༄ℙ𝕣𝕠𝕗𝕦𝕟𝕕𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤๛

𝕁𝕠𝕧𝕖.

Pasó otra semana de locos, pero afortunadamente ya habia llegado el viernes. Estaba tan agotado tanto fisica como mentalmente que ese día se excusó con Adan y se dirigió directamente al hotel. Todo lo que queria era darse una larga ducha, comer algo y zambullirse entre las sabanas para dormir hasta que llegara el lunes.

Se la habia pasado día y noche recordando el sueño. El maldito sueño. Cada detalle del mismo habian quedado tan profundamente grabados en él que si cerraba los ojos, podia sentir los besos o el peso de su cuerpo moviendose entre su entrepierna. Lo peor es que su cuerpo reaccionaba como si lo hubiera vivido realmente, y como si deseara volver a experimentarlo.

Fue tan caotico para su mente que todo avance que habia hecho con Adan se habia ido por el retrete. Aun seguia saliendo con él despues del trabajo y solia disfrutar sus encuentros, pero llegaba un punto en el comenzaba a pensar en Zeus, en el sueño y de alguna manera u otra ya no podia regresar al aqui y al ahora. No era de extrañarse que el momento se echara a perder y no tuvieran mas opción que regresar cada uno a su hotel. Se extraña que quisiera volver a verlo al día siguiente. Es mas, ese día cuando lo rechazó creyó que se mostraria aliviado pero contrariamente se mostró dolido.

Esto no podia seguir así. Tenia que hacer algo cuanto antes o todo el mundo terminaria enloqueciendo, aunque temia que el mayor perjudicado seria Adan y no queria que eso pasara. Caminó hacia el hotel aprovechando la distancia para despejar su mente y pensar sobre las posibles soluciones. Primero que nada, no podia echarle la culpa a Zeus del todo. Desde la noche en el Hotel Crow, él le habia dado espacio y tiempo. "No te molestaré mas si eso es lo que quieres", le habia dicho y le habia dejado decidir qué era lo que queria. Pero él habia desplazado tanto el asunto que jamas le dio una respuesta.

Pensó sobre lo que podria pasar si desplazaba a Zeus a un lado. Seguramente él lo aceptaria y podria ser libre de vivir el tiempo que le quedaba como mortal, sin preocupaciones. Eso le daria margen para pasar mas tiempo con Adan pero ahi habia otro problema. La cuenta regresiva estaba llegando a su fin. Si le pasaba algo despues de darle esperanza a ese hombre, seria terrible pero si no le pasaba nada y compartian mas tiempo juntos, ¿No seria igual de terrible cuando acabara su penitencia y volviera al Olimpo? Siendo un dios, no podria seguir una relacion con un mortal por mucho tiempo, sin contar que tendrian que mentirle desaforadamente día y noche por su propio bien. En cambio, Zeus y él pertenecian al mismo linaje, la misma raza. No habria necesidad de secretos y tampoco tendrian que preocuparse por una fecha de caducidad.

Aunque, ¿A quien queria engañar? Zeus habia sido infiel tanto a dioses como a mortales. Siempre se aburria de sus amantes pero jamás declinaba su matrimonio con Hera. Y él era igual. Le habia sido infiel a Anfitriti tantas veces que ya habia perdido la cuenta y ahora mismo, estaba planteandose entre quedarse como un dios o un mortal sin tenerla a ella presente. Él tambien se aburria de sus amantes y siendo asi, no podria haber un buen presagio. Aunque si comparaba lo que habia sentido antes por una amante y lo que siente ahora, no, no habia punto de comparacion. Era imposible. Y aun así no terminaba de convencerse. Por mucho que lo deseara, no lograba concebir una posible relacion sentimental con el Rey del Olimpo.

Pero si Zeus no era el causante de sus sueños, ¿bastaria con pedirle que ya no lo molestara? ¿El haria todo lo necesario para que ya no pensara en eso y pudiera vivir tranquilo? ¿Por qué lo haria? A decir verdad, si Zeus no tenia permitido entrometerse en su vida, tampoco tendria razones para facilitarsela. O quizas, la respuesta que estaba evitando darle, seria el balsamo que él mismo necesitaba recibir. Quizas si admitia de una vez por todas que no queria saber nada con Zeus, el mismo universo dejaría de traerlo a colisión y hallara la paz en su interior. Todo lo que tenia que hacer es mirarlo a los ojos y decirselo convencido de si mismo y su propia voz haria el resto de la magia.