12. Con juguetes.

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Seok Jin había estado especialmente irritable, enserio especial. Min Yoon Gi pensó cuando apartó la vista de su computadora por un par de segundos, prestándole atención a Jin, o al menos intentándolo, era difícil ignorarlo del todo y seguir trabajando si Seok Jin no cerraba la boca más que para tomar aire.

—Baja los pies de mi sofá, por favor—pidió Min, tratando de ser paciente y luego cerró su laptop. — ¿Qué tanto estás balbuceando?

Seok Jin renegó y bajó los pies, bueno, casi. Se recostó a lo largo del sofá dejando sus pies afuera.

— ¿Estabas al menos oyendo algo de lo que dije? —preguntó con recelo.

—Es difícil no oírte cuando hablas hasta por los codos, sí, estaba oyéndote, pero no escuchándote, ya te dije que tengo mucho trabajo por hacer.

—Te decía—Jin simplemente lo ignoró y continuó hablando. —Que estoy cansado, estoy cansado de seguir solo—Jin dijo y Min le prestó más atención de pronto. —Necesito encontrar a alguien, Yoon Gi.

—Bueno—el pelinegro dijo antes de pensar un poco. —Tienes a un montón de tipos en tu... bar, lo que sea que eso sea.

—Es un bar, sí, podrías llamarle así—Jin dijo encogiéndose de hombros. —Pero todos esos tipos son unos idiotas, lo he comprobado con el paso del tiempo, solo buscan un agujero donde meter su pene. No me gusta ser solo una cosa... no de esa forma—Jin dijo riendo. —Quiero a alguien que esté conmigo cuando se lo pida, que sea jodidamente bueno en el sexo, rudo, pero que al final siempre sea mimoso y que me ame siempre—Seok Jin empezó a describir, se acomodó mejor de lado, con la mirada de Min sobre él, sus ojos brillaron. —Alguien con... sonrisa bonita, y hoyuelos, y bonito cabello castaño... Torpe—Jin susurró y comenzó a reír quedito.

— ¿Estás loco? —el pelinegro preguntó, frunciendo el ceño porque de repente el otro empezaba a reír, pero entonces miró hacia donde Jin estaba mirando. A través de su ventana de cristal se podía ver hacia afuera, un chico había derramado su café sobre su ropa.

—Imposible amigo—Yoon Gi dijo casi riéndose mirándolo.

— ¿Cómo se llama? —Jin preguntó riéndose casi embobado cuando el moreno trató de cerrar su vaso plástico, pero en cambio solo logró derramar más café sobre él y el piso.

—Kim Nam Joon—dijo Suga sonriendo al ver a Jin sonreír de esa forma luego de años. —Pero el tipo es un adicto al trabajo, Jin, es una realidad. Apenas y sale a veces con Ho Seok.

—Por favor—Seok Jin se sentó para ver de frente a Yoon Gi cuando el moreno simplemente entró a su oficina, casi haciendo un puchero, ¿no se suponía que era el mayor?

—Jin...

— ¡Por favor, Min! Eres su jefe.

—No puedo obligarlo a salir contigo, no soy tan cruel.

—Por favor, por favor, por favor—Jin suplicó juntando sus manos.

—Ni siquiera sabes si es del tipo que buscas...—comenzó diciendo, suspirando y rodando los ojos mientras se cruzaba de brazos. —Está bien, está bien, pero necesito que te vayas ahora y dejes que me ponga a trabajar, estoy repleto de trabajo.

— ¡Eres el mejor primo del mundo! —Jin celebró sin subir mucho la voz, los demás empleados ya habían comenzado a callarlo. Se levantó de su lugar tomando su celular. —Prometo no molestar más, pero Yoon Gi... no lo olvides.

Por supuesto que Seok Jin siguió molestando, claro que sí. No es que en realidad molestara a Yoon Gi ahora, porque solo se quedaba casi siempre en silencio, en su celular, observando de vez en cuando hacia afuera, prestando atención cuando "el bonito moreno de hoyuelos" como había decidido llamarle, salía de su oficina. Seok Jin siempre había sido del tipo romántico, sí, era un pervertido a la hora del sexo y Min lo sabía porque Jin le contaba cosas que no quería saber. Pero siempre fue un romántico, le parecía lindo el ver al muchacho desde lejos, Kim Nam Joon era tan torpe que ni siquiera lo notó, nunca.

30 días de smut challenge - NamJin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora