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NANON

Quisiera en este momento, haberme quedado en casa hasta la hora de comer, porque no soy bueno disimulando cuando me siento mal.

Y no puedo evitar sentirme mal, porque no le gusto a Ohm.

Culpo a Win por esto.

Él estaba seguro de que la flor era un cortejo y provocó que viniera acá, creyendo que Ohm si gustaba de mí.

—¿Sabes hacer Pad Thai, Nanon?

—Nunca he estado en una cocina —le digo sinceramente.

Ella se ríe.

—Entonces, puedes lavar las verduras.

Asiento rápido, acercándome a la llave.

—A Ohm no le gusta mucho el picante —menciona sacando algunas bolsas del estante superior.

—¿Le gustan las verduras?

—No tiene un problema con comerlas.

—¿Puede decirme su favorita? —pregunto mirándola serio y ella se apoya en la pared a mi lado.

—Las que tienes en la mano ahora, son las que le gustan más.

—Oh.

—¿Qué hay de ti? ¿Quieres algo especial de comer, cariño?

—¿Podemos preparar algo que le guste mucho a Ohm?

—Claro —responde sonriendo— y puedo hacerte una lista de todo lo que adora comer.

Oh, eso sería útil, y ya he terminado de lavar.

—¿Quieres llevarle un vaso de té? —me pregunta señalando la puerta y yo asiento.

Es que Ohm está pintando la pared afuera.

Suspiro, pasando mis manos por mi rostro, para no lucir mal.

—Té —digo al salir, cerrando la puerta y él deja la brocha a un lado.

—Gracias.

Intento distraerme, concentrándome en la pared y en cuánto ha avanzado, hasta que noto unas flores cerca de la ventana.

Son iguales a la que me dio.

Camino a ese lado y las rodeo, mirándolas.

Quiero que me dé otra, porque Dew rompió la mía, y si la saco yo mismo, no será igual.

Aclaro mi garganta, para llamar su atención.

—Son bonitas —digo cuando voltea y él asiente.

—Yo puse las semillas, y crecieron ahí.

—Me diste una —respondo con mi corazón latiendo rápido.

Ese es un regalo especial.

—Puedes sacar otra si quieres, no importa.

Puedo sentir mi corazón rompiéndose, junto con la fuerza de voluntad que estaba teniendo, para mantenerme sonriendo.

Me gusta creer que los regalos son especiales para todos, y la realidad es esta.

Mis padres también me dan cosas y adoro mentirme creyendo que significa que me quieren, pero la verdad es que les da igual.

—Nanon —dice acercándose y yo me alejo.

No entiendo la preocupación en su rostro, hasta que siento mis lágrimas cayendo.

—Lo siento, me gusta creer que soy más importante de lo realmente soy —digo limpiando mis mejillas.

Llevo mi mirada a su mano, porque agarra la mía sin ejercer su fuerza, pero la quito.

—Si quieres unas flores especiales, puedo comprártelas, lamento si sentiste que no eres importante.

—¿Comprármelas?

—Puedo hacerlo —responde intentando acercarse de nuevo— ¿Te gustan las rosas? ¿Quieres orquídeas?

—¿Por qué estás hablándome como si pudieras solucionarlo todo comprando algo para mí?

—Porque no tengo idea de cómo actuar con alguien como tú.

—¿Como yo?

—No sé qué hacer, para no sentirme tan insignificante contigo a mi lado —dice mirándome a los ojos.

—Pensé que esa flor era especial para ti —menciono señalándolas— supongo que no voy a recibir otra, porque "no importa".

—¿Para qué quieres otra? ¿Para que te rías de mí?

—¿Por qué crees que voy a reírme de ti?

—¡Porque soy un idiota que no puede comprarte algo especial!

—¡Es especial si viene de ti porque me gustas, Ohm! —grito perdiendo la paciencia.

Él se queda en silencio.

—No tienes que responder, ya me ha quedado claro que no te sientes igual —agrego para no ponerlo más incómodo.

—¿Y qué sientes tú? —me pregunta agarrando mi mano cuando voy a irme— porque yo estoy enamorado de ti.

¿Qué?

—¿Qué?

—Ya sé que te parece tonto, y yo creo que es tonto también, porque me he visto en un espejo, sé dónde vivo, conozco mis limitaciones y entiendo que estás fuera de mi alcance, pero me enamoré de ti, porque eres dulce y siempre me haces reír, me gustan las pequeñas conversaciones que tenemos desde el primer día de clases, aunque siempre eres tú el que habla la mayor parte del tiempo, es que jamás había visto a un Omega tan hermoso como tú, y...

Se detiene, porque choco mis labios contra los suyos, y puedo escuchar sus latidos acelerados.

Jadeo, porque apenas me alejo, pasa su mano derecha por mi cabello y me besa de nuevo, acercándome más.

Suspiro, cuando me pega con cuidado a la pared sin soltar mi boca, y la otra mano que tenía sosteniendo la mía, entrelaza nuestros dedos.

Sonrío, con su aliento cerca al mío, mientras se aleja un poco, para tomar aire.

—Creo que ya te ensucié con la pintura —dice besando mi nariz.

La forma en que me mira Ohm, podría hacer que me muera de amor.

Es que él me mira, como si yo realmente fuera valioso.

You || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora