no se molestaba en extrañar su divinidad ni maldecir su mortalidad y que el dios del trueno ya no daba señales de vida ni en sueños, podria asegurar que finalmente estaba tranquilo y estaba disfrutando. Eso se lo debia a Adan y era un detalle que no pensaba omitir. Ese y el hecho de que mientras mas pasaban los días, mas atractivo lo encontraba.
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༄ℙ𝕣𝕠𝕗𝕦𝕟𝕕𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤๛
FanfictionPoseidon, dios de los mares habia sido castigado por Zeus despues de haber sido victima de un "error" de Eros. Suponia que el dios del trueno se había pasado de la raya con su castigo, producto de un resentimiento personal y estaba dispuesto a hacér...