𝔻𝕖𝕔𝕚𝕤𝕚𝕠𝕟𝕖𝕤.

29 8 0
                                    

__Entonces...lo que queria proponerte es lo siguiente...

Allí estaba otra vez. Después de unos largos seis meses, finalmente la penitencia habia llegado a su fin. Después de aterrizar en Virginia, trabajó una semana mas en la empresa marítima y luego renunció. Se pasó los ultimos días ocupándose de hacer desaparecer todas las pruebas de que habia estado allí y del departamento que alquilaba. Ahora, el mismo 04 de enero, volvia a presentarse en el Olimpo, donde Zeus lo recibía en su despacho.

El pelinegro lo habia abrazado después de cerrar las puertas detrás de él pero no le habia besado ni una sola vez. Él tampoco lo habia hecho. Es mas, apenas habia respondido el abrazo. Después de decretar que habia cumplido con lo impuesto le devolvió el Tridente y cuando lo tomó con su diestra sintió la fuerza de los mares entrar en él y con ella, toda la vitalidad y serenidad de la inmortalidad regresaron a sus venas. Volvia a ser un dios, el Emperador de los Mares, pero en vez de darle un puñetazo a Zeus y largarse a las profundidades donde residía, se habia quedado allí sentado frente a su escritorio en silencio escuchándolo. Debia de estar loco, sin dudas.

Pero no tanto como debia de estarlo Zeus. Le contó todo lo que habia hecho desde su regreso al Olimpo. Preparó el juicio que estaba destinado a Hera por sus faltas, ayudó a los otros días a retomar sus actividades después de los castigos que le fueron impuestos (Athena aun seguia pagando el suyo segun le informó, cosa que le hizo bastante gracia a decir verdad), y se preparó para dos de las tormentas mas importantes y catastróficas que tendrían lugar en el Olimpo despues de milenios: Su divorcio con Hera por un lado y una reorganización dentro de los dioses Olímpicos donde habría ciertos reemplazos.

Como si toda esa información no hubiese sido suficiente, le lanzó esa frase: "Lo que quería proponerte". Ni en miles de años luz consideró que él tendría que hacer algo ante los nuevos cambios ni mucho menos que Zeus habia planeado algo para él. No estaba seguro de querer seguir escuchando. Prevenía verdaderas batallas encarcinadas y él solo queria tomarse unas extensas vacaciones. Pero claramente, el dios del trueno siguió hablando como ya le era costumbre.

__...quiero que te cases conmigo y que ocupes el lugar de Hera en el Olimpo.

Se levantó de su asiento como si alguien le hubiese lanzado una Pitón en la cara. ¿Ocupar el lugar de Hera? ¿Cual era ese lugar? Ella no tenia autoridad alguna en el consejo, salvo la que se le confirió cuando se casó con Zeus, la de Reina del Olimpo. ¿Era una broma? ¿Cómo diantres ocuparía él ese lugar? Además, su puesto era mil veces mas importante, siendo uno de los Tres Grandes pero, ¿en qué estaba pensando? Eso no era lo importante. ¿Casarse? ¿Era en serio? ¿Casarse con Zeus?

__¿Estoy alucinando?__Su cara decia que no estaba hablando en broma. Estaba perplejo y completamente extrañado ante lo que estaba oyendo.__¿Hablas enserio?

__Hablo enserio, no bromearía con algo así. __Zeus se recostó sobre el respaldar de su silla y lo miró a lo ojos.__No mentí ni una sola vez de todas las veces que dije que te amaba. Si estoy dispuesto a separarme de Hera es por ti y solo por ti.

__Yo no te lo pedí. En ningun momento hablé de matrimonio contigo.__Comenzó a pasearse de un lado a otro por la sala, como solia hacer cuando estaba nervioso y sentia que la situación lo sobrepasaba. Zeus se limitó a mirarlo ir y venir en silencio. Quizás estaba hablando demas, quizás estaba siendo demasiado duro pero, ¿casarse? Tenia que ser una broma. De mal gusto, pero una broma en definitiva.__Zeus, yo tengo...

Se calló de repente. ¿Tenia derecho a hablar de Anfitriti aun? No habia pasado ni un año y le habia sido infiel con tres personas diferentes y contaba las personas porque no podia contar las veces. Y en cada ocasion que lo habia hecho ni siquiera habia pensado en ella. En su lugar pensaba en cierto pelinegro, salvo cuando estuvo con ese pelinegro. Como si cada vez que se acostaba con alguien, le fallaba a Zeus y no a su esposa. Hablar de ella a estas alturas era pasarse de hipócrita, lo sabia. Pero también era un hecho. Infiel o no, él estaba casado con la Nereida.

