XIX

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Una vez que llegamos a mi cuarto de azotea y después de acariciar mi pelo de la manera más amorosa, Jungkook se dispuso a revisar todo el desván asegurándose de que ningún ex novio psicópata merodeaba por ahí

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Una vez que llegamos a mi cuarto de azotea y después de acariciar mi pelo de la manera más amorosa, Jungkook se dispuso a revisar todo el desván asegurándose de que ningún ex novio psicópata merodeaba por ahí.

Atesoré la dulzura de sus acciones.

Cuando regresó a mí y me volvió a tomar la mano para llevarme a la cama, lo seguí en un regocijo vertiginoso.

Ahí, de pie en medio de mi habitación, la vida cambió para nosotros. No sé si fue por la manera en que drenamos todas esas emociones en el baño de su casa, o se debió al hecho de que en silencio nos prometimos la vida eterna; pero mientras Jungkook me miraba y yo lo miraba a él, supe, que dentro de cincuenta años, seguiría amando a este hombre de la misma forma desbordante en que lo hacía justo ahora.

Jeon Jungkook se había convertido en mi único lugar seguro, y yo, me había vuelto el suyo.

—Eres lo mejor que tengo, Si Yeon. Tú...—apretó nuestras manos. —tú has lidiado con demasiado como para todavía cargar con mi equipaje.

—Shh. —siseé acariciando su oreja. —Lo cargaremos juntos. Lo suficiente para averiguar cómo vaciarlo.

—Te amo.

Suspiré.

—Y yo a ti.

Compartimos un beso casto pero prolongado. Luego sin esperar nada del mundo, nos desnudamos por sí solos, uno frente al otro hasta quedarnos en ropa interior.

Sus ojos se calentaron cuando saqué mi camiseta seca sobre mi cabeza y mis pechos empujaron contra las copas del sujetador. Sabía que se encontraba excitado, ya que reveló un bulto llamativo en su bóxer cuando deslizó sus pantalones por las piernas. Pero en vez de alcanzarme, se dio la vuelta y tiró de las sábanas de mi cama.

—Después de ti. —Su mirada se hallaba llena de cuidado y devoción—. Te prometo que esta noche me abstendré de acaparar el colchón y las mantas.

Hice una pausa antes de meterme, tan aliviada como decepcionada de que no intentara nada conmigo. Nos merecíamos un poco de conexión física. Necesitaba estar cerca y compartir mi cuerpo con él en la manera más íntima. Pero más tarde. Esta noche no.

El sexo no era lo que más necesitaba de mí en este momento. Y tampoco era lo que yo más necesitaba de él. Por ahora, a los dos nos vendría bien un poco de consuelo emocional. Así que en lugar del sexo, lo que siguió fueron las más dulces y platónicas horas de mi vida. Jungkook logró convertir mi pesadez en una felicidad sin reservas.

Envuelta en sus brazos hablamos de cosas triviales como Harry Potter, lattes, la universidad, arañas asesinas, y nuestro futuro. Dibujábamos en las manos del otro con los dedos y adivinábamos qué imágenes habíamos hecho. Tratamos de tener una guerra de pulgares bajo las sábanas. Después de eso yacimos acostados en un silencio tranquilo tomados de la mano, escuchando nuestras respiraciones lentas hasta que ambos caímos en un olvido sin sueños.

✔ 𝓔𝓿𝓮𝓷 𝓼𝓸...  ||Libro 1 -JEON JUNGKOOK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora