12. Una pregunta.

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— ¿Que tienes en mente realmente?. —Pregunta Robin teniendo una idea en mente.

— Algo que e estado pensando desde hace tiempo. Pero tengo algo de miedo que me rechaze... —Contestó Zoro apenado.

— Oh, espadachin-san. No tienes porque tener miedo, solo debes de intentarlo. ¿Que pierdes intentandolo?. —Se acomodó en su lugar arqueando una ceja.

— Absolutamente nada, aun si, no quiero su rechazo. —Murmuró Zoro jugando con sus manos.

— Jeje, no te preocupes. Los chicos y yo te ayudaremos en lo que necesites. —Dijo ella sonriente palmeando el hombro del peliverde.


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Zoro observaba a su hijo frente a él sentado en el suelo del barco jugando con sus juguetes tranquilo. Hace uno o dos dias que habia hablado con Robin sobre algo o una sorpresa que le quería hacer a el cocinero y la mujer se había ofrecido a ayudarlo y no pudo negarse, ya que, no sabía muy bien como hacer lo que tenía en mente.

El pequeño bebé comenzó a golpear aquellos juguetes contra el suelo al levantar y bajar sus brazos de arriba hacia abajo haciendo algún tipo de berrinche. El espadachín arqueo una ceja observando al pequeño, lo sujeto de sus prendas con una de sus manos y lo cargo atrayéndolo hacia él y le observo curioso, y Zinan solo mantenía una mirada enojada mientras mantenía el chupete en su boca sintiendo la mirada de su progenitor sobre el.

— ¿Qué sucede?. —Pregunto Zoro sabiendo que no tendría una respuesta concreta de parte de su hijo.

— ¡Mmm!. ¡Baa!. —Balbuceo el pequeño bebé dejando caer el chupete el cual Zoro agarro rapidamente.

— Ehh... Hare que te entendi, gordito. —Soltó con un leve sarcasmo y cargo al bebé entre ambas manos acercandolo para besar la mejilla de este— ¿Que tal si vamos y nos robar unos cuantos onigiris de la cocina?. —No recibió respuesta sino que recibió fue una pequeña risa de parte del pequeño.

El mayor tomó eso como un si, y colocó al pequeño Zinan dentro de aquel haramaki dejándolo allí dentro mientras ambos iban por los onigiris, el peliverde le colocó aquel pañuelo que tenía sobre su hombro sobre la pequeña cabeza de el pequeño bebé dejándole igual a él, el mini Zoro estaba completamente tranquilo observando todo mientras mantenía su chupete en su boca sujetándose de el haramaki de su padre. Alfa y cachorro, ambos comenzaron a asaltar la cocina en busca de sus preciados onigiris.

Observaron un plato de onigiris sobre la mesa y el pequeño Zinan hizo señas del alimento. Zoro sonrió de lado y se acercó con cuidado a la mesa y con sumo cuidado agarró el plato de onigiri, pero el sonido de la puerta abriéndose con brusquedad hizo que se asustara, bueno ambos, y dejará caer el plato sobre la mesa sin romperlo, aunque los onigiris cayeron en la mesa, algunos.

— ¿Que creen que hacen?. —Preguntaron la mayoría de nakamas observando a Zoro y a Zinan.

— Ehh... Aborta, aborta, la misión a salido mal. —Hablo Zoro sacando al bebé de el haramaki cargandolo en brazos para salir corriendo— ¡Pero nos llevamos esto!. —Dijo agarrando los onigiris y se los llevó. El pequeño bebé rió a carcajadas mientras aplaudía.

Sanji y los demás Mugiwaras observaron como Zoro salió corriendo junto con el bebé y junto a aquel plato de onigiris, y se echaron a reír todos menos el rubio. El cocinero frunció el ceño, había preparado los onigiris pensando principalmente en el Marimo y el pequeño, pero también había preparado unos demas para los demás y nunca se espero que el Alfa asaltara su cocina.

