Arthur Havisham un chico engreído que solo piensa en el bienestar y preocupación por si mismo, su padre quiere darle una lección, obligándolo a contraer matrimonio con alguien que no desea.
" Ya estoy cansado de tu arrogancia y egoísmo, piensas que...
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Odette
Era de mañana y me encontraba dando un paseo por los jardines principales de la ciudad, admiraba la naturaleza que habitaba el lugar, las aves que cantaba su canción mañanera, las mariposas que pasaban a mi vista para ser admiradas y adorar la belleza de sus alas, el viento que corre acariciando mi rostro y el aroma silvestre que expulsaban los verdes pastizales me encantaba.
En mi cabeza no dejaba de dar vueltas el momento que viví con Arthur, aún no se cómo sentirme al respecto, no puedo negar que me encantó sentir sus labios sobre los míos y sentir sus manos recorriendo mi cuerpo fue como una corriente que me hizo vibrar el mismo, caminaba por el puente imaginado como besaba mi cuello mientras me abrazo por el viento frío que sopla llevando mi cabello hacia atrás, vienen a mente, aunque la realidad era que esto era un juego, un juego que no debería implicar sentimientos, un juego en qué todo es mentira y solo nos une el deseo y eso debemos tenerlo claro, aunque mi mente esté en contra de mi boca y mi corazón.
Llegue a la casa después del pequeño paseo, al abrir la puerta todos estaban reunidos en la sala principal, su atención se desvio a mi, percatandose de mi presencia, a lo que el señor Havisham hablo.
- Odette querida que bueno que llegas, estaba hablando con los chicos, sobre la cena que brindaremos hoy para los Bridgerton, cerraremos un par de negocios - sonreí de la manera más sincera posible, pero ese maldito apellido me lo impedía - Te lo comento para que estés presente ya que tus padres vendrán - esto se ponía cada vez mejor, maldita sea, tenía que soportar la presencia de las personas que menos quiero ver en este momento.
- Claro señor, no se preocupe - aunque por otro lado me alegraba el ya no salir con Anthony a solas, algo de calma en la tempestad.
- Bien eso era todo chicos pueden volver a sus actividades y deben estar aquí a más tardar 7:30 para recibir a los invitados ¿de acuerdo?
- Si papá - dijeron ambos y yo solo asentí.
Me disponía a subir las escaleras cuando alguien jalo mi mano.
- ¿Que quieres? - dije con fastidio
- ¿Que te pasa?, Desde que papá dijo lo de la cena has estado rara.
- No me pasa nada Arthur, estoy bien.
- Si claro y yo soy el rey de Inglaterra - dijo con sarcasmo.
- Pues casi, son igual de arrogantes - si rostro se torno serio y su mano atrapó mi mentón apretando mis cachetes - Deja de ser tan maleducada, o pagarás las consecuencias - dijo en tono amenazante.
Iba a contestar cuando escuchamos a alguien acercarse, inmediatamente Arthur me soltó y tomamos distancia, era el señor Havisham.
- Oh chicos, creí que ya se habían ido, pero que bueno que los encuentro, nececito que me ayuden, a preparar la cena, quiero que se encarguen de cada una de las cosas que se necesitan, ambos, cómo equipo - Dijo sonriendo.
