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OHM

Intento abrir las páginas que necesitamos para empezar con el trabajo, mientras esperamos la comida.

No tenía idea de que la comida podía costar tanto, pero no es una queja.

Yo realmente quería invitarle algo.

Estoy empezando a concentrarme, hasta que siento sus manos en mi cara.

Mi corazón se acelera al voltear y verlo sonreír porque me quita los lentes.

—¿Estás muy ciego? —pregunta colocándoselos.

—No —digo negando con la cabeza.

Él los pone a un lado, y me mira a los ojos.

—Oye, no eres tan feo.

Mis mejillas se calientan al instante, y agradezco ser salvado por la puerta.

Me levanto rápido, colocándome los lentes de nuevo, con mi respiración irregular.

¿Ese fue un cumplido otra vez?

Abro la puerta y camino a la moto que ha traído la comida y lo despido, después de pagar.

Veo el cambio que me ha dado, cuando se va.

Está bien, está bien.

Nanon es la clase de chico que no acostumbra nada más que lo mejor.

Mi mirada va a las flores que crecen en la puerta de mi casa y lo dudo por un momento.

Es que seguramente recibe flores hermosas y caras, todo el tiempo, pero probablemente va a reírse de esto y me gusta hacer que se ría.

Suspiro sacando una de las flores, y camino de vuelta a dentro.

Cuando me paro en la puerta, noto que ya ha subido a Moo a la cama, y está jugando con él.

—¿Vienes a la cocina? —le pregunto mostrándole el pedido— ¿O quieres que te sirva yo?

Él se levanta.

—¿Podemos ver una película?

—Sí.

—Vamos a comer aquí con Moo —dice sonriendo y señala la cama.

—No vamos a hacer mucho del trabajo, es tarde.

—¿Me estás botando? —suelta colocando una mano en su pecho, fingiendo estar más ofendido de lo que seguramente está.

Sonrío, negando con la cabeza.

—Puedes quedarte aquí, pero no sé si tienes el permiso de hacerlo.

—A mis padres no les importa mucho —responde acercándose a mi librero— mañana puedo volver y seremos responsables.

—¿Quieres volver? —pregunto sorprendido.

Él parece revisar los libros que tengo y se acerca.

—¿Puedo volver?

—Sí.

Me sonríe y baja la mirada para quitarme la comida, pero su rostro cambia cuando nota la flor que tengo en la mano.

Carraspeo levantándola, para ponerla frente a sus ojos.

—¿Es para mí? —pregunta con la voz más suave de la que acostumbra usar.

—Sí.

—Es bonita —menciona quitándomela.

No creo que sea así, pero él parece genuinamente emocionado.

Ahora me siento mal, por haberle dado algo tan insignificante.

—E-Es porque no hay tiendas de flores a esta hora, mañana puedo comprarte...

—A mí me gusta esta.

—¿Sí?

—Nunca me habían dado una sola, y no tener a otras la vuelve más especial —dice dando un paso más hacia mí— gracias, Ohm.

Se estira de nuevo a mi mejilla y la besa.

Esta vez sus labios se quedan varios segundos ahí y cuando se aleja, siento que voy a caerme.

Me ha desestabilizado, como siempre.

No me gusta esta sensación cálida en el pecho, porque sé que no voy a tener más que esto.

Aunque quiero tenerlo todo con él.

Siempre lucho para aceptar la realidad, pero la verdad es que de vez en cuando, me duele pensar en que nunca será mío.

Porque mi lobo cree que Dew me está quitando a alguien que debería pertenecerme a mí.

You || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora