Arthur Havisham un chico engreído que solo piensa en el bienestar y preocupación por si mismo, su padre quiere darle una lección, obligándolo a contraer matrimonio con alguien que no desea.
" Ya estoy cansado de tu arrogancia y egoísmo, piensas que...
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Arthur
La luz del sol entraba por la ventana de la habitación dándome en la cara, seguía acostado con mi cuerpo cubierto con las sábanas de la cama, me di la vuelta quedando al centro de la ella encontrándome con el rostro de la chica con la que he estado estos meses desastrosos, cada que me sentía mal y sentía que no había salida siempre recurría a ella, aunque cada que la visitaba solo hablamos unos minutos y terminamos en su cama.
Era una bella chica, su piel era blanca, su cabello rubio hasta su media espalda, era muy dulce, realmente estaba agradecido por las veces que me ha escuchado y comprendido, le tengo un gran cariño y esperaba que ella fuera la mujer con la que compartiría mi vida.
Pero al mirar su rostro otros pensamientos me invaden, otro rostro vienen a mi memoria, esa chica que desde ayer no puedo sacarme de la cabeza por más que la odie, maldita sea no puedo quererla, no me puede gustar, esto es tan estupido, ni siquiera se como le diré a Meredith que ya no podré verla, eso me causa tristeza pero a la vez alivió, me siento asqueroso de estar aquí con ella después de hacer el amor y pensar en otra chica.
¡Demonios! Esto es tan confuso.
- Buenos días - me decía la chica que tenía a lado con esa sonrisa tan tierna y voz ronca.
- Buenos días - le contesté de vuelta plantando un beso en su frente.
- ¿Cómo amaneciste?¿Dormiste bien?, Ayer estabas como alma que lleva el diablo.- bromeó.
- Si, estoy bien ya sabes los mismos problemas- mire el reloj de bolsillo que estaba en mi saco - , 12:30, - ¡Rayos! Debo irme linda - me pare rápidamente para cambiarme , sabía el sermón que me daría mi padre al llegar.
- Vendrás mañana? - me habló, sentándose en la cama cubriendo su pecho con las sábanas.
- No lo creo Meredith, eh estado algo ocupado y creo que esta semana no podré verte, en cuanto pueda lo haré te lo prometo.- Le di un beso en la mejilla y salí corriendo a mi casa.
Después de media hora casi corriendo pare en seco al mirar a Compeyson,quien me miraba inquietante, estaba recargado en la entrada del bar donde nos reunimos siempre, me hizo una seña para que me acercara y así lo hice no saludamos y entramos al bar , nos recargamos en la barra.
- Vaya Arthur no crei que fueras tan sinvergüenza.
Lo mire frunciendo el seño ante su comentario.
- Laverdad creí que serías más inteligente ante las oportunidades que te brinda la vida o tu padre, pero eres tan estupido cómo para poder sacarle beneficio y en vez de eso corres con tu amada Meredith por una noche más de sexo..
