Entre Luces y Tinieblas

Capítulo 38: Al borde del abismo

Capítulo 38: Al borde del abismo

I

Edward Gideon vuelve en si tan pronto las garras de Lola se desprenden de su cráneo.
Se encuentra mirando al techo y pareciera que todo da vueltas, como si hubieran hecho un revuelto con su cerebro. Se seca la baba que salía de su boca para luego vomitar todo el contenido de su estómago en un balde previamente preparado por la vampiresa

-¿Qué... qué fue eso? –Pregunta confundido y mareado
-Tuve que husmear a fondo en tu mente para encontrar lo que buscábamos
-¿Lola, que sucedió con la maldición? –Ahora la que cuestiona es la mismísima Aleister Crowley, quien se encuentra tranquila tomando de una taza de café a metros frente a ellos
-Pude deshacerme de ella, aunque en el proceso tu chico tuvo tres infartos –Responde mientras lame la sangre de Gideon que había quedado entre sus dedos –Tienes un buen sabor, por cierto
-¿Cómo que infartos? –Balbucea el hombre con dificultad

Gideon se quiere levantar pero todavía no está en plena capacidad, por lo que se tambalea en el lugar. Lola lo detiene y le dice que descanse unos segundos hasta que esté bien

-La maldición literalmente te mató un par de segundos, afortunadamente me tenías a mí, muchachón –Ríe la rubia –Y en el momento en que moriste, la maldición se desvaneció, así que puedes estar tranquilo de que el juramento inquebrantable no te molestará mas
-¿Así que morí para no morir? Tiene sentido para mi ja...
-Al mismo tiempo Lola accedió a tus recuerdos y el agua en el suelo sirvió como canalizador permitiéndonos ver también
-¿"Nos"?

Desde la oscuridad salen tres figuras: Uno es Bishop, que rápidamente se incorpora al lado de Aleister. Los otros dos son el viejo lobo de caza, Donov, y la jefa de la oficina de Aurores, Susan Bones

-Vaya, con que así fue todo
-Así que a los cargos de atentado, rapto y homicidio de un oficial del ministerio, también hay que agregar el asesinato de Theodore Nott a la lista de crímenes de Lucius Malfoy –Agrega Donov sin soltar un cigarrillo de sus labios
-¿Qué le hace una raya más al tigre, no? En fin, gracias por esto ¿Señorita Crowley?
-Los libros las describen un poco diferente, si me permite decirlo
-Por favor, solo 'Aleister'. Me ruboriza que me digan señorita a mi edad. Ahora supongo que su siguiente parada es Noruega ¿No es así?
-Efectivamente. De momento, Donov, arresta al señor Gideon
-¿Cómo? –Tartamudea Gideon todavía con su mente dando vueltas
-¿Bajo qué cargos? si es que se puede saber –Cuestiona Aleister
-Por ser cómplice de secuestro y homicidio ¿Por qué más? Donov, puedes proceder
-Como tú digas, princesa

El viejo lobo de caza da solo un paso hacia el frente, en dirección a Edward Gideon y la rubia que se encontraba a su lado
De repente, el ojo artificial detrás de su parche comienza a brillar y arder con intensidad, el hombre se lleva la mano a la cara pero el dolor es sumamente agónico y punzante, como si algo tratara de penetrar su mente a través de ese punto especifico
Todo se vuelve oscuridad. Donov no puede ver nada, ni siquiera su olfato y oídos logran percibir algo. El suelo debajo de él comienza a hundirse rápidamente hasta que se encuentra totalmente sumergido en un infinito océano carmesí. Trata de aguantar la respiración lo más posible pero se termina desvaneciendo

Despierta en una habitación totalmente vacía, solo una vela a punto de acabarse ilumina el lugar. Una puñalada acierta en su torso justo debajo de sus pulmones, pareciera una especie de lanza que había salido desde una de las paredes
Otra perforación, ahora en su hombro derecho. Luego otra lanza perfora sus cachetes atravesando su boca de lado a lado
Su hígado, sus extremidades, el estómago, decenas de lanzas lo atraviesan, provocando que litros y litros de sangre broten a cantaros como si de un colador se tratase. Una última lo atraviesa por la espalda, directo al corazón