Capítulo 33: Reunión

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Capítulo 33: Reunión

Harry se deja caer al suelo como si fuera un saco de boxeo recién vapuleado. Mentiría si dijera que el joven mago no ha tenido complicaciones, que todo salió de acuerdo a su plan y que ha tenido el control de la pelea en todo momento
Siente sabor a sangre entre sus dientes debido a la saliva rojiza que se escapa de sus labios. Las piernas le arden infiernos y siente un dolor insoportable en su pecho
Se lleva la mano hacia sus costillas y la punzada que siente lo hacen largar un grito insostenible. Si, en efecto una de sus costillas está fisurada. No sabe en qué momento fue, aunque sospecha que pudo haber sido cuando Susan lo estampó contra aquel árbol
Trata de recomponerse, pararse con sus dos piernas; pero le es imposible, sus rodillas ceden en cada intento
Por el momento se arrodilla en lo que intenta renovar el aire mientras un par de pisadas se acercan lentamente hacia él

-Vaya espectáculo
-Me alegra que haya sido de tu agrado –Responde amargamente al hombre mayor mientras limpia sus lentes y se da cuenta que están rasgados –Por cierto, gracias
-No hay de qué –Dice Gideon mientras juega con la varita de Susan entre sus manos –No podía quedarme sentado luego de ver como esa cosa se negó a salir disparada después de un expelliarmus a quemarropa –Agrega mientras señala la varita de Sauco entre los dedos del chico. Jamás apartada de su mano, firme a todo momento

Harry no dice nada al respecto, solo se limita a arreglar sus lentes y luego le extiende la mano a Gideon

-¡Oh sí! Casi lo olvidaba

Gideon le entrega un frasco lleno de pócima revitalizadora a Harry. Éste la toma completamente y al cabo de unos segundos se levanta, con algo de dolor pero en un mejor estado que antes

-Hay que irnos
-Por un demonio, apenas y puedes mantenerte en pie. Además quiero cambiarme de ropa, estoy hecho un desastre y no quiero ir a ver a Aleister en estas fachas
-No, no puedes cambiarte. Nuestros dobles tenían el mismo aspecto cuando llegaron con ella
-Ah por el amor de dios. Me estoy arrepintiendo de todo esto
-Deja de quejarte y ayúdame a terminar aquí
-¿Qué más falta?
-Debemos dejar un mensaje para que Draco sepa que los aurores rastrean su varita
-¿Cómo una carta?
-No, algo más llamativo

Harry comienza a caminar con algo de dificultad, seguido muy de cerca por Gideon, hasta llegar a un viejo tronco caído, alejado de todo el destrozo de la batalla reciente
Harry apunta su varita y comienza a escribir con un fino rayo sobre la madera

-¿Eso será suficiente? No creo que el joven Malfoy venga aquí por propia voluntad. Deberíamos dejar alguna marca, algún distintivo que llame su atención
-Fuego. Según recuerdo, Draco tuvo que venir para apagar un pequeño incendio en las copas de los arboles
-De acuerdo, déjamelo a mí

Gideon apunta la varita de Susan hacia la punta de un árbol cercano y con un pequeño chispazo crea una llama lo suficientemente pequeña como para que se propague lentamente y no arrase el bosque completo de inmediato

~O~

Hermione y Draco están ocultos bajo detrás de un contenedor de basura en un estrecho y oscuro callejón frente al hotel 'Golden Dawn'

Están hace no más de diez minutos allí hasta que ven a sus dobles bajar del, para nada extravagante, automóvil que había comprado Draco, al cual se le cae una lagrima al pensar en el trágico e inevitable futuro que le espera a tan magnifico vehículo
Una vez que confirman que los chicos habían bajado por las escaleras del costado del hotel e ingresado al pub cambian su atuendo
Hermione opta por una remera negra y un conjunto de chaqueta y pantalón beige, y unas zapatillas lo suficientemente cómodas para correr en caso de ser necesario
Draco decide usar una pantalón de mezclilla negro y una camisa del mismo material pero azul oscura; e igual que Hermione, zapatillas como para emprender una rápida huida
Se colocan máscaras lisas y cruzan la calle, evitando a los ojos husmeadores de la gente de la entrada al hotel
Bajan por las escaleras y recorren el pasillo hasta llegar a la maciza puerta de acero de la entrada
Hermione golpea tres veces y una voz se escucha: "Sé fiel a ti mismo". A lo que la mujer responde "Pues aquí no hay nada bueno ni malo"
A comparación de la primera vez, ahora hay unos segundos de silencio en el que no sucede nada, como si la puerta estuviera dudando en permitirles el ingreso

Entre Luces y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora