Entre Luces y Tinieblas

Capitulo 4: Tragos (no tan) Amargos

Capitulo 4: Tragos (no tan) Amargos

-Claro que es de mi incumbencia, eres mi novia!

Fue lo último que Ronald Weasley le dice a la castaña antes de que esta se desapareciese

La relación de ellos siempre ha tenido altibajos, pero esta vez se siente diferente, y es que generalmente la culpa lo carcome y termina persiguiéndola para disculparse, pero hoy siente que demasiada ira invade su cuerpo

Va hacia la cocina y de la despensa saca una botella de fuego de dragón y toma un trago largo y tendido. Él no se considera un alcohólico, es más, esa botella lleva consigo casi dos años y todavía conserva más de la mitad, pero está vez siente que podría tomársela toda en cuestión de segundos

Bebe un vaso, luego otro y otro y aun así no parece menguar su sed

Se mueve hacia su despacho y de la cajonera de su escritorio extrae una caja de roble negra, la abre y vislumbra los seis habanos que su hermano Bill le había regalado de uno de sus viajes

Enciende uno y le da una bocanada larga que finaliza con un par de tosidos, claro, él no está acostumbrado a fumar y mucho menos unos cigarros como esos

Aun así el habano no le disgusta, y por más principiante que sea, puede llegar a notar que hace una buena combinación con su bebida. Se levanta de su escritorio para ir a la sala de estar donde se tira sobre el sofá

Queda mirando el techo en silencio un momento mientras es abordado por el humo y los efectos del alcohol que están comenzando a actuar

Siente mucho enojo a la par que tristeza. Su relación con Hermione no es como lo esperaba y eso lo disgusta aún más. Sabe que es en mayor o menor medida su culpa por los esporádicos ataques de celos que tiene por el simple hecho de que los hombres la reconocieran en la calle y el sentirse totalmente inferior en lo que respecta a habilidades, pero a su vez la castaña no le es de ayuda recalcándole cada error que tiene o no confiar en él lo suficiente, sumado al hecho de que los últimos meses se ha sentido bastante distante

La soledad de la casa lo comienza a invadir, el alcohol no es suficiente y ya se terminó su habano. Deambula sin rumbo ni sentido por la cocina, el comedor, el baño y su dormitorio hasta que se detiene frente a una foto de ellos dos.

La apatía lo envuelve, las paredes se hacen cada vez más estrechas por lo que decide salir a tomar aire fresco

Con botella en mano y un nuevo habano en boca comienza su trayecto sin rumbo fijo. La noche es agradable, la temperatura es ideal y casi no se ve gente por los alrededores. Observa los detalles más mínimo de cada casa, desde las formas de las ventanas hasta el degaste de los picaportes

Por un momento cruza por su mente el hecho de que el alcohol lo había animado más de lo que pensaba, o quizá los habanos tengan algún secreto que él desconoce. Sonríe ante la situación por la que está pasando y decide que mañana le preguntará a su hermano sobre su regalo

A una cuadra de distancia ve una esquina iluminada y decide ir a investigar, total, hoy no tenía nada mejor que hacer y no había nadie esperándolo en su casa

Empina por última vez su botella antes de llegar al lugar, un pequeño bar de esos que a los adolescentes les gusta concurrir

"¿Por qué no?" se dice a si mismo

Ya es todo un adulto y en su juventud (Que para él parece lejana pero todavía se encuentra en sus veinticinco) no pudo disfrutar de esos pequeños placeres por las circunstancias que ya todos conocemos

Entra al lugar y el ambiente le es cálido. La luz tenue ofrecida por un par de faroles le brinda la sensación de tranquilidad y algo de privacidad a la gente que se encuentra en el lugar

No hay lugar en el que sentarse pues solo hay algunas mesas que están siendo ocupadas por los clientes que se hayan allí, lo único disponible es la amplia barra la cual está siendo atendida por el barman

Se sienta en una banqueta al lado de una chica y se pide una cerveza negra. Para su suerte Hermione le ha inculcado llevar siempre algo de dinero muggle en caso de alguna emergencia, y para él esto lo era claramente

De un solo trago reduce su vaso a la mitad que es acompañado por una gran exhalación de conformidad. De ahora en más este será su nuevo lugar de relajación piensa felizmente

Está disfrutando plenamente del momento, hace demasiado tiempo que no tiene un poco de tiempo para sí mismo. Su vida siempre fue estar siguiendo a su mejor amigo en sus peripecias y de estar acompañado de su novia

-Ron ¿Eres tú?- Escucha provenir de la chica a su costado

Su nombre es Katie Bell, una antigua compañera del colegio y de Quidditch. De cabello largo y moreno, delgada y de tez blanca. Se encuentra vestida con un florido vestido y apenas maquillada pero aun así bastante atractiva

-Hey, Katie- Saluda sonriente el pelirrojo- Ha pasado tiempo

-Ya vieras que sí. ¿Qué haces por aquí, en un bar muggle?- pregunta la morena

-Salí a caminar un rato y de un momento a otro me encontré aquí ¿y tú?

-Este mi lugar de relajación. Aquí paso las mayorías de mis noches porque mi casa se encuentra cruzando la calle

-Qué suerte la tuya

Ambos deciden salir a una de las mesas de la vereda para tomar un poco de aire y relajarse con la espléndida noche

-¿Qué estás bebiendo?- cuestiona Ron apuntando al vaso de la chica

-Oh ¿Esto? Se llama Negroni, es un trago clásico que se ha puesto de moda últimamente. Toma, prueba un poco

El pelirrojo acepta. El vaso es uno de esos cortos donde generalmente se toma el whiskey, la bebida es de un rojo profundo y muy aromático

-Es un trago fuerte así que tómalo despacio-Recomienda Katie

Ron obedece y el primer sorbo lo siente muy alcohólico y bastante amargo. La cara de sorpresa y cuasi disgusto de Ron es visible y la mujer no puede más que reír por sus expresiones

-Es... Amargo- dice Ronald entregándole el vaso

-Jajaja, al principio a todos les desagrada, pero con el tiempo le van tomando el gusto y después ya no pueden parar de pedirlo

-Sabes qué, hoy estoy de aventurero, me pediré uno de esos- dice enérgicamente el chico

La noche pasa, hablan de sus juventudes, de las cosas malas que pasaron y las buenas también. Del trabajo y el estrés que les producen, y de las angustias recientes

Ríen, ríen bastante y toman aún más. Ron experimenta nuevos tragos y sabores y acepta con gracia la compañía que se le fue otorgada en una noche en la que necesitaba despejarse de todo

Hoy no era la noche de Harry ni Hermione, hoy era él pasando un buen momento como hacía mucho no pasaba

Y como si todo fuera por un capricho del destino o una serie de causalidades Ron Weasley se encuentra a altas horas de la noche, besándose con pasión en la casa de Katie Bell