Alpha Instinct | JaeSuk

0.9 - Sin control

HyungSuk se preguntó en qué clase de situación estaba metido, todo su entorno parecía muy profesional y los nervios comenzaron a hacer mella en su interior.

Después de comer juntos, los hermanos lo arrastraron a un set de fotografía lleno de luces y fondos con imágenes y colores interesantes, la gente estaba enloquecida, caminando de un lado a otro para completar tareas y preparar una sesión exitosa, la tensión era palpable y esto puso mucha presión sobre sus hombros, el problema era que HyungSuk nunca había posado más que fotos con su madre.

—Ey, HyungSukie, te veo algo tenso, relajate, lo harás bien.

La voz emocionada de Joy lo sacó de su ensoñación. JaeYeol le dio un cálido apretón en el hombro, aunque seguía nervioso el apoyo fue reconfortante, ellos sabían perfectamente que no tenía ninguna experiencia, tal vez no esperaban mucho de él, trató de no presionarse.

—Jay, ¿podrías ir a por los filtros? están donde siempre, oh ¡y trae el vestuario!

HyungSuk lo vio asentir con su usual cara de poker, y desaparecer en una habitación cercana.

—HyungSukie tu sesión empezará en cuanto Jay venga con el vestuario, entonces WonTaek te explicará cual es el concepto antes de comenzar a tomar fotos.

Señaló a un muchacho joven que se dirigía a la misma habitación donde había visto entrar a Jae, HyungSuk no entendió si ese era el fotógrafo o solamente un auxiliar y le dio vergüenza preguntar. Trató de relajarse, las cosas deberían desenvolverse por sí solas en el momento adecuado.

Esperó varios minutos, la gente seguía en lo suyo, pero Jay no regresaba, algo arañó su interior con desespero, un impulso de ir a buscarlo surgió de sus entrañas, no se sentiría tranquilo hasta tenerlo en su vista, algo preocupado se levantó de su asiento y miró a su al rededor en busca de Joy, no estaba en ninguna parte, se aventuró detrás del rubio igualmente, de todos modos volvería antes de que ella lo notara.

La puerta estaba abierta, el lugar estaba a oscuras pero podía distinguirse la silueta de decenas de estanterías y armarios, sin lugar a dudas era un deposito, y uno grande.

—¿JaeYeol?

Nadie respondió, dio un paso dentro de la habitación para darse cuenta de que habían montones de pasillos, parecía una biblioteca, solo que en lugar de libros, en sus estantes tenía utilería y cajas, seguramente llenas de repuestos de cámaras y otras cosas que no conocía, siguió por el primer pasillo hasta toparse con un olor intenso y desagradable, se tapó la nariz tratando de evadirlo.

Distinguió con claridad una voz más adelante, una que no había escuchado antes, una voz cargada de cinismo.

—¿Desde cuando usas inhibidores de aroma? Con lo delicioso que hueles.

El rechazo casi le impedía identificar el olor, pero le recordaba a un cítrico que su madre comía mucho, supo que eran feromonas de un alfa, y sin embargo era la primera vez que le provocaban pudor. Quería alejarse, y se hubiera ido si no lo hubiera sentido a él, ese aroma fresco y delicioso, sándalo y jazmín, era tenue pero no tenía dudas, era su omega.

Había algo adicional en su usual olor, algo que le dolía en el pecho, algo que hizo que su deseo de huir desapareciera y resurgiera el impulso por ir a buscarlo, más agresivo que nunca... se movió sin pensar, cegado por la ira, la sola idea de que ese alfa pudiera hacerle cualquier cosa lo enfurecía.

Se encontró con una escena que lo hizo enfurecer, el omega estaba sobre una mesa, empujando con sus pies al chico que reconoció como el alfa, el idiota forcejeaba para desprender el pantalón del omega, los suyos estaban en el suelo, sintió asco y rabia al mismo tiempo, las emociones lo abrumaban, los olores se hicieron más fuertes y su cabeza estaba dando vueltas, no podía pensar con claridad y veía borroso. Él solo quería demoler su cara contra el suelo. Se abalanzó propinandole un puño en la cara antes de que pudiera siquiera reaccionar, tenía calor, mucho calor, estaba molesto y angustiado, quería abrazar al omega para decirle que nada iba a pasarle ahora, sabía que estaba asustado, probablemente no le haría sentir mejor ver como lo golpeaba, pero sus manos no podían detenerse.

—Alejate de él si no quieres morir.

HyungSuk apretaba los dientes cuando se detuvo, sosteniendo al chico del cuello de la camisa, lo tenía a escasos centímetros de su rostro, de pronto lo reconoció como WonTaek, el chico que le había señalado Joy. Recordó de golpe por qué estaba allí, y sus ojos se abrieron como platos al ver brotar la sangre en la boca de WonTaek, la realidad le cayó como agua fría, sus pensamientos volvieron a fluir, la culpa y el miedo se llevaron la rabia y el dolor, y WonTaek aprovechó su distracción para salir corriendo.

HyungSuk se quedó petrificado ¿Que estaba sucediendo? Algo se había apoderado de él, jamás se había dejado llevar por el odio de ese modo.

Se volteó para identificar a JaeYeol sobre la mesa, podía verlo débil, estaba temblando ligeramente y se había desplomado sobre la fría madera, corrió preocupado, sosteniendo entre sus brazos al... fragil omega.

JaeYeol era un omega.

No cualquier omega...

Su omega.

Empujó el shock a lo más profundo de su mente, tendría tiempo de preocuparse por eso luego.

—Jay ¿Estas bien?

Tembló al sentir su tacto, pero al verlo pareció reconocerlo y se precipitó para abrazarlo.

HyungSuk escuchó como Joy entraba con otro chico al deposito, preguntando que había pasado, JaeYeol se apretó más en el abrazo, escondiendo su rostro en su cuello, HyungSuk no hizo caso a la gente y se dedicó enteramente a transmitirle seguridad, podía sentir a través de su aroma la tensión de Jay, era algo que nunca había experimentado, le ponía los pelos de punta.

—Jay, HyungSuk, creo que deberían irse a casa por ahora,  no se preocupen por dar explicaciones ahora, podemos hablar cuando todo se haya calmado...

HyungSuk asintió, ayudando a Jay a ponerse de pie y acompañándolo fuera.

Tenía muchas cosas en la que pensar.