__Yo tengo una esposa. No puedo casarme contigo solo porque tuvimos sexo una vez.

__¿Solo por eso? ¿Solo tuvimos sexo?__Zeus lo interrogó con la mirada dejándole saber que ya sabia la respuesta a esa pregunta y solo lo estaba poniendo a prueba.__No estás siendo sincero.

Se levantó de su asiento y rodeó el escritorio caminando directamente hacia él. El rubio lo vio venir y por una fracción de segundo sintió pánico. Retrocedió unos pasos buscando alejarse de él. Zeus frunció el ceño pero no desistió. Atrapó su mano en el aire y lo atrajó hacia él para luego envolver su cintura con ambos brazos. A Poseidon le hubiese gustado resistirse un poco mas pero cuando lo tuvo tan cerca que podia sentir su aliento rozándole los labios, toda su fuerza de voluntad flaqueó. Soltó un suspiro y apoyó la frente sobre el hombro del contrario totalmente resignado.

__Una cosa es que le mientas a tu esposa, o que pretendas negarme a mi lo que es bastante obvio pero algo totalmente distinto es que quieras convencerte a ti mismo de algo que no es. ¿Por qué tienes la necesidad de negar tus sentimientos?

__No lo hago. Es solo que...__¿Qué qué? ¿Qué Zeus era Zeus? ¿Que su historial amoroso no le hacia buena fama? Bueno, él era el menos indicado para acusarlo pero al menos él tenia el decoro de NO proponerle matrimonio. La verdad que sí lo quería y tenia muchísimas ganas de creer en él pero las palabras de Hera eligieron ese momento para aparecer entre sus pensamientos y no estaban a favor del rey del Olimpo.

__No me juzgues por mi pasado ni por mis errores. Todos nos merecemos aunque sea una oportunidad. Dame el beneficio de la duda y yo sabré qué hacer con eso. No pretendo que me respondas ahora ni que te cases conmigo a escondidas dentro de los confines de la sala de penitencias. Aceptó que tengas mucho en qué pensar y unas cuantas cosas que hacer primero.

Bueno, al menos le habia dado tiempo. No queria decir que sí pero tampoco queria decir que no. Por lo menos era consciente de la encrucijada en la que lo habia metido. De repente se sintió cansado de nuevo y ahora, ademas, sentías nauseas. Asintió con la cabeza queriendo sanjar el asunto por el momento. Necesitaba el mar mas que nunca. Queria perderse en el azul oscuro de las profundidades del Océano y quizás con un poco de suerte, olvidar el camino de regreso a casa. Zeus buscó sus labios y le beso, aunque apenas fue un roce delicado que bien podria no haber sido, dejándolo con ganas de mas o mas bien de darle otro puñetazo por el tiempo que habia estado ausente y le recibía con ese puñetero roce.

No le correspondió pero sí se apartó. Zeus se lo permitió y se sentó en el borde del escritorio sin dejar de mirarlo. El rubio se limitó a morderse el labio inferior y aunque estaba tentado a sacarle el dedo del medio y mandarlo a la mierda, supo que Zeus tenia razón. Estaba mas comprometido de lo que realmente queria asumir. Tendría que ser sincero consigo mismo y luego decidir qué hacer con su vida. Pero de algo estaba seguro, tendría que dejar de jugar con Anfitriti fingiendo a ser algo que nunca habian sido.

Por lo visto, no le quedan días de paz ni margen para tomarse vacaciones. Recuperó su Tridente, el cual habia dejado caer ante la sorpresa inicial y caminó hacia la puerta. Antes de abrirla y disponerse a marcharse volteó con una sonrisa en el rostro, cosa que tomó por sorpresa al pelinegro a juzgar por su reacción.

__Me lo pensaré, pero de algo estoy seguro desde ya. No pienso ser reina asi que mas te vale que pienses en otra cosa campeón, porque ese puesto no me llama la atención en lo mas mínimo.

Esperó que el pelinegro reaccionara y se conformó cuando vio que Zeus habia atado cabos y sonrió negando con la cabeza. Asi lo dejó en su despacho mientras se dirigía decidido a lanzarse al mar y e intentar ahogarse aunque fuera con su propia saliva.

༄ℙ𝕣𝕠𝕗𝕦𝕟𝕕𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤๛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora