El Hijo del Marimo. || ZᴏSᴀɴ.

10. Los tres juntos.

— ¿Zoro abra matado a Sanji?. —Dijo Usopp en voz alta llamando la atención de sus compañeros.

— De que lo ha dejado paralítico, see, lo ha dejado paralitico. Pero nunca lo mataría. —Dijo Franky encogiéndose de hombros.

— ¡Callate no digas eso!. —Gritó Nami mientras fruncia el ceño enojada asustando un poco a los hombres presentes.

Robin había cubierto con sus manos las orejas del pequeño doctor de la tripulación para que no escuchara lo que los demás hablaban, era muy inocente como saber de ese tipo de cosas, si es que sabía malintepretarlo y para que no los escuchara. Ellos si se imaginaban que Sanji estaría con un mal dolor en su parte baja y caderas, y todo por culpa de Zoro.

El pequeño Zinan jugueteaba con unos juguetes. Todos se encontraban en el barco, bueno algunos se encontraban allí mientras que otros seguían recorriendo la isla. Algo llamó la atención de Nami la cual abrió tanto sus ojos como su boca sorprendida al ver lo que sus ojos podían observar con atención.

Zoro y Sanji caminaban en dirección del barco mientras hablaban de diversas cosas con tranquilidad, sin peleas ni insultos de por medio. Llegaron al barco y el primero en subir fue Zoro el cual le extendió su mano al rubio, y al ayudarle a subir por instinto el peliverde le sujeto de la cintura con un poco de rudeza. El pequeño Zinan los vio y gateo rápidamente hacia ellos mientras reía, el cocinero se agacho para poder cargar al pequeño entre brazos mientras le daba pequeños besitos por todo el rostro.

— Hola, bebé lindo. —Dijo Sanji mientras le sonreía al bebé acariciando el cabello verdoso de este.

— ¿Nos extrañaste, gordito?. —Pregunto Zoro revolviendo el cabello del pequeño el cual río sujetando entre sus pequeñas manos la gigante mano de su progenitor.

— ¡Sanjiii!. —El ya nombrado volteo la cabeza al escuchar como gritaban su nombre.

El pequeño capitán corría a toda velocidad en dirección del cocinero el cual actuo rapido y le entregó al pequeño bebé a Zoro y espero el impacto de el capitán el cual lo envolvió entre sus alargados brazos.

Los alargados brazos y piernas de Luffy envolvían al cocinero el cual extendía sus brazos buscando equilibrio para así no caerse. El pequeño Zinan reía y aplaudía observando lo que Sani y Luffy hacían. Zoro sostuvo a su pequeño con uno de sus brazos y con el otro sujeto al capitán de sus prendas para así separarlo del cocinero y así lo hizo. Por alguna razón Luffy lloraba cosa que hizo que los demás se sintieran confundidos.

— No me vuelvas a abandonar, Sanji. No puedo sobrevivir sin tu comida ni mucho menos sin esa carneee... ¡Wahhh!. ¡No me dejes por Zoro, yo si me porto bieeen!. —Comenzo a decir mientras lloriqueaba y volvía a abrazar a Sanji el cual sonrió conmovido.

— ¡Oi, Luffy!. Dejalo ya, lo estás agobiando. —Dijo Zor interponiéndose entre el cocinero y el capitán.

Sanji río por lo bajo sintiendo y viendo que Zoro estaba siendo algo celo en esos momentos, el pequeño Zinan se sujetaba de la prenda de ropa que cubría la ropa de Zoro trepando el cuerpo de este. El cocinero le extendió sus brazos al chiquillo el cual se abrazo al rubio mientras sonreía de oreja a oreja.

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— Huele extraño. —Soltó Zoro al aire.

Ya habían pasado unos dos u tres días desde que había sucedido aquello entre el espadachin y el cocinero. Zoro se encontraba cuidando de su pequeño mientras que el cocinero preparaba algo para merendar, olfateo de dónde provenía ese olor tan extraño que había inundado sus fosas nasales y al dar con dicho olor solo se limitó a negar con la cabeza mientras hacía un mueca de desagrado con su boca.