𝕃𝕒 ℂ𝕒𝕚𝕕𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 ℝ𝕖𝕚𝕟𝕒.

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Habia pasado alrededor de un mes desde que todo habia regresado a la "normalidad" por así decirlo. En realidad, nada habia sido normal desde que regresó pero se sentía mejor que nunca. Lo extraño era que albergaba ese sentimiento después de haber pasado un mes completo solo, sin mas compañía que sí mismo. Anfitriti se habia tomado demasiado bien la decisión de separarse y emprendió un viaje apenas tuvieron todo concluido. Las Nereidas, hijas de Oceánides, eran espíritus libres que amaban la naturaleza marítima mas que a sus propias vidas y ella lo habia demostrado al elegir regresar al mundo de donde habia salido para ayudarlo a construir su propia fantasía.

Por su parte, él se habia quedado escudriñando cada rincón de su realidad. La misma que habia rechazado hasta el cansancio y habia dejado de lado, ignorándola hasta perderla en el olvido. Habia cosas que le asustaban, asi como algunas otras que le aborrecían pero ninguna de las mismas habia llegado a tener la fuerza suficiente para hacerlo claudicar. Habia visto demasiado adentro de su interior y habia navegado por las profundidades de su alma lo suficiente como para no sentirse irreparable. Y esa habia sido el mejor descubrimiento de todos los que habia alcanzado durante esas semanas.

Pero ahora le tocaba ponerse a prueba. Zeus le habia dado tiempo y espacio de sobra, haciendo algo que se le daba demasiado bien: "Desaparecer". Pero no le reprochaba nada sino que se lo habia venido agradeciendo considerablemente hasta la mañana del dia anterior, cuando habia tenido noticias suyas. Le habia llegado una carta oficial del Olimpo donde se pedía su presencia obligatoria en el juicio. Un juicio que tendría lugar en la sala oculta del Olimpo, la estancia previa a la Reunión Olimpica donde los doce dioses nombrados terminaban de decidir, después de un debate, si se aprobaba o no la propuesta ofrecida por el rey del Olimpo.

El asunto a tratar era delicado y por eso mismo, Zeus habia decidido proceder de esa manera. Los Tres Grandes se enfrentarían a una acusada en particular, la diosa del matrimonia y protectora de la familia, aun Reina del Olimpo, Hera. Debia admitir que se venia una semana complicada y debia ser acopio de una gran fuerza de voluntad para no caer en el casillero de su "Yo" pasado y ahorcar a Hera como habia querido hacer semanas atrás. Pero estaba dispuesto a mucho mas que eso y ahora mismo tenia grandes esperanzas de mostrarle a esa diosa, su superioridad.

Cuando llegó al Olimpo, se dirigió a la Sala en Comun encontrándose despues de tanto tiempo con Zeus, dios del trueno y Hades, emperador del Inframundo, quien lucia por demas de aburrido. Ocupó su sitio en silencio y esperó que los hechos tuvieran lugar siendo guiados por el pelinegro.

__Sin tantos protocolos Hera, pediré que te presentes y nos expongas las razones de tu proceder. __ordenó Zeus con demasiado desgano a la vista pero de inmediato fue obedecido por la diosa quien se paró frente a los tres con una expresion aireada y altamante soberbia dándoles a entender que no habia ni un ápice de arrepentimiento en su interior.

__No tengo nada que explicar ni nada por lo que disculparme. A diferencia de ustedes tres.__Hades bostezó y Zeus se reclinó sobre su asiento preparándose a oir un discurso que a juzgar por su rostro, ya se lo sabia de memoria. Hizo un gesto con si diestra invitándola a continuar, cosa que la castaña hizo de buen agrado.__ ¿Como es posible que sean tan soberbios de creerse con el derecho de juzgar mis acciones? Desde la antiguedad sus actos han sido egoístas, egocéntricos y retorcidos. Siempre han sido ustedes los que han motivado los sentimientos de ira y de venganza en otros dioses. Ustedes deberían estar siendo juzgados por todos nosotros en lugar de...

__Ya es suficiente.__Zeus interrumpió sobresaltando a la diosa, quién por un breve momento reflejó el miedo y la inseguridad en sus ojos, antes de tapar esos sentimientos bajo una mascara inexpresiva de dureza. Poseidon no pudo evitar sentir una punzada de lastima por la contraria y rechazó negar sus palabras. Pero cuando iba a intervenir a favor de la reina, el dios del trueno habló por todos y cuando se dice "todos" no se refería solo a ellos tres.__Jugaste con la vida y el destino de los dioses. Desafiaste con tus actos desde las sombras, a Las Moiras. Te burlaste de muchos, comprometiéndolos y perjudicándolos sin resquemor alguno solo para saciar tus deseos de venganza. No es la primer vez que involucras a los inocentes en tus planes pero esta vez has sobrepasado todos los limites Hera.

༄ℙ𝕣𝕠𝕗𝕦𝕟𝕕𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤๛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora