–Creo que John me gusta. –me dijo un día cuando llegó de su escuela, no dijo ni "Hola" y eso me hizo sentir raro. Es decir, en quince años nunca le había gustado nadie, ni siquiera había dado su primer beso, que yo supiera.
–¿Por qué? ¿Se te declaró o algo así?
–No, me invitó a la fiesta de graduación hace una semana y hemos hablado mucho desde entonces. –se tiró a la cama, haciendo que el oso callera al suelo y no se dio cuenta de ello. –Es tan lindo, Tod. Joder, es el chico perfecto.
–Lu, han hablado por una semana, no te puede gustar alguien en tan poco tiempo, es una locura.
–¡Sí se puede, Tod! –exclamó con voz chillona, sentándose en la cama y mirándome con un brillo extraño en sus ojos... un brillo que tal vez quería que fuera por mí... tal vez. –Te juro que es muy lindo conmigo, siempre me dice que me veo bonita, que le gusta estar conmigo, me cuida en la escuela.
–Yo también hago todo eso, Lu. Desde hace mucho tiempo lo he hecho, ¿crees que vale más que ese niñito lo haga en una semana? Seguro está fingiendo.
–Eso no es cierto.
–¿No? –la miré con indignación, suspiré con fastidio y recogí el oso del suelo. –Es un mocoso, Lu. A los mocosos no les importan las chicas, ni las cosas cursis, ni los sentimientos bonitos como los que sientes ahora. A los mocosos solo les importan cosas como el futbol, o los videojuegos, tontear con sus amigos... Ese niño no te quiere, Lu... y te hará llorar cuando se dé cuenta que lo quieres.
–No es cierto, Tod... John no es así.
–Por supuesto que es así, Lu. Créeme, he estado mucho mas tiempo que tú en este mundo de mierda y he visto muchas veces esta historia.
–¡No! ¡Tú solo estás celoso porque no tienes amigos... Mucho menos alguien que te quiera como yo quiero a John!
Me quedé en silencio al sentir ese dolor en el pecho... como si algo estuviera obstruyendo algo dentro de mí para que el aire no pasará. No sabía porqué me dolía, nunca me había sentido de esa manera.
Bajé la mirada y mis ojos enfocaron al maldito oso que parecía reírse de mi patético estado. No le dije nada de vuelta, fui al mueble cerca de su ventana y lo deje ahí antes de desaparecer de su habitación.
******
Días despues.
–No sé porqué me sentí así. –le dije mirando la pila de agua, en donde se reflejaba a Lu en su fiesta de graduación, bailando y riendo con su chico y todos sus amigos.
–Sí lo sabes, Tod. No trates de engañarme ni de engañarte a tí mismo.
–No sé de qué hablas, Gott.
–Te has enamorado de ella. –no quería aceptarlo ni admitirlo, lo sabía, lo sentía pero nunca quise darle nombre. Y es que, era imposible y naturalmente prohibido. –Lo hiciste desde que la miraste a los ojos y no pudiste tocarla, lo ví... por eso siempre insistí en que hicieras tu trabajo.
–¿Lo tengo que hacer ahora?
–No.
–Entonces... ¿Qué quieres que haga?
–Decirle. Ser sincero con ella.
–Pero ella no me quiere, Gott. –dejé de mirar la pila de agua para buscar un trago de lo que fuera que tuviese en ese gran mueble color café.
–¿Le has preguntado?
–Leído su mente, más bien.
–Sabes que eso no me gusta, Tod. –me encogí de hombros, recargandome en la pared cerca de él.
–Que no te guste no quiere decir que no pueda evitar hacerlo... No puedo controlarlo, lo sabes. –rodó los ojos y me reprendió con esa mirada que solo él sabía hacer, pero que nunca me importó que la usará conmigo; yo hacía las cosas y mi trabajo lo mejor que podía, no tenía lógica que me pidiera hacer el bien cuando me dedicaba a hacer el "mal" en el mundo de los mortales.
–Es muy diferente la línea que divide los sentimientos y los pensamientos. –dejó de ver la pila de agua y se puso a mi lado. –Puede que Luna haya pensado que no te quiere como tú la quieres... pero eso no es lo siente su corazón, debiste pensarlo así, ya lo habíamos hablado, pequeño. –despeinó mi cabello con una sonrisa de burla y opte por empujar su mano con diversión.
Gott siempre me hace sentir bien, ya lo había dicho, pero lo vuelvo a mencionar: él se ha comportado más como mi padre. Él si me quiere.
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«Te quiero, Tod» (complete)
Kısa HikayeHabía presenciado y ocasionado millones de muertes, justas e injustas, en todas partes del mundo. Pero ella tenía algo que me causaba curiosidad; tenía algo diferente que no sé cómo explicarlo con palabras. Solo sabía que a ella no la quería tocar...