16. Dedos.

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Nam Joon suspiró mientras dejaba sus llaves en su lugar, se quitó los zapatos y el abrigo y sonrió en cuanto sintió la tibieza del piso caliente debido a la calefacción. Movió su cuello en círculos, tratando de disipar la molestia y tensión que un extenso día de trabajo le había provocado.

Entrando a la cocina hizo lo único que le salía a la perfección, tomó un vaso de sopa instantánea, lo llenó con agua y lo colocó en el microondas, no iba a durar mucho para estar, pero prefirió ir a la habitación y cambiarse primero. No es que su trabajo en el hospital no le gustara, de hecho lo hacía y estaba muy agradecido de haberse podido acomodar en uno de los mejores, pero eso mismo conllevaba bastantes horas de trabajo y muy pocas libres que prefería usar para descansar, o usar con Seok Jin. Que ahora que lo pensaba, el mayor quizás debería estar trabajando en su estudio, a diferencia suya, Jin podía trabajar desde casa, su trabajo como editor de libros se lo permitía.

Nam Joon aflojó su camisa y colocó su mano sobre el pomo de la puerta, dispuesto a abrirla, solo hasta que escuchó ruidos... ruidos bastante extraños, pero no desconocidos, entonces abrió la puerta con cuidado y sonrió ante la hermosa escena frente a sus ojos.

El chico de cabello cenizo oscuro se encontraba recostado en la cama, una de sus manos se movía con lentitud masturbando su pene con lentas caricias por encima del pantalón, sus ojos se encontraban cerrados y sus labios estaban entre sus dientes, mientras sutiles gemidos escapaban de sus labios. Sus ojos se abrieron en cuanto escuchó el ruido, parecían demasiado brillantes y rojos.

Nam Joon—suspiró sin dejar de tocarse con necesidad, desabotonando su pantalón al fin y sacando su pene de la prisión que eran sus bóxers, parecía demasiado duro y bastante lubricado.

—Oh cariño, estás tan húmedo ¿ya? —Nam Joon respondió con la voz llena de falsa tristeza, todo el cansancio y hambre que tenía, fueron remplazados por un calor que comenzó a subirle por todo el cuerpo, la simple imagen del mayor sobre su cama lo hacía ponerse de ese modo. Terminó de desabotonar su camisa y llegar hasta el colchón, se sentó a un lado de Seok Jin y pasó su mano por los un tanto húmedos cabellos del mayor, parecía que recién se había bañado. — ¿Por qué estás...?

—Nam Joon, Nam Joon estoy muy caliente—Seok Jin le interrumpió con un gemido doloroso abriéndose paso por sus labios. —N-Necesito que me ayudes, lo necesito ahora—sus palabras se escuchaban algo dificultosas y Nam Joon reparó bien en su mirada.

— ¿Estás drogado, hyung? —preguntó el menor frunciendo el ceño, Jin solo se permitió reírse por un segundo antes de jalar a Nam Joon hacia él y besarlo, un beso necesitado y caliente, sus labios chocando con los contrarios provocaban chasquidos sucios y le daban un toque morboso a la escena, sobre todo cuando Jin comenzó a deshacerse de la blanca camisa de Nam Joon solo para dejarla caer a un lado.

—Bien, tú lo pediste—la voz del rubio sonó ronca y algo dura cuando se incorporó, tomando a Seok Jin de las muñecas con una sola mano y con la otra comenzó a bajar sus pantalones y ropa interior, solo hasta un poco más debajo de los muslos, tomó sus manos y las amarró con el propio cinturón del mayor, no demasiado fuerte pero si para inmovilizarlo, lo ayudó para que pudiera girarse y quedara boca abajo.

—Joonie~

—Arriba bebé, levanta ese asombroso culo tuyo para mí—el menor se relamió los labios al tener la vista de los dos blancos glúteos de Seok Jin a la vista, a su disposición. — ¿Estás ansioso, mi amor? —preguntó con la única intención de desesperarlo, sonriendo cuando logró su cometido.

—Nam Joon, por favor, por favor~—suplicó desesperado, se sentía demasiado caliente y necesitado, y solo Nam Joon podía ayudarle de esa forma, nadie más.

30 días de smut challenge - NamJin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora