8. Una pequeña "Cita".

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     Zoro estaba tendido en el suelo, con las piernas y brazos completamente extendidos y sobre su pecho se encontraba el pequeño Zinan, el cual, ya cansado de estar sentado sobre el pecho de su padre bajó de aquel lugar y comenzó a gatear por el barco. Zoro no se enteró de nada ya que el sueño comenzaba a llegar, pero al instante abrió los ojos.

Se levantó de su lugar y observó a aquel pequeño de cabello verde gatear por el suelo del Sunny le siguió, lo cargo entre brazos y siguió caminando escucho a Nami decir que pronto llegarian a una nueva isla. 

Se dirigió a donde se encontraban todos lo nakamas los cuales hacían las cosas que siempre hacían. Se sentó en el suelo colocando al bebé de pie frente a él mientras él sujetaba de las manitos. El pequeño inflo sus mejillas haciendo su esfuerzo para mantenerse de pie al sentir como su progenitor le soltaba de las manos dejándolo a su disposición.

— Jeje, lograste sostener de pie tu solo. Buen trabajo, gordito. —Dijo Zoro mientras sonreía observando al pequeño.

El pequeño sin más, decidió ser un bebé fuerte y comenzar a dar sus primeros pasos. Volteo levemente la cabeza encontrando al rubio sonrió de lado y levantó su pie posicionándolo en el suelo mientras se tambaleaba y sin más cayó al suelo. No se daría por vencido, no señor. Colocó sus manos en el suelo de madera y ejerció fuerza en sus piernas y se colocó de pie y comenzó a caminar a pasos lentos y torpes hacia donde se encontraba el cocinero el cual estaba entretenido con algo por ahi.

Todos se acercaron ver cómo el bebé caminaba, llamaron a Sanji para que volteara a ver al bebé el cual estaba decidido en ir hacia donde se encontraba el Omega. 

Sanji sonrió con ternura y se arrodillo observando con felicidad al pequeño, el pequeño río y al final de sus pasos al ya estar cerca de Sanji se abalanzo sobre este sintiendo los brazos de este rodearlo. El Omega se sintió feliz de poder haber presenciado los primeros pasos del pequeño, lo quería con todo su corazón y como hubiera deseado ser la madre de aquel pequeño, pero... No perdía nada intentando protegerlo y cuidarlo como aquella figura materna.

— Lo lograste, pequeño. —Dijo Sanji con una gran sonrisa.

— ¿Cuando pensabas decirle que lo amas?. —Pregunto Usopp viendo a Zoro aun sentado en el suelo.

Todos se hacían la misma pregunta, cada uno de ellos, Luffy, Nami, Robin, Brook, Jimbei, absolutamente todos se hacían la misma pregunta. ¿Cuando pensaria Zoro decirle a Sanji lo mucho que lo amaba y lo mucho que queria estar con el?.

— No lo se. Pero... Tsk, necesito una pequeña ayuda de parte de ustedes. —Dijo levantándose de su lugar mientras rascaba su cabello.

— Impresionante... ¿Zoro necesitando ayuda?. —Dijo Nami en un tono de burla mientras reía levemente.

— ¡Si, si, si!. Ya saben, cosas de enamorados... Quiero preparar algo como... ¡Ahg!. No se como explicarlo. —Soltó frustrado volviéndose a sentar en el suelo sintiéndose avergonzado.

— Jajaja, ya se que es. —Dijo Robin con una sutil sonrisa.

— ¿Y qué es?. —Preguntaron todos a la vez.

— Espadachín-san quiere tener una cita con cocinero-kun. —Dijo ella con una sonrisa, y Zoro asintió dándole la razón a la pelinegra.

— ¡Te ayudaremos!. ¡Cuenta con nosotros, Zoro!. —Dijo Luffy con una gran sonrisa en su rostro.

Zoro sonrio levemente, le ayudarán a tener una cita con Sanji. 


El Hijo del Marimo. || ZᴏSᴀɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora