Final

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Debo confesar que estar frente a aquella mansión me aterró. Ante mí estaba la llave que abriría las tinieblas de mi pasado. Sin embargo, si deseaba seguir con mi vida, debería vencer temores y afrontar lo que sea existía allí. Era imprescindible, abandonar la persona a vulnerable y que todos debían cuidar.

Cometí errores, el mayor de ellos fue confiar en la supuesta buena voluntad de una aparecida y dudar en la del hombre que me había salvado la vida. Madeline, que mi primera impresión al conocerla fue de rechazo, pero creí que se debía al interés que le demostraba a Stan.

—¿Necesita algo más? —habla entre murmullos la enfermera para no despertar a Stan y niego —si desea algo...

—Presiono esto —alzo la mano y ella sonríe —estoy bien. —le calmo —gracias.

—Es un placer —responde retrocediendo hasta llegar a la puerta.

Cierro los ojos con los recuerdos de lo vivido nítidos. Apoyo ambos manos en las sabanas y ahogo las ganas de gritar mordiendo mis labios. Al abrirlos contemplo al hombre dormido a mi lado y me digo que estoy a salvo.

Con él lo estoy.

Tropezar con esa mansión, me hizo sentir vulnerable. Con el miedo creciendo en mi interior por lo que descubrí quise contarle a Stan. Madeline, a quien le había contado lo descubierto, aconsejó no hacerlo. Él buscaría respuestas, me excluiría, por su extraña conducta de protegerme, no era sano estar bajo su sombra.

Y le creí. Sus consejos tuvieron mucho sentido.

Caí en su ardid dejándome llevar por sus recomendaciones y la supuesta buena voluntad, valiéndose de mi ingenuidad para alejarme de Stan. Ella, la esposa del hombre que juró amarme y prometió salvarme, le dije, no tenía ni idea que era casado, de saberlo jamás me hubiera fijado mis ojos en él. Eso no cambiaría en nada mi tragedia, pero por lo menos, no me sentiría usada y burlada.

Ingresó a nuestras vidas con el único objetivo de destruirla. Nos culpaba de ser los causantes que su matrimonio y estilo de vida se hiciera polvo. Se había errado al señalarnos, pero no pude razonar con ella. El rencor y ganas de hacer justicia, le impedía ver la verdad.

Supongo, que por lo dolorosa que era.

Lo primero que hizo fue intentar ganarse a Stan y conquistarle. Tarea, que me confesó, resultó imposible, obligándoles a cambiar de planes. Ante el muro que resultó ser Stan, fijó sus ojos en mí, ganándose mi confianza. Lo primero que debía hacer era hacerme recordar y la casa de mis padres podría ayudar.

Pasar por esa mansión no fue un accidente, ya en ese instante estaba ganada mi amistad. Tras confesarle lo que sentí al ver la casa y el parque se puso en marcha la segunda parte del plan. Hacerme buscar mi pasado por mi cuenta, con el fin de acercarse aún más a mí.

Acudí a la biblioteca con la dirección de la casa, hallé su historia y la de mi verdadera familia. Fotografías de mi padre, madre tras llegar a América. Detalles explícitos de lo sucedido, el suicidio de mi padre y como fui hallada abrazada a su cadáver, después de que una llamada anónima del llanto de un niño en esa dirección.

Papá había despedido a todos empleados días antes, que dando solo él y yo. Fui pasada a un hogar de paso y un mes después adoptada. Con ayuda de Madeline, pude encontrar quien era en realidad el hombre que todo este tiempo creí mi padre.

La sorpresa de enterarme de que mezclé mis dos vidas fue solo superada por enterarme de la verdad. Sin embargo, seguía sin recordar detalles de ambos sucesos. Salvo aquel hombre con máscara de conejo y el miedo que ese recuerdo me traía.

Sin darme cuenta de lo virtuosa que era esa oscuridad no abandoné la investigación. Contaba con una amiga que me llevaba a todos lados, me cuidaba y deseaba ayudarme. La imagen que Madeline proyectaba era de una hermana, deseosa que encontrara mi pasado y lograr que me casara con el hombre que amaba, sin temores.

Estanislav (Saga Angeles y Demonios #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora