You || Ohmnanon

32

NANON

Despierto cuando siento el olor de Ohm, y me siento en la cama, pensando en si es mi imaginación.

Pero no.

Está dormido en la silla del lado.

Busco a Win con la mirada, pero no está y me siento algo traicionado por esto.

Al moverme, la cama suena y Ohm abre los ojos.

—¿Cómo te sientes? —me pregunta acercándose— ¿Estás mejor?

—¿Por qué estás acá? —suelto evitando responder y él baja la cabeza.

—Hablé con Win.

—¿Hablaste con Win? —le cuestiono con una molestia que no puedo ocultar— ¿Si tenías ganas de escucharlo a él?

—Perdón —responde con la voz suave.

—No necesito una disculpa.

—Te la estoy dando por todo lo que te dije, fue idiota, no pensé en ese momento, y solo intentaba hacerte daño, porque estaba doliéndome a mí.

—Ohm no estoy enojado por eso —le aclaro negando con la cabeza— en realidad, no creo tener motivos para estarlo.

—¿No lo estás?

Es increíble que haya querido tanto esta oportunidad de hablarle, y que no tenga idea de que decir ahora que puedo.

Quería ser escuchado y él está escuchando, pero nada en mi interior ha cambiado.

Aún me duele estar despierto, con el corazón roto.

—Lamento lo que Dew hizo ese día —digo con mis lágrimas empezando a caer— yo vi tu rostro cuando pasó, y quise tanto cambiarlo todo para ti en ese momento... pero no lo hice.

—Oye, no llores —dice sentándose a mi lado y yo lo miro.

—Estaba asustado —le explico aunque no me lo esté pidiendo— pude enfrentarme a él en ese momento, pero no tuve el valor suficiente para decirle a todos ahí que yo te amaba.

—No tenías que...

—Tenía que hacerlo —respondo interrumpiéndolo— pero me quedé callado y tuviste que aguantar todo lo que dijeron, me duele haberlo permitido, y lamento haberte ocasionado tanto dolor.

—Fue Dew, yo no estoy culpándote a ti —dice agarrando mi rostro— yo soy el que siente haber demorado en entenderlo.

—Yo adoro a tu mamá —le aclaro llorando más fuerte y él asiente.

—Lo sé.

—No soy una mala persona —balbuceo aunque está costándome, porque mi llanto está aumentando.

—Perdón —susurra intentando limpiar mis lágrimas y está llorando también.

—Jamás me metí a la cama con Dew.

—Lo sé, yo te creo.

Quizás escuchar eso hubiera bastado antes, pero ahora no logra hacer que mi dolor disminuya.

—Entendí que estabas evitándome, porque mis neuronas si funcionan, pero insistía porque no quería perderte, y es porque no fuimos solo dos personas que cogieron una tarde para mí.

Recuerdo cada una de sus palabras, porque estuvieron en mi mente, cada día que esperé para poder disculparme.

Los mismos días que usó para estar con alguien más.

Retrocedo la cabeza, cuando se acerca a mi boca, y él me mira confundido.

No estoy enojado, pero no lo quiero volver a tener cerca.

—Tendremos un bebé —digo limpiando mis lágrimas.

—Lo sé.

—Eso es todo.

—¿Qué?

—Eso es todo —repito más lento— siempre vas a poder estar cerca.

—Nanon, yo te amo.

—Sé que no fue tu intención, pero arrancaste mi corazón y lo tiraste al piso, justo como esa noche, cuando mataste las flores que me habías dado.

—Sí, fue estúpido, yo sé, sé todo lo que hice mal, y no quiero justificarlo, pero te amo, y no quiero perderte.

—Ohm, yo respeto el dolor que te hice sentir, y quizás siempre me sienta culpable por eso, pero no vas a poder reparar esto.

—Nanon...

—No soy un oso partido en dos que puedes coser, y jamás vas a poder hacerme olvidar lo que sentí, porque comprenderte no cambia las noches en las que lloré por ti, hasta quedarme dormido, atormentándome porque lo último que te escuché decir, fue que yo te daba asco.

—Puedo disculparme el resto de mi vida, Nanon, puedo dedicarme a demostrarte que te amo, y no volveré a dejar que te sientas así.

Puedo sentir la desesperación en sus palabras, pero no voy a cambiar mi decisión.

—No.

—Nanon —dice agarrando mi mano y está llorando más fuerte— por favor.

—No —repito soltándolo.