XV

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Odiaba los deberes

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Odiaba los deberes. Siempre lo había hecho.

No obstante, las ganas de llorar como lo hizo mi vieja yo del jardín de infantes burbujeó a la superficie el siguiente martes por la mañana cuando mi profesor de virología general alegremente repartió ocho páginas de preguntas de investigación y luego anunció que revisaríamos las respuestas cuando nos viéramos la próxima clase.

Eso me daba menos de cuarenta y ocho horas para buscar y encontrar cincuenta respuestas que no eran de ninguna manera fáciles o sencillas.

Esa noche tenía tres libros de texto abiertos y repartidos sobre la mesa delante de mí. A mí alrededor, la biblioteca de la universidad se mantenía bastante tranquila, sin embargo, cada roce de una silla, movimiento de papeles, o la tos de alguien que pasaba, me distraía.

Un tipo llamado Junhyeok se encontraba sentado a mi lado frotando tranquilamente la punta de su zapato hacia arriba y abajo por mi tobillo empeorando las cosas. Quería decirle que se largara, pero formaba parte de mi grupo de estudio de los martes por la noche, aunque no estaba muy segura de por qué él era miembro. No parecía muy interesado en todo el concepto de hacer la tarea. Me imaginé que debía haberse unido con la esperanza de conseguir las preguntas resueltas.

Hasta el momento yo estaba en plan de "Estoy tratando de ignorarte". Pero por desgracia, no captaba la indirecta.

Frente a nosotros, Han Ji Sung se cernía sobre su propio libro de texto mientras miraba a través sus lentes de marco grueso lo que parecía ser un tema particularmente difícil. Estiré el cuello hacia él solo para fruncir el ceño mientras apenas me di cuenta que él tenía ya la primera hoja de preguntas terminadas.

¡Aghhh! Eso no era aceptable.

Apretando los dientes con irritación competitiva, me centré una vez más en mi hoja de trabajo y de repente deseé que Jungkook se especializara en virología. Él nunca intentó jugar a los piecitos conmigo cuando estudiamos juntos —aunque con él habría sido bien recibido— y siempre trabajaba más rápido que él. Pero no, Jungkook estudiaba para especializarse en ingeniería eléctrica. El aguafiestas.

Además, todavía lo evitaba desde la fiesta de su hermana y él parecía mantenerse nuevamente distante de mí.

Casi salté de mi silla cuando sentí un asqueroso dedo del pie sobre mi pantorrilla. ¡Qué asco! Si este idiota volvía a hacerlo estaba muerto. Cuando moví mi silla para alejarme un par de centímetros, no entendió la indirecta.

—Si Yeon —susurró Junhyeok.

No me atrevía a darle más incentivo para acosarme, así que ni siquiera alcé la vista cuando murmuré—: ¿Hmm? —En el máximo tono frío que pude fingir.

—¿Podrías ayudarme a encontrar cuál es el animal al que afecta la enfermedad de los priones, el prurigo lumbar?

Casi gemí por el hartazgo y la frustración. En definitiva era un bueno para nada, eso era parte de la primera pregunta en la hoja. ¡llevábamos dos hora y media aquí, por favor! Más le valía darse prisa si quería terminar esta noche. Y realmente necesitaba sacar sus sucios pies de mí antes de que le diera una patada. En serio.

✔ 𝓔𝓿𝓮𝓷 𝓼𝓸...  ||Libro 1 -JEON JUNGKOOK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora