XXI

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A las tres y media de la mañana del lunes, Jungkook se levantó de mi sofá y me dejó con un largo beso diciéndome que se sentaría conmigo en el almuerzo. Luego se fue.

Decir que pude dormir después de ello sería una mentira. Lo intenté, pero tuve una pesadilla aterradora en la que mi ex había logrado cifrar el correo electrónico y estaba esperándome tras mi puerta.

Así que sí, adiós sueño. En fin. Me tomé el tiempo para mi rutina mañanera esperando verme reluciente para cuando me encontrara a mi novio antes de nuestra primera clase. Pero no fue así. Me escabullí al auditorio de criminalística deprimida porque lo extrañaba. Ni siquiera me di cuenta de que Nayeon no se encontraba en su típico asiento a mi lado hasta la mitad de la hora.

Espero que su ruptura con Seohyun no la golpeara con demasiada fuerza. Tenía suficiente en su vida tal como estaba. También esperaba que todavía no les hubiera dicho a sus padres sobre el bebé, quería estar con ella sosteniendo su mano cuando lo hiciera, y no es que haya estado exactamente disponible todo el fin de semana para hacerlo.

Dios, debo ser la peor amiga que existe. Le envié un mensaje de texto durante mi hora libre, pero no respondió. Esperaba que sólo fueran nauseas matutinas lo que evitaba que viniera y no la ira por el hecho de que la dejé plantada los pasados dos días.

También pensé en Jungkook toda la clase de cálculo. Esperaba que el estar conmigo no lo hiciera reprobar.

Sí, esta mañana empezaba a preocuparme por todo, eso se debía a que algo raro me tenía al límite. Una sensación en el aire, un presentimiento extraño de que la vida iba demasiado bien. No estaba segura de lo que era, sólo quería que la zozobra desapareciera para así volver a la euforia en la que estuve viviendo por las últimas cuarenta y ocho horas.

Cuando salí de clases, automáticamente busqué a Jungkook. A veces nos cruzábamos yendo y viniendo porque tenía clases en este salón justo después que yo, pero un rostro familiar sentado en un banco no muy lejos de la puerta me detuvo en seco. Un grupo de estudiantes pasaron por allí, tapándome la vista, haciéndome entrar en pánico, porque estaba segura de que la visión se habría ido en cuanto siguieran caminando. Me dije que hoy la paranoia me estaba superando. Pero después de que los estudiantes se movieron, seguía sentado ahí, esperando.

Por mí.

Mis rodillas se doblaron al punto que me tuve que agarrar a la pared para sostenerme. Me congelé. No estaba segura de qué hacer.

Podría gritar y correr. Podría acercarme a él con audacia. Podría intentar huir silenciosamente, escondiéndome detrás de grupos de personas, pero me quedé de pie, mirando a mi ex novio mientras éste me miraba directamente con una de sus infames sonrisas de regodeo.

 Podría intentar huir silenciosamente, escondiéndome detrás de grupos de personas, pero me quedé de pie, mirando a mi ex novio mientras éste me miraba directamente con una de sus infames sonrisas de regodeo

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Te encontré —gesticuló las palabras tan claramente que pude leer lo que dijo.

Me alejé de ahí planeando huir a grandes zancadas, incluso aunque sabía que no me llevarían muy lejos. Pero entonces, pasó lo peor posible.

✔ 𝓔𝓿𝓮𝓷 𝓼𝓸...  ||Libro 1 -JEON JUNGKOOK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora