11. Los celos de Zoro y Zinan.

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Los celos no eran del todo buenos, pero qué tanto un ALfa y un cachorro los sintieran hacia el Omega que uno consideraba como pareja y el otro consideraba como madre, era un tanto extraño o eso pensaba Sanji.

Habían pasado algunos días y habían llegado, nuevamente, a una isla y desde entonces habian estado alli ya que, no se encontraban muchas personas de la marina ni nada por el estilo, asi que, podian estar tranquilos, sin que nadie los persiguiera. Sanji a pasado tiempo en la isla, haciendo una que otra cosa y tanto mujeres como hombres le han coqueteado, que los hombres le dijeran algo le daba completamente igual, pero que las mujeres le dijeran algo le parecía lo mejor y como toda un caballero él les regalaba flores y decía cosas muy lindas.

De mera casualidad se encontraba hablando con una muy bella dama, diciéndole los mas lindos piropos que se le ocurrieran. ¿Era un engaño hacia Zoro?. Nah, Zoro era un poco seco con el asi que, era un cincuenta y cincuenta, o eso pensaba el cocinero.

— Jajaja, dice usted cosas muy lindas. —Dijo la mujer viendo al cocinero el cual sonrio.

— A una dama tan bella como usted, ¿Quien se resistiria a decirle tan lindas palabras?. —La mujer solo rio ante las palabras de su contrario.

Un gran olor a Alfa enojado inundó sus fosas nasales, tanto de Sanji como de la mujer y a ambos eso le causo un escalofrío. Sanji trago saliva, reconoció a la perfección a quien le pertenecía ese olor a Alfa enojado, volteo la cabeza observando a un Zoro enojado con un pequeño Zinan igual de... ¿Enojado?. See, eso parecia.

— E-Ehh... D-Dulce caballero, debo de irme. Cuídese. —Tartamudeo la mujer algo nerviosa y se despidió amablemente agitando la mano.

— Nos vemos. —Se despidió el rubio sin mirar a la joven mujer.

— Cocinero, el pequeño Zinan a estado esperando impaciente por ti, pero tu no estabas por ningún lado. —Habló Zoro con voz fría— ¿Perdiendo el tiempo con una mujer?. —Pregunto acercándose al rubio.

El Omega observó al pequeño bebé el cual le miraba enojado, rio levemente, lo cual hizo que tanto el bebé como Zoro lo miraran mal. Le parecía graciosa la forma en la que el Alfa y el pequeño cachorro estaban celosos de que él estuviera hablando con aquella mujer, dejándolos a ellos de lado por un momento. Manteniendo su sonrisa se acercó a ambos peliverdes.

Posiciono cada una de sus manos en ambos brazos de Zoro y se acercó a este para dejarle un pequeño beso en los labios, Zoro no se movió en ningún momento y luego acercarse al pequeño bebé y besar la mini cabellera de Marimo que el pequeño poseía.

— Son tal para cual, ambos igual de celosos. —Dijo Sanji aun con su sonrisa en los labios.

— "Ninini". —Se burló Zoro frunciendo el ceño— Vamos al barco gordito. —Dijo colocando al pequeño sobre su hombro sujetándolo de la espalda con una sola mano y salieron del lugar.

— Roronoa... ¡Roronoas vuelvan acá!. —Gritó Sanji refiriéndose a ambos peliverdes los cuales lo ignoraron y salieron del lugar.

El Omega soltó un largo suspiro, paso una de sus manos por su rostro. Era como decía el dicho: "De tal palo tal astilla" y eso que el pequeño Zinan aun no cumplia ni un año siquiera y era igual a su padre. Le encantan los onigiris, odiaba el chocolate, y como le molestaba que el Omega que consideraba madre estuviera pasando tiempo con alguien mas. Eran tal para cual.


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El Hijo del Marimo. || ZᴏSᴀɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora