Capítulo 14: Entre risas... y lamentos

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Capítulo 14.1: Entre risas...

Hermione había pasado por un mercado momentos antes, si bien la casa de Harry siempre estaba bien abastecida no quería arriesgarse a que le faltaran suministros, después de todo si su amigo le da el visto bueno se quedará a vivir allí hasta que encuentre un lugar para mudarse
El anochecer londinense se había adelantado a causa de las nubes negrinas que anuncia una fuerte tormenta, lo que le viene de maravilla pues había comprado para hacer chocolate caliente

-A Teddy le encantará- piensa mientras abre la puerta con esfuerzo de no tirar ni una de las bolsas de la compra

El ambiente del lugar está cálido y la iluminación algo tenue. Al llegar al vestíbulo se encuentra con la escena más cariñosa, tierna, y llena de amor que puede existir: En el sofá, frente a la chimenea, el pequeño Teddy Lupin lee un libro mientras soba la cabeza de su padrino, el cual se encuentra dormido como un tronco sobre su regazo
El pequeño se da cuenta de la presencia de la mujer, provocando que cambie su color de cabello de negro profundo a un castaño reluciente. Hermione le hace la seña para que no haga ruido y no despierte a su padrino

En silencio se acerca al sofá y se funde en un fuerte abrazo con su sobrinito, el cual parece no querer soltarla nunca

-Te extrañé mucho, Teddy

-Yo también, tía Mione

La castaña recae en la cabeza azabache recostada sobre Teddy y le brinda una pequeña caricia y un beso en la frente. Harry Potter se haya en un hondo sueño del cual no quiere despertarlo

-Teddy- susurra- ¿Me quieres ayudar a preparar la cena?

El chico asiente eufórico y en silencio y con cuidado cambia de lugar con una almohada para que su padrino esté cómodo. Hermione coloca un leño más en la chimenea para avivar un poco el fuego

Una vez los dos en la cocina se ponen a guardar las compras en las alacenas y heladera. Se ponen delantales, el cual a Teddy se le hace un poco grande, y se lavan las manos

-Bien, entonces...- piensa inquietamente en voz alta- esto no puede ser tan complicado, es decir, Molly cocinaba para un batallón

Teddy al ver la indecisión de su tía le acerca un libro que había encontrado en una de las cajoneras. Hermione se sorprende al ver que es un libro de recetas muggles, y más aún que en sus páginas hay anotaciones y sugerencias de...

-¿Kreacher? Esto sí que es una sorpresa. Pero si a él le ayudo todo estos años, a nosotros no vendrá de maravilla-guiñándole un ojo a Teddy

Ambos ojean el recetario hasta que caen en una que les llamó la atención

-"Risotto con chorizo", tenemos todos los ingredientes para esto y además está muy bien detallado

Teddy sale disparado hacia la heladera para agarrar todo lo que les haga falta

-Necesitamos: Dos chorizos, una cebolla morada, dos dientes de ajo, medio pimiento rojo, puré de tomate, arroz, caldo, y vino...

Al apartar la mirada del libro se topa con la mesada llena de todos los ingredientes que había juntado Teddy. Hermione sonríe feliz ante la eficiencia de su compañero de cocina

Capítulo 14.2: ...Y lamentos

¿Alguna vez has intentado gritar con todas tus fuerzas pero sin lograr emitir sonido alguno?

¿Alguna vez te has hallado en la compañía de tu aliento agitado, haciendo eco en una habitación vacía?

¿Alguna vez, entre respiración y respiración, probaste la sal de tus propias lágrimas mientras te sujetabas con fuerza sobrehumana?

¿Alguna vez te has encontrado en la oscuridad de la noche, en la más fría y solitaria de tus soledades sin hacer nada más que repetirte una y otra vez "¿por qué?"?

¿Por qué?
¿Por qué estoy sufriendo de esta manera?
¿Por qué todo es mi culpa?
¿Por qué ella?
¿Por qué me abandonó?
¿Por qué no puedo tener la felicidad que siempre soñé?
¿Por qué la habitación se vuelve cada vez más pequeña y oscura?

Quizás, Ron, en un acto de salvajismo y de violencia emocional se descargue contra aquella indefensa almohada, que sin quererlo se cruzó en su camino. La golpea, la arroja y patea, le da toda su furia para finalizar abrazándola desgarradoramente mientras funde su cara en ella, ahogado un grito mudo
No, esa silla tampoco tiene la culpa, pero aun así la arrojó contra la pared. Ese espejo, que yace ahora en fragmentos, no cometió ningún error para ser tratado así. Tampoco la ropa, ahora desperdigada por toda la habitación, merece esa locura que lo invade y consume lo poco que queda de su ya destrozado juicio
Y lo peor de todo es que sabe que no puede dejar de llorar, porque aunque le cueste admitirlo, esta vez es el final de todo, ella ya no volverá a sus brazos

El llanto del hombre resuena terroríficamente en la penumbra de la noche mientras la tinta de una carta de despedida se corre por las lágrimas que le habían caído

Entre Luces y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora