30 días de smut challenge - NamJin.

13. En la oficina.

Trama controversial (?)

— ¡Lo hiciste! —Jimin celebró y abrazó al moreno con fuerza. —Estoy muy feliz por tu logro, hyung.

—Basta Jimin, era algo que se sabía que iba a pasar—Nam Joon sonrió correspondiendo el abrazo de su mejor amigo.

—Bueno... No había pasado últimamente, ya sabes, ¿crees que él estará contento?

—Por supuesto que no—Nam Joon dijo sin poder evitar sonreír. —Eso es lo mejor de todo.

— ¡Kim Nam Joon!

—No, no, ya le dije que no puede pasar ¡Sr. Kim! —la voz de la secretaria de Nam Joon lograba escucharse afuera de la oficina del moreno, se escuchaba alterada y nerviosa, Nam Joon sabía porque, así que cuando ella y el chico pelinegro entraron por la puerta, él no estaba tan sorprendido.

—Sr. Kim, yo le dije que no podía pasar y...

—No pasa nada Soo Young, está bien—la chica asintió a lo que su jefe dijo y se retiró de allí, dejando a los tres restantes adentro, al menos por el momento.

—Yo... voy a ir a visitar a Yoon Gi hyung, los veo luego.

— ¡Eres un maldito hijo de puta, Kim Nam Joon! —los gritos de Seok Jin regresaron en cuanto estuvieron a solas en la oficina. — ¡El trato con los Choi era mío! ¡Tú, maldito...! —el pelinegro gritaba enojado, sus ojos estaban llorosos del puro coraje, algunas de sus venas marcándose en su cuello, y Nam Joon permanecía allí, sin decir una palabra, la simple sonrisa del menor hacía que Jin se enojara aún más.

— ¡Ya basta! ¡¿Qué está sucediendo aquí?! —el dueño de la empresa había entrado al lugar sin avisar al escuchar todo el escándalo. —Todo el mundo está escuchando su espectáculo.

—Es que él...

—Es que él, nada, ¿estás acaso loco, Seok Jin?

—No, yo solo...—el pelinegro suspiró, calmándose y haciendo una reverencia. —Lo siento.

—Eso esperaba—el Sr. asintió mirando duramente al pelinegro, una sonrisa formándose en sus labios cuando observó a Nam Joon. —Estoy enterado de que lograste cerrar el trato con Choi Seung Hyun, estoy muy orgulloso de ti, Nam Joon.

Seok Jin solo apretó los puños en su lugar, ese trato era suyo, él no había pasado tardes enteras con Kwon Ji Yong, hablando sobre banalidades para que Nam Joon llegara y con solo una noche de copas lograra convencer al esposo de este. Mordió sus labios cuando vio como el hombre mayor abrazaba al rubio, felicitándole.

—Jinnie...—el hombre le llamó ahora más amable, con una sonrisa en sus labios. —Yo sé lo que esto significaba para ti, ¿de acuerdo? Pero tienen que entender, ambos—dijo señalando a los dos con su dedo. —Que cualquier beneficio a esta empresa es para todos, así que si uno logra algo, el otro debería estar feliz por ese logro. Estoy cansando de sus infantiles peleas por ver quien consigue lo mejor, o las cosas primero.

—Pero...—Nam Joon trató de hablar pero el hombre le interrumpió de nuevo.

—Nada, ustedes dos—mencionó tomando a ambos por los hombros. —Deben llevarse bien, demostrar a los demás empleados que son maduros, recuerden que son la cabeza después de mí, ambos. ¿De acuerdo?

Nam Joon asintió en acuerdo con una sonrisita que a Seok Jin le pareció de lo más falsa, pero de igual forma asintió, quedándose en su lugar cuando el hombre le dio un pequeño abrazo y salía del lugar. Ni siquiera se molestó en irse, se sentó en el sofá más cercano y talló sus ojos, no iba a darle la dicha al otro de verlo llorar. La próxima es mía, solo pensó.