Capítulo 3: Serpiente entre leones

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Capítulo 3: Serpiente entre leones

El aroma a café inunda un pequeño bar ubicado en una movida esquina londinense, el cual se encuentra en la hora pico de la mañana
Las apenas catorce mesas que tiene ya se encuentran todas ocupadas por clientes a los cuales no se les puede ver el rostro por estar tan absortos leyendo el periódico
La calidez del lugar se ve interrumpida cada tanto que un nuevo cliente ingresa para pedir un café para llevar, dejando pasar el aire frio de afuera
En una de las mesas, recostado sobre la ventana, se encuentra un joven de no más de veinticinco años, leyendo un cuaderno. Su tez pálida acompaña con armonía a su alborotada cabellera platinada. Sus ojos grises detrás de sus lentes de lectura demuestran la soñolencia, que no es más que acentuada por las dos grandes ojeras que lleva. Su corta y desprolija barba no hacen más que atenuar la deteriorés de su cara
Aún con este aspecto desalineado, el chico viste elegantemente. La brillantez de sus zapatos hace jugo con su pantalón perfectamente liso, sin ninguna arruga visible. Su camisa blanca se encuentra atrapada por ese refinado chaleco oscuro que hace resaltar aún más esa gran letra "M" bordada en el lado izquierdo de su pecho
Se saca los lentes para poder frotarse los ojos y de paso observar un poco la vista que da el ventanal
La hojas son arrastradas por el viento luego de ser desprendidas de los árboles, los cuales ya comienzan a cambiar el paisaje de la ciudad con esos tonos marrones característicos de la estación. La gente camina apurada, otros corren y algunos solo paran para tomar un sorbo de café
Vuelve a posar su mirada a la agenda que se encontraba leyendo recién. El día marcado para hoy solo tiene una cita, la cual solo había detallado con las letras "DCAO"
Suspira antes de guardar la agenda en uno de los bolsillos de su saco, el cual se encuentra colgado detrás suyo. Luego le da un sorbo a su café mientras en su mente retumban las palabras que le había dicho su ex profesora

-Sé que tienes grandes intenciones de ser enseñar aquí, Draco, y te deseo la mejor de las suertes en tus exámenes del profesorado. Pero no vengas a mí sin poder realizar un patronus. Es mi última palabra

Con una mano se toma la cabeza sintiéndose decepcionado, no por su profesora al haberle pedido eso, sino que desde ese momento han pasado tres meses y no ha tenido avances. El tiempo se le está acabando, sus próximos exámenes son en dos semanas y son los que más le cuestan: Examen práctico de DCAO y Estudios Muggles. Ambas indispensables para ser un profesor matriculado

Afortunadamente conoce a la persona indicada para que lo ayude a prepararse tanto para los exámenes, como en la realización de su Patronus. Y tan pronto terminó su reunión con la profesora, fue a verlo
No fue difícil encontrarlo, pues es el auror más famoso de Gran Bretaña, lo verdaderamente complicado fue que él le concediera una cita, puesto que su relación en el pasado no era... digamos que "amigable"
Pasó un mes y varias decenas de intentos para que el auror le concediera una reunión, para luego negarse a su petición unas cientos de veces más
Pero si algo sabe Draco Malfoy es el ser insistente, por lo que el pobre auror terminó cansándose y aceptando la solicitud.
Y ya son dos meses bajo las enseñanzas del mejor auror del país

Luego de salir del bar se desaparece para reaparecer en Grimmauld Place. El lugar se encuentra bajo el encantamiento Fidelio, el cual el joven auror decidió jamás quitar, por lo que entre el número 11 y el número 13 comienza a revelarse la entrada del ancestral número 12, un lugar digno de ser patrimonio histórico del mundo mágico

Ingresa a la casa como si suya se tratase y al hacerse paso por el pasillo su sorpresa es evidente, pues este se encuentra totalmente limpio y sin telarañas. Los tapices oscuros de las paredes fueron reemplazados por otros de tonalidades rojas más alegres que son intensificados por la buena iluminación de las lámparas y la araña que cuelga del techo, la cual hace poco se encontraba con tres de sus siete focos y ahora los tiene a todos encendidos
No siendo suficiente toda esta limpieza, colorido y buena iluminación también se le suma una encantadora fragancia a canela que inunda todo el sitio

-Parece que te has tomado la limpieza muy enserio, Potter- Dice para sí mismo el rubio

Al llegar al vestíbulo la vista no hace más que mejorar. La tapicería ahora obtiene ornamentos en dorado de leones y ciervos, siendo estos dos animales los emblemas de las casas Gryffindor y Potter respectivamente
A todo esto el detalle más prominente es que ahora la sala entera se encuentra decorada por muchos retratos de personajes importantes, Remus Lupin, Fred Weasley, los antiguos directores de Hogwarts: Albus Dumbledore y Severus Snape, entre otros

-Vaya, esto si es...

De repente, y para terminar las sorpresas, surge de la puerta que da al comedor una joven de pelo castaño y revoltoso, vistiendo nada más que una camisa blanca que utiliza a modo de pijama y la parte inferior de su ropa interior
La chica se encuentra muy concentrada leyendo el periódico mientras toma de una taza de té como para darse cuenta que hay otra persona en la sala
El rubio tose un poco para tratar de llamar la atención de la castaña, lo cual resulta en un gran susto para ésta, que deja caer la taza rompiéndose a su vez contra el suelo
La chica ve al Slytherin que se encuentra postrado con cara de asombro y solo atina a lanzar un impresionante grito para en un abrir y cerrar de ojos escapar del lugar dando saltos

Enormemente confundido saca su varita y utiliza el hechizo Reparo para volver la taza a su estado anterior, la deja sobre la gran mesa del comedor y vuelve al vestíbulo para sentarse cómodamente en el sofá frente la chimenea al mismo tiempo que se escucha bajar frenéticamente a alguien desde las escaleras

-¿Qué es lo que sucede, Herm?!- Es lo único que atina a gritar el dueño de la casa antes de encontrarse con su nuevo invitado

Su testarudo pelo negro-hollín esta vez es lo menos llamativo de su aspecto, pues su cara se encuentra con la mitad izquierda pulcramente lisa, mientras que del otro lado solo se llega a observar un colchón de espuma de afeitar. Esta vestido con nada más que una toalla la cual sujeta con todas sus fuerzas con una mano, mientras en la otra porta su varita preparada para la acción.
Se queda pasmado por la presencia del rubio en su hogar

-¿Draco? ¿Q-Qué es lo que te trae por aquí?- Interroga

-Potter, eres una persona llena de sorpresas- contesta sonriendo el rubio- Sabes, me ofendería mucho el hecho de saber que has olvidado que hoy me tienes que dar lecciones, pero comprendí la situación al ver a una Granger semidesnuda deambulando por tu casa

Harry se queda mudo, no sabe que decir ni cómo actuar. Había olvidado completamente que Draco vendría hoy para tomar clases de DCAO, ahora tiene un gran problema sentado en su sala

¿Cómo se puede salir de esta situación? ¿Qué mentira puede ingeniar para explicar la razón de que su amiga esté en su casa con nada más puesto que su camisa?

-Yo... verás...
-¿Acaso Granger no era la novia de Weasley? ¿O es que ustedes tres tienen ese tipo de relación? Estoy algo confundido, ilumíname, Potter- regocijándose con la situación

El auror solo puede suspirar resignado, se acerca a su invitado y casi de rodillas le comienza a hablar

-Mira, no sé qué es lo que has visto, pero sea lo que fuese debes prometerme que esto no saldrá de aquí. Te lo ruego- Suplica Harry casi al borde de la locura

Draco Malfoy se sentía en la gloría, ni en su época más oscura tuvo tanto poder como lo está teniendo ahora. Su eterno rival está prácticamente de rodillas, implorándole por su silencio, eso era algo exquisito y digno de los dioses
La mente del hurón maquinaba un sin fin de ideas, cada una era mejor que la anterior. Desde que sea su mayordomo por una semana hasta obligarlo a salir a la calle completamente desnudo
Si bien eran pedidos y burlas infantiles, con que el grandioso Harry Potter, El elegido, pase un momento de vergüenza se conforma
Aun así, todos estos pensamientos se vieron interrumpidos cuando la puerta de la entrada principal se abre de golpe dejando ver a un nuevo invitado.
Dando pasos agigantados con la aparente intención de hacer todo el ruido posible, y la roja cabellera, que esta vez parece arder con más intensidad que de costumbre, se hace presente el tercer miembro del "Trio dorado"... Ronald Weasley

-Oh Potter, esto te saldrá caro- Pronuncia Malfoy viendo expectante el posible choque de dos leones de Gryffindor

Entre Luces y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora