3. Una pequeña charla.

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      — Eres un pequeño muy lindo. —Dijo Nami mientras acariciaba las mejillas regordetas del pequeño bebé frente a ella.

— Mi querida Nami-san. ¿Sabe que tambien le esta diciendo lindo al Marimo?. —Dijo Sanji viendo a Nami la cual abrió los ojos cual platos.

Sanji decía aquello ya que el bebito era la copia exacta de Roronoa Zoro.

— ¡¿Que?!: ¡No, no, no!. Este bebe es hermoso, su padre es feo. El chiquitito es divino. —Habló la mujer sonriente besando las mejillas del bebé el cual comenzó a reír.

El rubio le pidió amablemente a la mujer que se retirara ya que debía dormir al bebé. Ella no se engo se despidió tanto del rubio como del pequeño bebé.

El bebé soltó un pequeño bostezo se recostó en el lugar donde Sanji dormía y poco a poco fue cerrando sus ojitos. Sanji no podia con tanta ternura, sonrió levemente y se recostó al lado del bebé mientras acariciaba el cabello verde del bebé ya dormido a su lado.

Cubrir al bebé con una sábana, se levantó y salió del lugar sin hacer mucho ruido y fue a preparar la cena. Cortaba con tranquilidad los vegetales, puso el carten sobre la ornilla y encendio esta, hecho un poco de aceite y puso a freír unas cosas. La puerta de la cocina se abrió y cerró, Sanji no presto mucha atención y siguió con lo suyo.

— Luffy, si vienes a buscar comida te informo que aun no esta lista, asi que, largo de aquí. —Dijo Sanji sin mirar a quien quiera que haya entrado a la cocina.

— Soy yo, cejillas. —Hablo Zoro mientras bostezaba.

Sanji volteo un poco su cabeza observando como era que Zoro se tallaba levemente los ojos mientras bostezaba.

— Lo mismo te digo, Marimo idiota. Aun no esta lista la comida, largo. Y si vienes a buscar sake no te dare nada sino comes antes. Fuera. —Señalo la puerta de salida con el cuchillo haciendole una clara idea al mayor de que saliera de allí.

— Tsk. Vengo a preguntar por mi hijo. —Dijo mientras se cruzaba de brazos recostando su cadera en el mesón.

— Mmh... Esta durmiendo. —Respondió sin más mientras caminaba al refrigerador a buscar algo.

 Del refrigerador sacó un poco de jugo de naranja y lo sirvió en un vaso y se lo extendió a Zoro el cual arqueo una ceja observando el líquido con el vaso con aquel líquido de color naranja.

— Es mucho mejor esto que el sake. —Se acercó al contrario y le agarro de la mano para que pudiera agarrar el vaso— Marimo idiota, tienes que aprender a cuidarte y no debes de andar bebiendo tanto. Te podría ocurrir algo malo. —Le dijo.

— ¿Te preocupas por mi?. —Pregunto mientras comenzaba a beber el jugo.

— N-No. ¿Quien se preocuparia por un Marimo tan idiota como tu?. A-Aparte... Si te sucede algo, ¿Quien crees tu que va a cargar con Luffy si te mueres?. —Dijo mientras tartamudeaba evitando ver al Alfa. 

Un sonrojo invadió las mejillas del rubio. Si, se preocupaba por el Alfa, era su destinado, su alma gemela, aquella persona con la cual debía de estar hasta que la mismísima muerte los separara, pero no lo diria, siempre, desde muy pequeño le habían rechazado por ser Omega y sin más comenzó a fingir que era Beta para así no experimentar nunca más aquel rechazo hacia su persona el cual le hacía sentir fatal, tanto fisica como mentalmente.

No le confesaria su amor a Zoro. Claro que no, eso jamas. Si tantas personas le rechazaron, le negaron, y le desperdiciaron por ser un Omega, un Alfa puro, alguien como el gran Roronoa Zoro, no sería la excepción...

El Hijo del Marimo. || ZᴏSᴀɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora