XXIII

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Cuatro meses después...

Inhalando el olor agrio de pintura húmeda llené mi rodillo con otro lote de lo que la ferretería había llamado Turquesa estupendo y lo apliqué a la pared, sólo para dar un paso atrás y admirar mi obra

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Inhalando el olor agrio de pintura húmeda llené mi rodillo con otro lote de lo que la ferretería había llamado Turquesa estupendo y lo apliqué a la pared, sólo para dar un paso atrás y admirar mi obra.

—Diablos, soy asombrosa.

Detrás de mí, Jeon HeeJin se rio desde su silla de ruedas.

—Shh —Poniendo un dedo en mis labios me giré para guiñarle un ojo—. No me oíste decir eso.

Moví el rodillo en su dirección, amenazando a pintarla. Se rio de nuevo, sus ojos marrones brillando con malicia que definitivamente heredó de su hermano.

Una vez que se calmó, apoyé una mano en mi cadera y estudié la desnuda pared a medio pintar. —¿Sabes?, cuando esto se seque, creo que el color que elegiste será increíble.

Ella aplaudió y parloteó sobre su entusiasmo estando de acuerdo conmigo.

Después de mudarse de la casa de la señora Yoon hace un par de meses, Jungkook encontró un lugar que de hecho podía pagar y que estaba cerca de la nueva escuela de su hermana.

Sí, dije NUEVA escuela. En Yongsan, Seúl.

¿Puedes creerlo? Lo convencí a él y a toda su familia de mudarse a casa conmigo. Ahora Kang YuNa y Jeon Hee Jin tienen su propio búngalo cómodo de dos habitaciones, mientras que Jungkook y yo rentamos un lugar cerca de la universidad. No estoy muy segura cómo es que fue capaz de convencer a su mamá de levantar sus raíces y mudarse al otro lado del país para vivir cerca de nosotros, pero aceptó el trato casi demasiado fácil.

Creo que había estado tan ansiosa de dejar Busan como su hijo. Ambos tenían un pasado del que querían escapar, y ahora los dos parecían mucho más tranquilos y relajados. Sabiendo que su antigua casera nunca le podía tocar de nuevo, Jungkook había florecido en las últimas semanas. Y amé cada centímetro del nuevo hombre en que se convirtió. Era el más espectacular, cariñoso y fiel de los novios.

Como si hubiera oído mis pensamientos alabándolo, asomó la cabeza en la nueva habitación de Hee Jin. —Santo cielo. Ese es un color brillante. —Sus ojos se ampliaron con horror.

—Lo sé. A tu hermana le encanta.

Cuando la miró, ella aplaudió y chilló, así que Jungkook simplemente se aclaró la garganta, permaneció respetuosamente en silencio sobre su opinión, y recogió un rodillo para ayudarme a terminar las paredes.

¿Ves? Espectacular.

En algún punto, Kang YuNa llegó y se llevó a Hee Jin diciendo que iban a almorzar, pero Jungkook y yo estábamos demasiado ocupado trabajando que apenas las despedimos.

Estábamos muy ocupados hasta que su mamá y hermana se fueron. Luego las cosas se pusieron un poco... Bueno, digamos que nos ocupamos de una forma totalmente diferente.

✔ 𝓔𝓿𝓮𝓷 𝓼𝓸...  ||Libro 1 -JEON JUNGKOOK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora