El Hijo del Marimo. || ZᴏSᴀɴ.

20. ¡Hermanito!.

Siete meses, ya Sanji tenía siete meses de embarazo casi ocho. Chopper monitoreaba la salud y el estado de el Omega constantemente, preocupándose por él y queriendo estar seguro de todo lo que podía suceder o sucedía con el.

Zoro se la pasaba casi todo el tiempo junto a su Omega, olfateando su olor y cuidándolo como nunca. Zinan seguia curioso, pero ahora solo quería estar junto a su mamá queriendo saber qué era lo que sucedía queriendo saber si su hermanito estaba bien o mal o cualquier tipo de cosa que pudiera ser posible y que él pudiera entender. Nami paso frente a lo que era la habitación de Sanji, Zoro y Zinan y observó al cocinero haciendo una especie de nido con la ropa de el espadachín no pudo evitar soltar una risilla y salir corriendo de allí sin que este se diera cuenta de su presencia.

Y si, estaba haciendo un nido con la ropa de su Alfa. El olor de este le gustaba mucho lo quería tener junto a él en cualquier momento, el embarazo lo volvía un poco sensible con ese tipo de cosas. El peliverde menor traía entre sus manos un pequeño bol con unas cuantas manzanas y un pequeño cuchillo, llevaba todo allí adentro acomodado con sumo cuidado para no hacerse daño con el filoso objeto. Se dirigía a la habitacion de sus padres y al llegar observo curioso a su mamá con toda la ropa de su papá a su alrededor haciendo una especie de raro bulto, dejó el bol sobre la mesa de noche y se subió sobre la cama observando curioso a el rubio este se aferraba a una de las prendas del mayor.

— Mami, ¿Que haces con la ropa de papá?. —Pregunto curioso.

— Solo... Hago un nido, es para estar mas tranquilo y sentir a papa mas cerca de mi. Es raro, pero luego lo entenderás. —Mencionó con una sonrisa acariciando la mejilla de su pequeño quien se adentro al nido junto a él acomodándose a su lado.

— Entonces... Zinan te emprestara a papa por un rato. Para que no te sientas solito. —Sonrio de oreja a oreja.

— De acuerdo mi pequeña calabacita. ¿Quieres comer esas manzanas?. —Pregunto y el niño asintió repetidas veces con una gran sonrisa.

Sanji corto los trozos de manzana en finos pedazos para que el y el pequeño Zinan pudieran comer sin problema alguno. El niño se la pasaba junto a él, preguntando en todo momento por su hermanito acariciando la barriga de su mamá diciéndole lo mucho que quería a su hermano que pronto nacería. Se recostó al lado del cocinero recostando su cabeza al lado de la barriga de este abrazándolo sintiendo las caricias sobre su cabello verdoso.

El mini Zoro se recostó a la par de su mamá Omega rodeando su gran barriga con su pequeño brazo y sin darse cuenta ambos se quedaron dormidos siendo rodeados por varias prendas pertenecientes al espadachín quien al entrar a la habitación puso cara de poker.
«"¿Que mierda?"», pensó observando al cocinero y a su hijo, ambos, rodeados con casi toda su ropa.

Se acercó y los observo curioso, ambos estaban profundamente dormidos con su ropa alrededor. ¿Por que?, era su pregunta aunque no los molestaría después que despertaran pediría una explicación respecto a eso.

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— ¿Que estaban haciendo con mi ropa?. —Pregunto Zoro cruzado de brazos observando a su hijo a su Omega quienes se mantenían tranquilos aún sobre la cama.

— Hicimos un nido, mamá hizo un nido para estar mas tranquilo y para sentirte mas cerca pero Zinan también quería estar junto a mamá. —Explicó el peliverde menor observando a su padre.