El Hijo del Marimo. || ZᴏSᴀɴ.

28. La curiosidad... Mato al gato.

Sanji.

Mi pecho subía y bajaba, mi respiracion era erratica. Escuchaba a mis compañeros hablar entre ellos angustiados, pero sentia un pequeño pitido en mis oídos sintiendo sus voces lejanas, sentía mi vista nublarse, mis manos temblaban sin secar. 

Sentía que el aire me faltaba, sentía cómo era que me ahogaba en el océano mismo. Mi cuerpo pesado cayendo a lo profundo sin escape alguno. Mi vista se nublo, iba a caer hacia donde, no lo se, tan solo sentí mi cuerpo desfallecer. Unos brazos amortiguaron mi caída gritándome, pero las voces eran tan lejanas estaba tan aturdido, tan sofocado.

¿Donde estaba mis niños?.

¿Quien se habría llevado a mis pequeños niños?.

Mis ojos pesaban y algo húmedo se deslizaba por mi frente, estaba frio. Un paño húmedo se paseaba sobre su frente. Movi mis dedos tenuemente, apreté mis ojos mientras me quejaba. Torpemente me incorpore sobre la cama sintiendo mi cabeza explotar, una fuerte punzada; una migraña creciendo en mi cabeza. Trate de acostumbrar mi visión a luz del lugar y observando a la tripulación a ambos costados de la cama, todos, preocupados. ¿El consultorio de Chopper?, asi era.

Zoro estaba a mi lado, sosteniendo entre sus grandes manos mi mano temblorosa. Sus ojos brillaron al verme despierto, se acerco rapidamente, sus manos se posaron sobre mis mejillas y sus labios besaron mi frente.

— ¿Que-... M-Me paso?. —Murmuré en un hilo de voz observando al peliverde y a los demás.

Chopper salto sobre mi llorando angustiado, inspeccionando para ver si todo estaba bien acaricie el pelaje de su cabeza mientras sonreía débilmente. Por lo que me contaban me había desmayado, había tenido un pequeño colapso por el estrés, la angustia y la ansiedad que había sentido hace ya unos momentos atrás. Me nuble, desmayandome y casi caía por la borda, pero Zoro fue más rápido atrapando mi cuerpo desmayado entre sus brazos tratando de despertarme desesperado. 

Grande fue mi sorpresa al ver a Trafalgar en el consultorio de Chopper. El pelinegro se mantenía de brazos cruzados. ¿Que hacia alli?, era un pregunta que rondaba mi mente, pero mi atención volvió a mi Alfa peliverde.

— ¿Estas bien, rizado?. —Me pregunto Zoro, acariciando con sus pulgares mis pómulos.

— Si... Creo que sí. —Dije en un susurro acariciando mi cabeza.

— ¿Te duele algo, Sanji?. —Me pregunto el pequeño renito que estaba sobre mis piernas.

Asenti, pero al instante una fuerte punzada volvió a presionar mi cabeza. Me queje por el dolor y Chopper me dio unas pastillas para aliviar un poco la migraña de mi cabeza, al instante un pensamiento viajo por mi mente y observe a Zoro.

— Marimo, tuvo un extraño sueño. —Dije— Los niños habían desaparecido, abandonando el barco. ¡Ja!, que pesadilla. 

Sentía aquellas miradas angustiadas y preocupadas en mi persona, mi conciencia poco a poco volvía a mi. Un suspiro abandonó mis labios luego de chasquear mi lengua, mientras bajaba mi cabeza acariciando mi entrecejo.

Eso no había sido un sueño, ojala hubiera sido un sueño o alguna inmunda y espantosa pesadilla.
Ojalá hubiera sido alguna de aquellas dos opciones, pero por desgracia no era ni lo uno ni lo otro.

Zoro agacho la cabeza luego de hacer una mueca con sus labios, se inclinó mientras recostaba su cabeza sobre mis muslos. Sentía su Alfa temblar mientras ocultaba de cierta manera su rostro sobre mis piernas. Observe a los demás en busca de cortas respuesta con mi mirar, ¿Donde estaban mis niños?, pero tan solo ellos negaban con miradas lastimeras igual de angustiados que ellos dos.