Arthur Havisham un chico engreído que solo piensa en el bienestar y preocupación por si mismo, su padre quiere darle una lección, obligándolo a contraer matrimonio con alguien que no desea.
" Ya estoy cansado de tu arrogancia y egoísmo, piensas que...
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Arthur
Seguí besando su cuello, mientras tomaba su cintura y la pegaba más a mi cuerpo, me aleje un poco para desatar por completo su corsé, quite el listón que unía ambas paredes de la tela que la cubría, y abrí la prenda dejando ver su perfecta y delicada espalda, la acaricié desde arriba hacia abajo varias veces y ella solo suspiraba y movía su cabeza a los lados lentamente en seña de que lo disfrutaba.
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Comencé a desabotonar la parte de abajo del vestido, luego me acerque y comencé a deslizarlo por su hombros, se encontraba totalmente desnuda de su cintura acia arriba ella dió la vuelta y sin que la viera, presiono sus pechos desnudos contra mi torso aún con ropa, nuestra respiración se agitaba cada vez más me acerque a su rostro para conseguir contacto sus labios, esos labios carnosos que me muero por probar, la tome del cuello bruscamente sin lastimarla.
- No sabes cuánto te deseo Odette, quiero que seas mía - susurré en sus labios.
- Yo también te deseo Arthur - me dijo con tono bajo.
Y cuando se derrumbaba la muralla entre nosotros..
- Odette? - mi hermana tocaba la puerta - estás aquí?
Nos separamos bruscamente a pesar de que la puerta tenía pestillo, empecé a maldecir en mi mente e hice una mucha de disgusto, al parecer a Odette le pareció gracioso y respondió tranquilamente cubriendo su pecho con una manta camino hacia la puerta pero se detuvo en seco, al parecer se le había ocurrido algo.
- Si Amelia aquí estoy, necesitas algo? - dijo acercándome a mi de nuevo, a la misma distancia que estábamos, y empezo a desabotonar mi camina con una mano, yo me estaba poniendo nervioso.
- Solo quería preguntarte si habías visto a Arthur , no está en su habitación y mi padre quiere hablar con el.
- Mmm no, no lo he visto, pero si lo hago le daré tu recado - logró desabotonar toda mi camisa y la desfajo de mis pantalones y comenzó a dejar besos húmedos de mi abdomen hasta mi cuello, sentía mi erección crecer bajo la tela de mis pantalones, sus manos se posaban en mis caderas mientras su boca danzaba sobre mi piel,e hacia sentir en el jodido paraíso con tan simple tacto, podría pisar la gloria tan solo con sus besos, me hizo soltar un gemido de dolor algo alto cuando mordió mi cuello.