Observaron cómo era que Zoro y Zinan se iban a quien sabe donde y dejaron al pobre Luffy con las ganas de comer uno de esos onigiris. Sanji se disculpo y les dijo que algunos de esos onigiris eran para ellos y dijo que luego haría otros para ellos. Solo le dijeron que no se preocupara que estaba bien y el solo se limitó a sonreír levemente y fue a buscar a los Roronoas ladrones de onigiris.

El cocinero recorrió el barco en busca de el Alfa y el cachorro y al encontrarlos una pequeña risilla se el escapo, ambos estaban en el dichoso lugar donde Zoro acostumbraba entrenar. El Alfa alimentaba a el cachorro con pequeños pedazos del onigiri, Zinan estaba sentado entre las piernas de su padre mientras comía tranquilo saboreando gustoso los onigiris.

El Omega sintió un ligero calor en su corazón, la imagen de Zoro y el pequeño juntos era muy tierna. Ambos eran idénticos hasta en la forma de comer, una ligera sonrisa apareció en su rostro, se acercó a los peliverdes y los observó mientras se mantenía de pie.

— Esos onigiris eran para todos. —Menciono el rubio con las manos en los bolsillos de su pantalón.

— Oh, bueno... Ahora son de nosotros, una lastima por ellos. —Dijo Zoro sin importancia encogiéndose de hombros mientras comía y le seguía dando pedazos de onigiri al cachorro, dejándole un pedazo grande entre sus manitos para que le solo comiera.

— Marimo idiota... ¡¿Como puedes decir eso?!.  —Se colocó de cuclillas golpeando levemente el hombro de su contrario— ¡Egoísta!. —Dijo enojado.

— ¡Oi, eso duele!. ¡Gordito, defiende a tu padre!.  —Pidio Zoro colocando a su hijo frente a Sanji el cual solo lo observaba tranquilo.

— ¡Mamá!. —Rio Zinan observando a el rubio el cual se sorprendió al escuchar aquella palabra.

Zoro y Sanji se observaron mutuamente, ambos sorprendidos. El cachorro salto a los brazos del Omega abrazando a este fuertemente y se acercó besando la mejilla del rubio. Era su mama, si, era su mama, lo cuidaba, le daba comida, lo bañaba... Lo cuidaba como nunca, y lo quería mucho y para él era su mama, ya que, si Zoro era su papa Sanji era su mama.

— Mamá, papá. —Comenzó a decir el pequeño con un sonrisa observando tanto al cocinero como a el espadachín.

El mayor de todos trago saliva, se acerco a su contrario, cubrió los ojos de su hijo con una de sus manos y se acercó lo suficiente como para besar a el rubio. Sanji estaba completamente sorprendido... ¿El cachorro lo había llamado mamá?. ¿Zoro lo besaba de repente?. 

— Mhg, cocinero... Quiero preguntarte algo... ¿Tu quisieras ser mi pareja o no lo se?. —Pregunto bajando la mirada observando a su hijo el cual había apartado aquella mano de sus ojos.

Robin y los demás los observaban por una de las ventanas que el barco poseía, ella masajeó su entrecejo. Ese no era el plan que ellos dos habían hecho, lo que habían planeado para que Zoro le pidiera a Sanji que fuera su pareja o mas bien su novio, no era de esa forma, pero habían veces en las que Zoro primero actuaba y luego pensaba.

 — ¡D-Digo!. Yo, t-tu... Ah, maldición. —El Alfa estaba avergonzado no sabía qué hacer o qué decir.

Sanji estaba en un estado de shock... ¿Que estaba pasando?. ¿El sol o el alcohol ya había afectado a el Marimo o... Lo que le preguntaba era cierto?.

¡¿Que mierda pasaba?!.











ᴛᴏ ʙᴇ ᴄᴏɴᴛɪɴᴜᴇ...

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📍▬࣪ Total de palabras (Con absolutamente todo): 1.183.

Tu puta madre Sanji... ¡Dile que si no te quedes asi! >:v.


Aᴛᴛᴇ:The_Gh0stS0ul.

El Hijo del Marimo. || ZᴏSᴀɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora