𝔸𝕔𝕦𝕒𝕣𝕚𝕠.

25 10 0
                                    

Había intentado analizar los motivos que lo impulsaron a levantarse temprano ese domingo y dirigirse a la nueva atracción de la ciudad. Era completamente ilógico que hiciera caso a las publicidades que veía por la acera cada vez que regresaba caminando al hotel después de su jornada de trabajo y mas ilógico se le hacía considerar "Esa" publicidad. Pero también era cierto que estaba volviéndose loco en su obligado y auto-exigido aislamiento, por lo que al tomar la decisión no lo habia visto del todo mal.

Se había levantado temprano y vestido de forma casual con unos jeans negros desteñidos, zapatillas de tela, una camisa de jeans azul tambien desteñida y una campera negra de abrigo ligero. A pesar que estaban en otoño, ese día se habia presentado un poco caluroso y ni siquiera el viento que soplaba insistente arruinaba el cielo despejado y soleado que se mostraba sobre su cabeza. Se habia puesto unas Ray-Bans para proteger sus ojos del sol y habia salido decidido a presenciar la inauguración del Acuario.

Definitivamente debía estar enloqueciendo pero extrañaba la vida marina. Creyó que ver algunas especies que solían habitar normalmente en las profundidas podrían hacerlo sentir temporalmente como en casa y que si lograba generar alguna conexión empatica con algunas de ellas, podria sentirse apaciguado por primera vez después de tanto tiempo, pero se habia equivocado grandemente y ahora caminaba cabizbajo por los pasillos tratando de no prestar atención especial a las grandes peceras que aprisionaban a esos animales, los cuales le miraban con una tremenda angustia y emitían quejidos llorosos presa de una angustia incontenible. Claramente ese no era su hábitat natural y lógicamente, esos animales no estaban felices y era prácticamente imposible que transmitieran paz alguna.

Suspiró resignado y decidió dar por finalizada la visita, dirigiéndose con paso ininterrumpido hacia la salida cuando un hombre captó su atención. Estaba de espaldas observando detenidamente una pecera de tamaño mediano llena de peces "Carpa" de diversos colores. Su cabello era color azabache y estaba vestido de negro. Unos jean oscuros, una camisa negra, una campera de abrigo negra y botas negras que aprisionaban las botamangas de su pantalón. Sostenía un celular en su mano izquierda, la cual lucia un Rolex de oro en su muñeca izquierda. Su mano derecha estaba guardada en su bolsillo y dejaba su brazo en una posición cómoda con el codo levemente flexionado. No podia verle el rostro pero habia algo en su porte que le atraía y no podía dejar de mirarlo.

Quiso seguir caminando hacia la salida, pero el aura que emitía ese hombre era tan atrayente que finalmente desvió sus pasos hacia la pecera de los peces Carpa. Se apoyó sobre la barandilla que lo mantenía a un metro de distancia del cristal, quizás queriendo figurar interesado en los peces pero al sentirse observado giró su rostro hacia la derecha y se encontró con el rostro de Zeus mirándole fijamente y sonriendole apacible. De repente una oleada de alivio le recorrió hasta el alma y pudo haberse sentido sosegado por completo de no ser porque también le recorrió una oleada de furia incontenible y le invadieron unos sentimientos de reproche que amenazaban con ahogarlo.

__Finalmente el rey, se ha dignado a hacer acto de presencia. ¿Qué ha hecho este humilde servidor para merecer tan honorable visita?

__Con un simple "Hola" hubiese sido suficiente. Después de todo sabemos que tu tienes de humilde lo que yo tengo de mortal.__Zeus sonrió mostrando una fila de dientes perfectamente alineados y blanqueados, al estilo modelo de pasta dental y luego negó con la cabeza regresando su atención a los peces, señalando a uno en particular que se habia acercado curioso. - Sabia que vendrías pero sigue sorprendiéndome que encuentres esto divertido.

Poseidon soltó un bufido que pareció haberlo desinflado, y dejó caer los hombros. Quizás deberia analizar el por qué se estaba relajando tan rápido ante la presencia del pelinegro, cuando en realidad en su fuero interno quería seguir peleando con él, pero decidió hacer caso omiso tanto de sus reacciones como de sus deseos internos.

༄ℙ𝕣𝕠𝕗𝕦𝕟𝕕𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤๛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora